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Autor: Borroka garaia da!

Decía el activista por los derechos humanos Malcolm X que ¿cómo puede ser que haya que agradecer a alguien, darte lo que te pertenece?. Mas aun, remarcaba, ¿cómo poder agradecer a alguien darte solo alguna parte de lo que te pertenece?.

Y es que en Euskal Herria casi parece mentira que haya que estar contentos porque la guardia civil esta vez no haya torturado, que no hayan aplicado ese pasaje del terror que supone la detención incomunicada o que la audiencia nacional española finalmente no haya enviado directamente a prisión a los detenidos en la operación armada contra Herrira. Sin embargo, siguen manteniendo las falsas acusaciones contra todos ellos, cuatro han tenido que pagar una extorsión económica, y las actividades del movimiento Herrira han sido prohibidas por dos años.

Los guiones de la macabra ingeniería represiva española dan para eso y mucho más. Siendo la sociedad vasca un mero objeto en sus manos donde aplicar la violencia reaccionaria con objetivos despreciables y jugar con el sufrimiento.

La solidaridad con los presos y presas vascas es algo tan arraigado en este pueblo y desde hace tantas y tantas décadas, sobrepasando de largo incluso al actual marco político impuesto, que es materialmente imposible acabar con ella a golpe de redadas. El estado es totalmente consciente de ello y pese a que intente impedir y obstaculizar esa tarea en todo lo posible, sabe que esa guerra la tiene perdida desde hace demasiado. Habría que enmarcar por tanto estas dinámicas represivas en estrategias más profundas que ya vienen de atrás y que afectan a múltiples ámbitos, una estrategia que no tiene otro objetivo mas que la destrucción y asimilación de Euskal Herria como proyecto libre y principalmente de los sectores mas vivos y activos de su sociedad.

La filosofía de esa estrategia si bien puede tener coyunturalmente cambios en aspectos técnicos es inamovible e independiente al oprimido para un estado opresor que jamás cambiará su esencia. No ha existido ningún opresor en toda la historia que lo haya hecho y no lo habrá en el futuro. Será la sociedad vasca por tanto la que tendrá que doblegar esa estrategia, siendo la solidaridad con los presos un elemento vital a reforzar para acabar con todas las medidas crueles e inhumanas y finalmente alcanzar la amnistía.

Si de algo sirve la situación a la que quieren condenar a este pueblo y concretamente los zarpazos represivos es para sacar una instantánea fotográfica. Y la imagen que nos está dejando esta última acción represiva es un fiel reflejo de la realidad. Un UPN y PP rabiosos, desbocados e impotentes para que su agenda cale en la sociedad, un PSOE sin identidad propia y cerrando filas con el PP por cuestión de estado pese a operaciones de maquillaje que a pocos engañan ya, y un PNV cabalgando entre la indignidad y el interés propio, sin más proyecto para Euskal Herria que el de la sumisión. Mientras tanto, las clases populares vascas dignamente en la calle intentando buscar fórmulas que hagan despegar definitivamente esa lucha popular que empiece a revertir lo caminado por el fascismo.

El sábado en Bilbo, gota a gota seguiremos haciendo que suba ese caudal de la marea de la solidaridad hasta que finalmente con el viento  nos transformemos en una ola que arrase con todo lo que impide que en este pueblo se pueda vivir en libertad.

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