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Autor: Borroka garaia da!

Un cambio político es la transformación que se opera en un sistema político determinado y en todos sus componentes principales. Es por tanto el paso cualitativo de las bases de un sistema a otro diferente.

En 1982 el PSOE ganó las elecciones españolas con el lema “por el cambio”. Desde entonces y hasta hoy ese lema se ha convertido en tópico usado indistintamente por todas las fuerzas políticas y siempre con el mismo significado. No el del cambio político sino el cambio de sus gestores.

El proyecto socialdemócrata de aquel PSOE de los 80 nunca puso en cuestión las bases políticas que fueron diseñadas bajo la reforma franquista dirigida por la comunidad internacional de los de arriba controlada por EEUU con el objetivo de liberar a la oligarquía y burguesía española de las limitaciones de un régimen económico franquista que no rentabilizaba a fondo la explotación además de asegurarse que el estado español se integrara bajo su órbita de control directo a través de la OTAN y la Comunidad Económica Europea que pasaría a llamarse UE a principios de los 90. El papel del PSOE lejos del cambio político no fue más que apuntalar lo que las elites económicas tanto españolas como internacionales tenían reservado para el estado español, algo que en ese contexto de peligro de ruptura democrática e independencia vasca solo podía hacerlo un partido que tuviera las palabras socialista y obrero en sus siglas.

Desde entonces hasta la crisis económica de hoy  que se inició hace unos años no ha cambiado nada el estado español. No al menos en el sistema político y sus componentes principales. El régimen post-franquista sigue manteniendo  lo que Franco dejó “atado y bien atado”, la oligarquía y la burguesía están en pleno control del sistema, independientemente de quien lo gestione y nunca se ha salido de la influencia del capitalismo europeo a través de la UE y del imperialista brazo armado de EEUU.

Ningún conocido partido español que se presenta a las elecciones este 26 de junio tiene intención de ningún cambio político, ya que ninguno propone un cambio de sistema, ninguno propone dejar atrás el control de la oligarquía y la burguesía, ninguno propone salir de la OTAN ni de la UE, ninguno reconoce el derecho de autodeterminación como derecho legítimo de los pueblos por encima de legalidades externas e impuestas y todos se declaran patriotas españoles que por su agenda pasa por hacer lo posible para que ninguna nación se libere de la garra del estado. Y aunque fuera lo contrario, si de verdad existiera algún conocido partido español que promoviera un cambio político real, no pasaría de la retórica (al igual que las siglas del PSOE) y quedaría completamente inutilizado porque todos los partidos rechazan la ruptura democrática y defienden la legalidad y el orden español junto a todos sus cuerpos policiales y militares. Algo incompatible para quebrar con el régimen del 78. Y aunque también fuera lo contrario, ningún partido está en condiciones desde meramente las instituciones españolas operar un cambio político sin un proceso social de confrontación contra el régimen y precisamente contra las propias instituciones que nunca son neutras.

El estado español en el 2016 es un estado plenamente intervenido por el capital, y será éste y no ninguna otra fuerza el que dictará los pormenores de su recorrido en ausencia de un cambio político. El cambio político en el estado español tendrá opciones de éxito en el momento que surja un movimiento rupturista en el estado que se verá reforzado si se opera el cambio político tanto en Euskal Herria como en Catalunya mediante la culminación de procesos populares de autodeterminación y la expansión de la lucha de clases en estas naciones.

En ausencia de todos estos factores y teniendo en cuenta que todavía no se ha visto la verdadera extensión y consecuencias de la crisis, el futuro del estado español es Grecia con el falso añadido de “no hay alternativa” y el de las naciones oprimidas por el estado la asimilación nacional y la proletarización de todas sus capas medias y la lumpenización de las bajas.

Claro está, aquí es donde entra en juego la iniciativa de las clases populares para romper el bucle e ir tomando las medidas para un verdadero cambio político. En Euskal Herria eso pasa por la reactivación sin demora de toda la potencia del movimiento popular en clave de poder popular, el impulso de sujeto del pueblo trabajador vasco, el resurgimiento del movimiento revolucionario abertzale también en su plano organizativo, dejar atrás la trayectoria a la deriva y errática de los últimos años en la izquierda abertzale, y la suficiente inteligencia ideológica para salir de la trampa en la que han metido o se ha dejado meter Euskal Herria junto a la suficiente inteligencia para reagrupar a la izquierda abertzale aun desde la diferencia (precisamente por ello)  a través de una unidad popular real sin concentración de poder, agendas hegemonistas ni criminalizaciones (que son las que verdaderamente crean desafección junto a los fallos estratégicos y la burocracia)  haciendo para ello uso de la inteligencia colectiva.

13 thoughts on “El cambio político

  1. Totalmente de acuerdo. En el estado no hay fuerza política alguna (de relevancia electoral) que propugne el cambio.
    Lamentablemente, en Euskadi se ha dado un proceso de normalización política que ha hecho que los partidos relevantes electoralmente asuman los mismos posicionamientos que los partidos de ámbito estatal. En Euskadi hoy no hay fuerza relevante electoralmente que propugne nada parecicido al cambio. La izquierda abertzale tiene planteamientos similares al PSOE en lo social y al PNV en lo nacional. Y está ansiosa por ser admitida en lis banquetes del sistema.

