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Artículo de colaboración para Borroka garaia da! Autor:  Josemari Lorenzo Espinosa

No se cuál es el programa concreto y articulado, del PNV, el PSOE o el PP. Aunque seguramente, será el mismo de siempre. En cambio se que, desde que gobiernan hace mas de cuarenta años, su discurso y acción política es la misma y todopoderosa: mantenimiento de la situación a toda costa. Es decir, una unidad de España, que apriete pero no ahogue. Y que participe en los negocios europeos, como mal menor, con una formación social capitalista consentida con el detalle gracioso de un capitalismo asistencial. Para poder tragarlo y que las masas no se pongan demasiado exigentes… O que los numerosos jubilados dejen de votarles.

Se, también, que el PNV no es nacionalista, el PSOE no es socialista, ni el PP es popular. Pero eso no es su problema, es el nuestro. Aunque no lo parezca…Otra cosa es que su acción política sea, escrupulosamente congruente con su programa. Con su repetido programa. Y que hagan todo lo posible, desde hace mas de 40 años, por cumplir en la acción política, su discurso político. Y eso, por mucho que no tengan nada que ver con sus estrategias, programas mayores o referencias fundacionales históricas.

Hacen todo esto, además, con gran fortuna. Según parece por el veredicto reincidente de las urnas y el éxito obtenido, en encuestas y recuento de votos. Sin duda, nos vienen a decir, los mas o menos desencantados que un día (después de muerto Franco) predicaban sobre la venida de los nuevos tiempos: Esto es lo que hay que hacer. Engancharse, o fundar, un partido que prometa mucho en el plano material y social. Y luego, pueda incumplir estas promesas, imposibles en el día a día. Pero lentamente, con cuidado y sin llamar mucho la atención. Haciéndonos creer que, gracias a ello, estamos mejor que ayer. Y que ellos, o sea los vencedores de las urnas, son la mejor alternativa para hoy, mañana y siempre.

La escuela política del franquismo alargado, que es la constitución del 78, nos ha enseñado que no es necesario hacer la revolución, ni obtener la independencia. Porque nadie las reclama. A nadie le interesan mas que como piezas de museo y utopías de una historia infinita. Y porque siempre ganan las elecciones los partidos conservadores y unionistas. Es todo esto ¿muy viejo?. Pues si, tan viejo como la media de edad de los habitantes censados, con derecho a voto. Que se dirigen obedientes a las urnas, cada cuatro años. Y tan antiguo que ya no existe, ni como testigo, de un discurso fosilizado e inoperante.

Sigue siendo necesaria la independencia?… O como decía Ibarretxe…¿Para qué, la independencia?…¿quién la quiere hoy?…¿quién es hoy independiente?. No es mejor… como piensan los jelkides fenicios del PNV, depender pero no pagar. Pero, sin decirlo así. ¿Acaso, no es este el modus operandi, discreto y no confesable, del nacionalismo?. Para que, en la próxima generación, los hijos de los independentistas de antes, no quieran la independencia. Porque es muy complicado dirigir, organizar, refundar un estado libre…Cuando podemos vivir mas cómodos, dependiendo de otro. Que ya está en marcha y con el que podemos negociar favorables Cupos y Conciertos. En los amplios mercados peninsulares y europeos. ¿Para qué?, preguntaba Ibarretxe…Para comer berzas, amenazaba Arzallus. Que sean libres ellos. Nosotros “esclavos felices”, con una renta per cápita mas que aceptable. Por encima de la media europea. Mientras los vetustos partidos de la izquierda y la independencia, siguen en standby. En modo de espera, donde no hay esperanza.

¿Acaso, sirve este discurso, moderado y complaciente, de la revolución fallida y la independencia innecesaria? ¿Puede llegar a ser tan eficaz, como las llamadas y banderines de enganche, de la Transición, para las pretensiones de la izquierda?. ¿Se puede hacer la revolución… sin ni siquiera guardar las formas?. Entre fotos y brindis, con españoles y españolistas del imperio?. ¿Se puede pactar, firmar acuerdos y votar en la misma urna de los representantes del capitalismo de la explotación?..Incluso pasear con ellos, en las primeras filas de algunas manifestaciones descafeinadas…Esas procesiones cívicas, que celebran aniversarios, participan de las mismas condenas, rezan a los mismos presupuestos…Pues no se…Pero, me parece que no.

