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De nuevo nos encontramos ante el secuestro de una ciudadana vasca. En este caso Ohiana Agirre del movimiento pro-amnistía. La estrategia violenta del estado no cesa y no tiene visos de hacerlo. La sociedad vasca a lo largo de los años, de las décadas, se ha acostumbrado a ese goteo contínuo de secuestros. De un estado que no tiene ninguna legitimidad para hacerlo.

Buscar de entre los perfiles de los detenidos posibles razones para que no se produzcan lo único que hace es dar cierta legitimidad a las detenciones pasadas y futuras. Han sido 30.000.

Ninguna detención es legítima en primer lugar porque la sociedad vasca jamás ha cedido el monopolio de la violencia y la ley a estructuras que provienen del franquismo. Cuerpos policiales y tribunales que no son legítimos ni democráticos. Que son extensiones no depuradas del fascismo franquista puro y duro.

Todas y cada una de las detenciones están enmarcadadas en una estrategia político-militar que no entiende de razones jurídicas sino de razones de estado. No existe debate judicial posible ni justicia.

El estado no va a prescindir de su estrategia político-militar. No al menos mientras el conjunto de la sociedad vasca, o significativamente toda la sociedad abertzale sin fisuras y conjuntamente desde el PNV hasta la izquierda abertzale  digan hasta aquí hemos llegado y se planten ante los tribunales españoles y las FSE. Mientras que no se dejen claro esos términos y por lo tanto se tomen las iniciativas pertinentes no se darán pasos decisorios.

Que parte de la comunidad internacional que tanto se ha apresurado para desactivar la violencia de una de las partes se mantenga impasible ante este tipo de hechos tampoco ayuda. Es totalmente necesaria y exigible una mayor implicación en ese sentido. Y que la sociedad vasca lo vea. De lo contrario estarán demostrando su falacia y dejando vendida a esta sociedad. No es de ninguna manera permisible que se produzcan este tipo de hechos. Y mucho menos en la coyuntura en la que nos encontramos.

La sociedad vasca puede construir su muro anti-represivo y lo está haciendo. Pero eso no significa que en otros ámbitos empiecen a hacer lo que tienen que hacer. No es de recibo y es insultante que el debate sobre unas pintadas sublime el secuestro de una ciudadana vasca. Suspenso para la clase política. Para toda ella.

Mientras tanto, como era esperado ante la crisis sistémica que avanza, la violencia como eje cohesionador político del capital y de un estado neofranquista empieza a colocar sus primeras barricadas de cara a la contestación popular. Razzia policial a independentistas gallegos y traslado
al tribunal de orden público franquista.

2 thoughts on “La violencia que no cesa

  1. En el artículo se menciona:

    “Que parte de la comunidad internacional que tanto se ha apresurado para desactivar la violencia de una de las partes se mantenga impasible ante este tipo de hechos tampoco ayuda.”

    Pues bien, quizas lo que quería esa comunidad internacional era simplemente eso, desactivar la violencia revolucionaria y más en un contexto como en el de hoy en día, donde se prevee una escalada de conflictividad social debido a la situación generada por el capitalismoa. Nunca he creido que Koffi Annan, o los lideres de la Interpol o quien sea vengan a Euskal Herria para solucionar una conflicto derivado de una situación de opresión, sino mas bien a “pacificar” a la respuesta popular. O acaso creíamos que los mayores representantes del capitalismo genocidad tienen verdaderas intenciones de hacer justicia??

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