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Autor: Borroka garaia da!

A los insurgentes hay que aislarlos de su causa y de su apoyo. Pueda ser que eso requiera matar o capturar a los insurgentes, pero a largo plazo es más efectivo separar un grupo insurgente de la población o de sus recursos y entonces dejarlo morir. La acción militar de confrontación en exclusiva es contraproductiva en la mayoría de los casos. Ella tiene el riesgo de generar resentimientos en la población, olas que motivan la generación de grupos nuevos y acciones de venganza. Si se hace ver a los insurgentes como criminales, muchas veces ellos pierden su apoyo. Joint publication 3-4 Counterinsurgency operations USA

Generalmente los pueblos y clases oprimidas que han logrado un grado de conciencia suficiente se rebanan los sesos buscando tácticas y estrategias que les hagan salir de su situación. Pocas veces lo consiguen totalmente, algunas veces lo hacen de forma parcial y en demasiados casos no se da ningún resultado apreciable o la derrota queda instalada.

Detrás, o mejor dicho, delante de cada pueblo oprimido y clase subyugada hay un imperialismo y una clase dominante. Y este imperialismo y clase dominante se rebana los sesos ya sea para realizar nuevas imposiciones o para mantener las conseguidas. Para ello utiliza la ciencia militar. Que un conflicto sea coyunturalmente armado o no, es indiferente. Pues la ciencia militar no trata exclusivamente de lo que se denomina guerra sino que su doctrina es eminentemente política. Con lo que se podría hablar de ciencia político-militar como el campo de trabajo donde se desenvuelven las tácticas y estrategias de opresión nacional y social. Alguien podría afirmar entonces que el campo de trabajo de la liberación nacional y social también es la ciencia político-militar y lo cierto es que no andaría muy desencaminado.

Los opresores saben hacer buen uso de la ciencia político-militar. Y uno de los ingredientes fundamentales de ello es el análisis pormenorizado de su enemigo. De su composición, sus tácticas y estrategias, y todo tipo de información relacionada. Este quizás sea uno de los puntos débiles históricos de toda fuerza de liberación que si bien ha realizado estudios profundos de estrategia revolucionaria, pocas veces lo ha hecho con la misma seriedad de estrategia contra-revolucionaria. Esto es importante porque para que triunfe una estrategia de liberación, no solo tiene que ser una estrategia correcta y factible sino que la estrategia del enemigo debe ser neutralizada.

Hoy vamos a hablar un poco de una doctrina político-militar estadounidense, que está divida en dos ramas principales (conflictos de baja intensidad y de alta), aunque en realidad la doctrina es equivalente solo que adaptada. Vamos a hablar de la estadounidense no solo porque sea la de la fuerza hegemónica imperialista sino porque estas doctrinas son las que se exportan a sus aliados que las estudian y ejecutan con detalle, y esto se traduce en que en América latina ha sido una doctrina empleada por las fuerzas reaccionarias contra-insurgentes y en Euskal Herria también a modo de laboratorio en un contexto occidental.

Hasta 1990-1991 el organigrama básico estadounidense estaba basado en la destrucción militar del enemigo militar o político. Fue en el contexto de la guerra del golfo cuando este molde tuvo un cambio drástico basado en experiencias positivas pasadas de conflictos de baja intensidad. En ese momento se adoptó la doctrina de los cinco anillos concéntricos. La premisa de este cambio estaba basada en que según esta teoría todos los estados cuentan con cinco centros de gravedad: El círculo central correspondería al liderazgo, y estaría rodeado por la cadena de producción, infraestructuras, sociedad y fuerzas militares.

Antes del ascenso y sofistificación de la fuerza militar aérea, la única forma de subyugar a un estado era mediante la destrucción directa de sus fuerzas militares. Cuando eso era logrado, las otras fuerzas de gravedad (otras áreas vitales para que sobreviva, continúe funcionando y la propia voluntad de lucha) podían ser atacadas. Con la fuerza aérea moderna se da el caso y todos los centros de gravedad de un estado podían ser atacados en paralelo.

