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Autor: Borroka garaia da!

3En Euskal Herria existe un conflicto político. Un conflicto político e histórico cuyo origen reside en la violencia que llevó a ocupar un pueblo, trocearlo y ponerlo bajo tutelas extranjeras negando y persiguiendo la identidad de la nación vasca con intención de aniquilarla. Conflicto que está forjado por el imperialismo y mantenido por el ansia depredadora del capital y las burguesías española y francesa así como la colaboracionista autóctona. Ese es el conflicto, ni más ni menos. En esencia, la negación violenta del derecho de autodeterminación por parte de los estados español y francés. Derecho imprescindible e irrenunciable para que todo pueblo sea y decida.

Ese conflicto político ha generado diversas respuestas a lo largo del tiempo en el seno del pueblo vasco, algunas violentas. Las respuestas violentas así como la violencia permanente necesaria para mantener la ocupación de Euskal Herria son las consecuencias del conflicto político no el conflicto político en sí mismo. Desaparecida la lucha armada de ETA no desaparece el conflicto político ni la violencia de los estados. Pero es que aunque desaparecieran las torturas, la criminal política penitenciaria, se diera una amnistía, se acabarían con los juicios políticos, con la represión en las calles y con todas las medidas que han ido imponiendo los estados a lo largo de los años para combatir a los sectores más despiertos en Euskal Herria tampoco desaparecería el conflicto político ni la violencia. La violencia no desaparecería hasta que con total libertad el pueblo vasco decida. Si no existe esa capacidad de decisión sin ningún impedimento, el pueblo vasco estará bajo la violencia impositiva. Es decir, sin justicia que asegure derechos la situación será de conflicto y violenta debido a que la voluntad del pueblo vasco permanece forzada.

Es por tanto que la única solución al conflicto político pasa por la aplicación de los derechos nacionales de Euskal Herria sin la injerencia de nada ni de nadie. No existe actualmente ningún proceso de solución porque no se está dando respuesta a esta cuestión. Ni con los estados, ni sin ellos en un proceso unilateral de soberanía. Y lo mas preocupante no es eso, sino que la sociedad vasca no conozca aún una agenda detallada en ese sentido. Las apuestas se pueden perder o ganar pero sin apuesta siempre se pierde.

El PNV y la izquierda abertzale nacieron para dar respuesta a ese conflicto. El PNV se ha conformado con aceptar como legítima la violencia que fuerza la voluntad de la nación vasca (lo hace cada vez que afirma que vivimos en democracia), justificar en un alto grado la violencia usada para combatir al pueblo vasco que no cede y no tener ningún proyecto nacional de estado. Su proyecto hasta hoy en día es vivir cómodos en el estado español.

La izquierda abertzale no acepta que se fuerce la voluntad de la nación vasca, sufre en sus espaldas el mayor grado represivo que recibe la sociedad y tiene un proyecto nacional de estado: el estado socialista independiente.

Teniendo en cuenta donde están las claves de la solución y que la paz solo puede construirse en base a medidas de justicia, resulta desalentadora la creencia de que aspectos técnicos sean los que puedan desbloquear el conflicto. No lo harán aún en el caso más que improbable de darse por generación espontánea.

Tras décadas de lucha, si algo ha quedado meridianamente claro es que tanto el conflicto político como sus consecuencias solo se solventarán llegando hasta el final del camino hacia un estado propio. En medio de ese camino están dos estados. Cómo echarles de ahí se convierte en lo único que puede desbloquear lo que impide la paz, la solución y la libertad. Sin una perspectiva de cómo echarles, toda medida unilateral es liquidación de ETA o rebaja ideológica de consecuencias previsibles en el futuro de retroceso en el proceso de echarles del camino que costará recuperar. Auguro buenos tiempos para un PNV cómodamente regionalista si los aspectos técnicos se enquistan como modelo de resolución (que además no será acompañado por el estado) y somos incapaces de generar de alguna forma niveles de presión similares a otras fases políticas. O Lokarri o tensionamiento político. Todo a la vez imposible. Mientras tanto todo el mundo esperando a ver que dice o que no dice el EPPK  y no pensando en estrategias para acabar por ejemplo  con la dispersión.

2 thoughts on “Todo a la vez imposible

  1. Bueno, eso de situarse en posiciones que propician que gentes de diversa índole que trabajan desde otros prismas, quizás confundidos pero no creo que malintencionadxs, y sobre todo implicadxs en asentar este proceso se sientan ninguneadxs, no es nada nuevo.

    Supongo qué si los estados español y francés hubíesen dado carta de naturaleza “oficial” al grupo interncional de verificadorxs, y hoy estuviesen discutiéndo en la comisión del derecho al referendo vinculante de las naciones europeas sin estado(sic), estaríamos en otra dinámica.
    Sin acritud, que diría el otro. Y es que la primera parte del artículo donde exponeís que el conflicto seguirá existiéndo al margen de que eta esté activada o no, lo compartirán 99% de Lokarri,(..).

  2. Más que “generar niveles de presión” (aquí el manoseo de los conceptos y de las palabras parece que se ha instalado, en Euskalherria, casi como ahí abajo en los Mandriles…), y mucho mejor que hablar de que “la única solución al conflicto pasa por la aplicación de los derechos nacionales de Euskal Herria sin la injerencia de nada ni de nadie”, que también me parece una frase hueca para la galería, tendríamos que estar estudiando y sobre todo practicando todas las formas posibles de construcción y constitución nacional de hechos. Hechos!
    (Udalbiltza non dago?)
    Si dejamos pasar esta excepcional contingencia histórica, el hundimiento progresivo de la nación colonizadora y de su chupóptera institución borbónica, sin salir de sus garras ahora, bueno, apaga y vámonos. A Montebideo, por ejemplo, que ya tenemos kolegillas.
    Axun

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