Los representantes de las grandes ideas que iban a mover el mundo, se han acoplado ahora a las pequeñas reivindicaciones del estado asistencial. ¿Para qué la independencia?…¿Para qué el comunismo, la propiedad social de los medios de producción?. ¿O el reparto igualitario de la riqueza?…Demasiado quebradero. “Yo no me he metido en política, para ir a la cárcel”. Confiesan algunos, en tímida y vergonzante cercanía, que les sirve de descargo de conciencia…Y…¿si luego nos va mal y tenemos que cerrar?. ¿Por qué puerta giratoria nos meteremos?. En qué trabajo nos aceptarán?.

Hoy, las nuevas preocupaciones son distintas. Están en el plano del disfrute estomacal. En la tranquilidad social de las vacaciones. En que no llueva el fin de semana. En algún tóxico triunfo deportivo, que valga como adormidera…En recuperar la subida del IPC, en la próxima negociación salarial…Y sin embargo, contra toda evidencia, el revolucionario o el independentista no sólo deberían serlo…También deberían parecerlo… En su actividad, en su vida cotidiana. En su ser vital…No sólo en programas, discursos y una vez al año, en el Aberri Eguna o el primero de Mayo. Porque mas de cuarenta años de fraude político…empiezan a ser muchos.

No obstante, las elecciones nunca defraudan. Aunque engañan, como casi siempre, a quien se deja. Las ultimas (hoy mismo, 12 de julio de 2020) han tenido como claro vencedor a los habituales abstencionistas. Con el 49,22%. Lo que sumado a los nulos y en blanco, superan el 50%. Señalando un complejo mundo de rechazos, desencantos y desidias, que nunca es entendido ni atendido. Al que nunca se hace caso y que, por definición, es invisible. Además de no estar legalizado. Pero que debería servir de ciclo de reflexión, siquiera privada, para quienes han hecho campaña. Y no han conseguido engañar al desengaño.

La abstención es tan legítima, como el voto mas ignorante o intoxicado. Pero su valor, siempre es menor. Tiene, de hecho, un valor nulo cualquiera que sea su cuantía. Ninguna ley electoral acepta ni aceptará nunca, que un número elevado de abstenciones, ni siquiera mas de la mitad, pueda servir para anular los demás resultados. En la práctica, la abstención es ilegal. No está penada por la ley, directamente. Pero si indirectamente, porque no se reconoce su valor político ni social. Aunque pueda tenerlo. Es un pataleo que no va mas allá de la noche del recuento.

En las elecciones del 2020, después de las abstenciones (49,22%), la mayoría de los votos han ido (como es también habitual) al PNV (39,12%). Aunque haya perdido un importante número de afectos, el partido de Sota ha ganado otra vez, en escaños. Que es lo que cuenta y lo que da dinero, subvenciones y poder. Un aburrimiento, que se viene repitiendo desde los años ochenta. Después el segundo mas votado (27,84%), ha sido Bildu. Coalición incongruente del histórico HB, con EA y Alternatiba. Además, Euskalherria Bildu ha sido el único, junto a Vox, que ha ganado también en votos, respecto a elecciones anteriores. Lo de Vox, tiene escaso mérito porque sigue teniendo pocos amigos por aquí y ha terminado por recoger el enfado electoral de los votantes mas españoles del PP. Y su desafecto al esperpento candidato “popular” de este año. Lo de Bildu, en cambio, resulta mas inquietante. Indica que cuanto mas se modera el discurso de la coalición y su práctica política, acercándose al PNV, es cuando mas sube en votos.

Claro que en una sociedad, cada vez mas conservadora y complaciente, como la vasca, tampoco es que tenga mucho mérito. Solo hay que igualar, poco a poco, en discurso y en praxis, al partido del pensamiento Sota. Parece que es lo que toca, en este ciclo de después de ETA. Donde vamos al encuentro del ayer prometido, por los regionalistas de la ría. Donde podamos, algún día, juntarnos y llorar con el poeta: “Ya somos todo aquello, contra lo que luchábamos a los veinte años.”. Sabiendo, además, que no deberíamos preocuparnos tanto. Porque, después de ETA… siempre nos quedará el PNV. El partido de Sota y su oposición moderada, de buenos chicos. El partido que se encarga de que todo vaya lo mas lento y sensato posible. Y todo sea despacio y estancado, como cuando teníamos veinte años. Para seguir instalados y cómodos, en el ayer que fuimos.

3 thoughts on “El ayer que somos

  1. Tras leer el magnífico artículo de Josemari me gustaría aprovechando el marco que ha pincelado, hacer tres reflexiones desde dentro del mundo ideológico de la IA.