Por eso veían necesario un cambio de doctrina donde el liderazgo enemigo, la destrucción de su habilidad para combatir y de su voluntad de hacerlo sea el objetivo principal y clave de la victoria o derrota. Es por ello que toda acción de guerra debía estar dirigida para afectar directa o indirectamente a ese liderazgo. Ya que según esa doctrina, el fallo en cascada siempre parte del liderazgo, y su voluntad es la que sostiene las dinámicas de un estado.

Para entender esta doctrina de los círculos concentricos o centros de gravedad se puede usar la analogía del cuerpo humano. El liderazgo o líderes son el cerebro. La cadena de producción; petroleo, gas, agua, plantas eléctricas etc.. pulmones, estomago y sistema circulatorio. Las infraestructuras; puentes, carreteras, raíles etc… que unen al país son el músculo y huesos. La población son las células y las fuerzas militares los leucocitos que buscan, atacan y destruyen cualquier amenaza al cuerpo.

En general esta doctrina sigue una lógica bastante común ante una amenaza de ataque físico. El primer instinto es evitar el daño hacia nosotros y nuestra gente cercana. El segundo instinto si la confrontación es inevitable es intentar convencer al oponente que haga lo que nosotros queramos, al menor coste físico posible y de dignidad propia. Si esto no da resultado se usa la fuerza para convencer al oponente de que haga lo que nosotros queramos. El objetivo por tanto ya sea si estamos propinando un puñetazo en la nariz del adversario, una patada en las piernas o una inmovilización de su cuerpo o estamos focalizando todo en conseguir que el liderazgo contrario haga lo que queramos, la doctrina político-militar será la misma.

En la segunda guerra mundial era muy difícil realizar ataques de precisión aéreos, Podía tomar cientos de bombarderos tener una probabilidad de 90% de éxito de destruir un objetivo del tamaño de un campo de fútbol. De esta manera se organizaban vuelos numerosos para atacar un simple objetivo. Y esto daba posibilidad de focalizar defensas y reparar zonas afectadas. Con la llegada de sistemas de precisión, por ejemplo con iluminación laser, ya no se da esta situación y se pueden poner en en marcha ataques paralelos. En las primeras 24 horas de la guerra del golfo más de 2000 objetivos de todos los círculos concéntricos fueron destruidos simultáneamente causando un colapso en la voluntad del liderazgo iraquí. Recientemente en Gaza ocurría una situación similar centrada en el segundo, tercer y cuarto círculo, sin embargo el resultado fue muy diferente al de Irak. ¿Por qué?. La voluntad del liderazgo unido palestino se mantuvo viva y firme porque el pueblo palestino abrazó a su resistencia. Cuantos más muertos se produjeron en la población civil, desde la doctrina israelí (que son obviamente las mismas que las estadounidenses) se pensaba que iban a “quitarle el agua” a la resistencia y crear un colapso en el liderazgo. Se equivocaron y ocurrió lo contrario.

Y es que esta doctrina político-militar no es infalible. Tiene varios enemigos fuertes; La unidad del oprimido, la conciencia de los supremos objetivos y el cerebro o liderato compartido y diversificado. Que incluso puede resistir, rechazar o imponerse a tecnología de guerra superior. La ciencia político-militar estadounidense da por hecho que esto es así, de ahí entre otras la doctrina de los círculos concéntricos para quebrar la voluntad de lucha como objetivo prioritario.

En los conflictos “de baja intensidad” , donde no hay ejércitos regulares en lucha a campo abierto, una de las doctrinas empleada ha sido la misma pero adaptada a las circunstancias. Los círculos concéntricos tienen otros nombres mas políticos y sociales pero que se pueden adivinar sin apenas esfuerzo. Tanto la estrategia del “todo es ETA”, ilegalizaciones, represión dura, represión “blanda”… no son más que ataques a los diferentes círculos concéntricos con objetivos similares. Llegados aquí hay que reconocer que el plan ZEN era una estrategia contrainsurgente bastante avanzada para su época en varios apartados, lo que posibilitó una transición fácil hacia las nuevas doctrinas que son las que hemos vivido desde mediados de los 90 hasta hoy.

