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Autor: Borroka garaia da!

Introducción – Primera parte

En este blog llevamos hablando casi desde el inicio del método organizativo. Es un debate que hoy en día se palpa en el ambiente que cada vez está más extendido en la masa social de la izquierda abertzale y aledaños. Que sea así no es casual. Es uno de los elefantes en la habitación de un tiempo a esta parte. Un debate que ahora crece tras las recientes elecciones porque en cierta manera han quedado a la vista unas limitaciones que si bien no son nuevas, cada vez más sectores cogen conciencia de esta problemática.

Las dos almas históricas existentes en la izquierda abertzale

Las organizaciones y movimientos a veces se dividen de una forma natural simplemente porque se llega a un punto donde las diferencias se hacen vitales e insalvables. Ese fue el caso del surgimiento de EAE-ANV rompiendo con el particular aranismo jelkide y conformado por militantes ekintzales que provenían de Comunión, Aberri o no estaban adscritos a nadie. También fue el caso de Euskadi Ta Askatasuna que en primera instancia surgió de la disrupción que supuso la fusión de la histórica Ekin con EGI llegando a abandonarla.

Posteriormente en la izquierda abertzale se han dado tres tipos de divisiones: Las del ámbito culturalista ante la izquierda revolucionaria (Por ejemplo los distanciamientos producidos ante la apuesta socialista revolucionaria de los 60 que es el paradigma ideológico teóricamente vigente del MLNV, o la ya más cercana en el tiempo escisión de Aralar), las del ámbito estatalizante español ante el nacionalismo revolucionario ( ETA berri, MCE, LCR… ) y las de origen táctico o estratégico con mayor o menor diferencia ideológica.( ETA-m – EIA-ETA-pm-EE, movimiento autónomo, CAA ).

Contrariamente a la opinión más o menos extendida de que la división en la izquierda abertzale ha sido siempre producto del posicionamiento ante ETA y pese a que en ocasiones esas divisiones se han escenificado en escisiones e independientemente de la evolución posterior, en mi opinión el abertzalismo de izquierda tiene una división histórica espiritual. Dos almas. Dicho muy sintéticamente y obviando las escalas de grises; El culturalismo de izquierda humanista y el nacionalismo revolucionario de los Argalas y Etxebarrietas etc… En cada etapa histórica expresado de diferente manera. La unidad popular ha sido la encargada de gestionar estas almas junto a las diferentes expresiones venidas del plural y rico movimiento popular vasco. Lo que ha dado a lugar a una izquierda abertzale y más en general a un campo abertzale y socialista, a un pueblo abertzale de izquierda, plural, amplio y diversificado.

Sortu

Trasladado todo ello al presente, la primera constatación que quiero señalar es que hoy por hoy Sortu, no ha podido o sabido llevar a cabo una función de unidad popular que pueda aunar en óptimas condiciones tanto estas dos almas como todas sus variantes. Algunas pistas pueden ser: Que Sortu esté lejos de ser una unidad popular, que en vez de ser un punto de encuentro de los independentistas y socialistas de este país que diseñan estrategias, las compartan o no compartan en diferentes grados, hayan tenido demasiado peso posturas que intentan pasar el rodillo no dejando espacio a diferencias enquistándose un dogmatismo malsano en torno a una mera estrategia oficial que se convierte en tótem y arma arrojadiza. Que en vez de un Sortu heterogéneo, se haya buscado un Sortu homogéneo. Cuando la izquierda abertzale no lo es. Conviven sectores posibilistas y socialdemócratas, con socialistas revolucionarios, marxistas e incluso libertarios. Que el discurso único y el personalismo ha tomado una preponderancia nunca vista. Que Sortu ha intentado abarcar más de lo que es. Casi en la línea de hacer que el MLNV sea sinónimo de Sortu. Siendo el MLNV un movimiento político de liberación nacional y social con trabajo en diversos ámbitos, con diversas organizaciones. Romper la flexibidad organizativa y seguir un modelo clásico de partido centrista aunque se tengan buenas intenciones está abocado a ser parásito de las dinámicas populares y centrado en un ombliguismo institucional y electoral pudiendo hacer que sea el camino directo más rapido hacia la integración en el sistema. Una cosa es lucha institucional y electoral y otra es institucionalismo autocentrado y electoralismo.

De la disolución del MLNV al futuro MLNV

En resumidas cuentas, podríamos decir que se ha producido un proceso progresivo de paso de unidad popular a partido clásico. Esta situación ha tenido reflejo hasta en el mínimo detalle como la creación de la figura de un secretario general o los “carnets” de partido. Esto a su vez, junto a otros factores como ciertas autodisoluciones también ha propiciado la marcha forzada de la disolución del MLNV como movimiento (“de movimientos”) de liberación a partido centrista.