    1. Cuanto más se institucionaliza la IA más votos tiene.
    Lo cual para mí es preocupante igualmente desde la mirada de una militancia que quedó marcada por una época y una sigla, Herri Batasuna. He oído a Arnaldo muchas veces decir que todo el proceso de transformación de la IA se hizo tan lentamente, además de por su complejidad evidente, porque no se quería dejar a nadie atrás. Hoy observo a mucha gente de esa época muy disconforme con la situación actual que vota a regañadientes por pura obligación militante y otros que se quedan en casa como forma de protesta. A ello se suma la gente que SÍ se ha dejado atrás. No voy a hablar de ATA que también, menciono por ejemplo al referente de la IA , la histórica ANV, a cuyos militantes la IA Oficial parece haber tenido una manía sistemática. No sé lo que habrá aportado Alternativa o una EA en franca descomposición. Hay militantes históricos decepcionados y a la actual dirección parece no importarle. Y eso lo considero un agravio. Cabrea ese regalo de poltronas a PNV y PSOE y que muchos dirigentes de Bildu parece que les quita poco sueño el que sigan habiendo 250 presos.

    2. Los vasos comunicantes de la emigración (ilegal principalmente) y el ascenso de la extrema derecha
    Y mucho cuidado porque hasta ahora Vox era testimonial en EH. Pero la situación puede cambiar. A mi modo de ver, la izquierda europea sufre un complejo incalificable dentro de un esquema de que los ricos son malos y los pobres buenos, por sistema. Y no es cierto. Por lo menos no lo es la segunda parte. Y no conectan con el sentir de la calle en temas de seguridad, delincuencia, trabajo en negro, etc. El buenísmo imperante arrasa con la razón en demasiados temas. No habríamos visto situaciones aberrantes últimamente como la de los temporeros del campo en Andalucía o Catalunya si la emigración estuviera regularizada. Cada trabajador debe tener su carta de derechos y obligaciones muy clara, e idéntica para todos. Fomentar la ilegalidad no es ayudar al necesitado, es abrir la puerta al abuso, la discriminación y la desigualdad. No es preocuparse por las clases proletarias, es dejarlas a los pies del caballo del capitalismo globalista y especulador.

    3. Como se defiende la cultura vasca, nuestro modo de ver la vida, ante el fenómeno de la globalización salvaje.
    Otro aspecto que la izquierda, nuestra izquierda, no está sabiendo gestionar. Parece que defender nuestros valores tradicionales es estigma de aldeanismo, de gente paleta que no ha viajado.
    Pues yo quiero mostrar en valor nuestra cultura, nuestro idioma, nuestra huella cultural. Estos serían valores negativos si intentáramos imponerlos sobre otros. Pero no es el caso, Defendemos nuestra identidad no porque sea mejor que otras. Lo hacemos porque precisamente es nuestra, frente a todo lo foráneo.

    Ya sé, y cito a Arnaldo otra vez, que sin poder político lo tenemos jodido. Pero peor será si renunciamos a ella y la sacrificamos en el altar del gilipollismo globalista.

  2. Oso ondo Eduardo…Eta eskerrik asko por animarte a intervenir. UNa cosa, entre otras, me ha parecido de interés. Lo de ANV. Es cierto. Cabe preguntarse cómo y porqué casi ha desaparecido. Recuerdo todavía, cuando tenía representantes en la mesa nacional de HB. Sería bueno conocer alguna versión autorizada sobre su situación actual y sobre la evolución que ha tenido en los últimos años. Si tenemos en cuenta que es uno de los puntos donde podemos situar el origen de la I.A. es raro y triste, no sabe casi nada de ANV.

    • Lo de ANV es, como el Athletic, un caso único mundial. Una formación política Trascendental en el desarrollo ideológico del nacionalismo Vasco, mucho más que el PNV, y que se vio oscurecida desde el minuto uno de su fundación. Por sus enemigos, Pnv, pero también por sus amigos (republicanos y socialistas durante la República y la IA desde la transición, que la mantuvo como un florero caro y bonito pero sólo de exposición. El único libro sobre ANV específico es el que editó Txalaparta en 2004 “ANV, el otro nacionalismo”. El partido se inmoló durante la guerra del 36 (sus batallones fueron los más castigados en bajas de la contienda), la dictadura y el exilio casi lo hizo desaparecer. Desde la Mesa de Altsasu, 1978, prácticamente se diluyó en HB. Desde ese momento hasta la ilegalizacion de Garzón, fue muriendo poco a poco

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