La ciencia político-militar de EEUU no es algo inmóvil, ya que está en continua aplicación y generación de experiencia. Hasta hoy, los fundamentos del conflicto de baja intensidad han contado con cinco imperativos; dominación política, legitimidad, unidad en los esfuerzos, perseverancia y adaptabilidad.

Dominación política

Durante la operaciones de CBI (Conflicto de Baja intensidad), los objetivos políticos conducen las decisiones militares en todos los niveles desde lo estratégico a lo táctico. Todos los comandantes y oficiales deben comprender estos objetivos políticos igual como el impacto de las operaciones militares sobre ellos. Ellos deben adoptar formas de actuar que apoyen legalmente estos objetivos aún si las formas de actuar parecen ser no convencionales de acuerdo con lo que contempla la doctrina tradicional.

Unidad de los esfuerzos

Los comandantes militares tienen que integrar sus esfuerzos con otras agencias gubernamentales para ganar una ventaja mutua en el CBI. El personal encargado de la planeación militar debe considerar la forma por la cual sus acciones contribuyen a iniciativas que son de naturaleza política, económica y psicológica. La unidad de los esfuerzos requiere que las diferentes agencias se integren y se coordinen para garantizar la acción efectiva dentro del marco de nuestro (EE.UU) sistema político. Los comandantes deben responder a agentes civiles o los comandantes mismos deben utilizar los recursos de las agencias civiles.

Adaptabilidad

La adaptabilidad es el arte y la voluntad de cambiar o modificar estructuras o métodos para ajustarlas a diferentes situaciones. Eso requiere un análisis cuidadoso de la misión, una inteligencia comprensiva y experiencia regional. Adaptabilidad es más que un ajuste o la flexibilidad, ya que ambos implican el uso de las mismas técnicas o estructuras para muchas situaciones diferentes. Para llevar a cabo operaciones militares exitosas en un CBI, se exige a las fuerzas armadas el uso de adaptabilidad no solamente para modificar métodos y estructuras existentes, sino también para el desarrollo de nuevos métodos y estructuras apropiadas para cada situación.

Legitimidad

La legitimidad es la aceptación voluntaria del derecho de un gobierno de gobernar o de un grupo o agencia de hacer o hacer cumplir las decisiones. La legitimidad no es tangible ni es fácil de cuantificar. Votos populares no siempre otorgan o reflejan la legitimidad. La legitimidad se deriva de la percepción que la autoridad es sincera y eficaz y usa sus propios agentes para propósitos razonables. Ningún grupo o fuerza puede crear legitimidad para ella misma, si no puede fomentar y mantener la legitimidad a través de sus acciones. La legitimidad es el asunto central de todas las partes que están involucradas directamente en un conflicto. También tiene importancia para otras partes aún si solamente estén involucradas de forma indirecta.

Perseverancia

Los conflictos de baja intensidad pocas veces tienen un inicio o final claramente marcado por acciones decisivas que culminan en la victoria. Ellos son por naturaleza peleas prolongadas. Hasta los encuentros eventuales, cortos y bien marcados se deben evaluar en el contexto de sus contribuciones a los objetivos a largo plazo. La perseverancia es la persecución paciente, determinada y persistente de los objetivos nacionales (EE.UU.) durante el tiempo necesario para conseguirlos. La perseverancia no impide hacer acciones decisivas. Sin embargo, se requiere de un análisis cuidadoso basado en la información para determinar el momento y el lugar preciso para dicha acción. Como el triunfo es importante, es igual de importante reconocer que en un ambiente de CBI, el éxito normalmente no llega de manera fácil o rápida. El desarrollo de una actitud de perseverancia disciplinada y enfocada ayudará a los comandantes a rechazar los éxitos a corto plazo en favor de acciones que den alcance a los objetivos a largo plazo.

Military Operations in Low Intensity Conflict, FM 100-20/AFP 3-20 (Field Manual No. 100-20 / Air Force Pamphlet 3-20)

Sin embargo, tanto los fundamentos como las doctrinas y especialmente su aplicación práctica están sujetas a una fuerte adaptabilidad que se reconstruye a sí misma y solo su estudio en un constante proceso para adelantarse a ello puede  dar respuesta al saber qué hacen, por qué lo hacen y con qué objetivo.

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