    Ante esta situación, la pregunta es: es posible reconducir a la izquierda abertzale? O hay que crear una nueva izquierda?

  2. algunxs nos quedaremos a reconstruir la izquierda abertzale, empezando por refundar sortu. Porque en este barco nacimos y nos criamos, y no estamos dispuestxs a dejarlo hundir. Porque es el unico barco que tiene capacidad para llevar el proceso de liberacion hasta el final. Porque euskal herria lo merece y lo necesita

    • Desde fuera tengo la impresión de que, exceptuando la ignominia de aceptar el capirote inquisitorial del “todo es ETA” (que es inaceptable), se están haciendo las cosas medio bien estos últimos meses, aunque se ve cierta timidez y medias tintas. Al menos para estas elecciones se me han disipado las dudas que me carcomieron el año pasado y voy a votar a EH Bildu (y además creo que EHB mejorará claramente su resultado) pero, por favor, expulsad a la trepa infame de Lorena López de Lacalle y mantened una coherencia socialista y tan radical como sea razonable. Para votar a otro partido de mierda más ya hay muchas opciones, lo que queremos algunos es un partido que nos haga sentirnos orgullosos de darle nuestro apoyo.

        • Mi impresión es que se han puesto a debatir, a escuchar, a autocriticarse, a pasarlo todo o casi todo por la asamblea, a intentar abrir espacios tanto en Sortu como en EHB y desde luego me ha gustado bastante la renovación de las listas (aunque hubiese pedido a Cuadra de rodillas que siguiera y aunque la infame inquisidora y trepa opusiana alavesa sigue de suplente segunda al Senado – pero ya no de cabeza de lista). Creo que eso se notará en aumento de votos en el 20D (y sospecho que el escaño de Nafarroa en particular está al caer, aunque parte del “mérito” es del PSOE, que en general tiene pinta de batir todos sus records de malos resultados este domingo que viene, y del propio Podemos que no hace más que ahuyentar a vascos y catalanes cada vez que articulan la palabra “España”).

          Yo sigo creyendo que hace falta una CUP vasca pero si EHB tiende a eso, aunque sea con timidez y contradicciones, no les voy a criticar por ello. Al contrario.

        • Corrección: cuando digo “20D”, obviamente me refiero al 26J. Se nota la falta de nicotina al levantarse de la siesta, eh?

    • En base a que argumentos sostienes que es el “único barco” que puede dirigir a Euskal Herria hacia la libertad? De momento y en base a la última lectura sobre el Brexit a donde parece que nos llevarán es al matadero de la UE.

    • Me parece demagógico criticar eso: no conozco a nadie o casi nadie que desde la izquierda apoye el Brexit, exceptuando a Assange (el que tiene como abogado defensor a Baltasar Garzón, sí, pobre infeliz).

      Yo siendo británico quizá votaría por la salida (porque no me gusta la UE, no) pero, viendo los “argumentos” de los pro-Brexit (que básicamente es anti-refugiados y poco más) igual no.

  3. No conocia ese escrito de Sortu, me genera tristeza. Una prueba más de que no se quiere entrar a confrontar. No se atreven a abordar un debate sobre la UE de forma abierta, porque de hacerlo quedaría en evidencia su caracter socialdemócrata.

    Y telita situar al partido laborista a la izquierda. Por cierto el republicanismo ajeno al SF sí que se muestra favorable a salir de la UE.

  4. eso es…vamos corriendo porque ya es hora. Vamos a refundar sortu porque no nos queremos quedar en casa y creemos que sortu es ahora un espacio donde se va a poder debatir, porque los ultimos meses se han movido cosas y porque no abandonaremos a la izquierda abertzale cuando mas nos necesita. Seremos hormigas rojas.

  5. Para aportar a la Izquierda Abertzale no hace falta necesariamente ser participe de la refundación de Sortu y no participar no es sinónimo de quedarse en casa. Ese es precisamente el problema de Sortu, que todo lo que queda fuera de éste es considerado “fuera” de la Izquierda Abertzale.

    Quien tenga ganas y apueste por ello, perfecto, adelante, quién quiera construir otras referencias y partir sobre otras bases (porque no lo olvidemos, hay unas bases muy limitadas) nos encontraremos por el camino.

  6. Resulta patético el intento de las juventudes de Sortu de desprestigiar a podemos, mas cuando las dos formaciones representan el mismo intento desesperado de sacar a flote lo que por inercia se hunde. También resulta patético decir que “a menos que no haya una mayoría en el senado, no puede haber cambios radicales” (visto en twiter de ernai). O lo que es lo mismo: decir que desde el senado pueden darse cambios radicales.
    Mientras la estrategia institucional siga siendo epicentro de la acción política y no un pequeño punto mas dentro de ella , estamos acabados.

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