Dadas las condiciones y el contexto, en el que la “vieja política” y el desapego de la clase trabajadora hacia ella aumenta por momentos, intensifica esta problemática. Que nos retrotrae precisamente a la necesidad de retomar de nuevo la forma de movimiento de liberación nacional y social bien imbricado en las necesidades actuales y para dar cuenta de los grandes retos de cara al futuro. Hoy por hoy, no se puede llevar a cabo el proceso de liberación nacional y social a toque de corneta estructural sino mediante una sofisticada red de redes y simbiosis a partir de la diferencia, su gestión de contradicciones y agendas encima de la mesa sin ningún tipo de impedimento para cualquier tipo de sector organizado o no, que abiertamente debe existir e interrelacionarse sin cortapisas en un proceso de inteligencia colectiva desde la base.

EH Bildu

Con EH Bildu se podría decir prácticamente lo mismo. Una construcción basada en partidos al uso, bastante cerrada a la sociedad, donde los partidos sin una base social detrás han ido tomando decisiones si ya de por sí la tendencia a lo obsoleto es inevitable, mas aun en el contexto político-social de hoy en día. Esta situación se ha detectado demasiado tarde y mas de una ventana de oportunidad de avance se ha escapado y perdido en su momento.

El fin del ciclo de liberados

Dentro del proceso para retomar la frescura de un movimiento de liberación renovado es posible que se tenga que dar un paso valiente y de consecuencias importantes y seguramente decisivas de cara al reto de levantar una masa social mayoritaria y activa en la labor de derrotar la opresión nacional y social: El perder el miedo a la masa social.

La eliminación de la figura del liberado como modelo de militancia con capacidad fáctica y relegarla a apartados técnicos o hacerla muy rotativa. Este es el paso fundamental para la eliminación del modelo arriba-abajo por uno arriba-arriba y la toma de responsabilidades comunes que producirá sin ninguna duda un aumento exponencial de la inteligencia colectiva y viveza, tan necesarias para darle la vuelta a todo. La izquierda abertzale en su día fue pionera en muchos apartados de flexibidad para lo que se supondría de un movimiento clásico de liberación nacional (pe, la inexistencia de personalismos y adoración) y hoy puede volver a serlo de llevar a cabo una medida regeneradora de este calibre.

Círculo concéntrico, muelle y dragón (lo “sectorial” a primer plano)

Algo concéntrico supone que comparte un mismo centro o eje. Un ejemplo de círculo concéntrico son los círculos espaciados que se usan en dianas de tiro con arco o armas de fuego.

Parar un desahucio a través de la energía popular a pie de calle, ocupar un edificio a modo de vivienda o para crear una zona liberada y de contra-poder, impulsar vivienda relativamente accesible, asegurar la vivienda como derecho universal, son círculos espaciados y forman un círculo concéntrico. El eje o el centro de la cuestión es prácticamente el mismo. Sin embargo, cada apartado tiene sus características, sus necesidades propias, sus estrategias, sus perfiles. Prescindir de algún círculo espaciado puede romper la cadena. Cada espacio por sí solo no es integral. Lo que da sentido a toda la cadena es el derecho a la vivienda, y este derecho así mismo es un círculo espaciado del centro de la diana. O sea, del socialismo.

Los círculos espaciados no son incompatibles entre ellos, sino que crean sinergia y en muchos casos se necesitan entre sí mientras se avanza hacia los objetivos reales. Que en ese ejemplo concreto no serían simplemente parar los desahucios,o llenar Euskal Herria de squatts y gaztetxes como fin en sí mismo, ni siquiera impulsar desde las instituciones mejores condiciones de acceso a una vivienda sino garantizar vivienda como derecho fundamental básico donde no haya espacio a ningún tipo de especulación ni comercio.

La lucha contra la dispersión carcelaria no es incompatible con la lucha por la amnistía. Ni la lucha por la amnistía lo es con la lucha humanitaria. Defender los derechos de los presos de conciencia no impide defender los derechos de los presos de guerra. Son todos círculos espaciados de un mismo centro. El objetivo, acabar con la existencia de presos políticos. El centro de la diana la inexistencia de conflicto. E incluso todo ello se podría englobar en la desaparición estratégica del sistema represivo-carcelario en la Euskal Herria libre.

Estos ejemplos se pueden extender a todo, ya que son válidos para absolutamente cualquier lucha que tenga como centro estratégico la independencia y el socialismo. Y toda lucha para un abertzale socialista lo tiene.

Un muelle es una pieza elástica, generalmente de metal, helicoidal o en espiral, que recupera su forma después de una deformación.

La acumulación de fuerzas en los ámbitos institucional, político, sindical y en las tareas de construcción nacional y social mediante el movimiento popular (que son las más importantes y vitales) necesitan del muelle. Cada espiral con su propia forma y autonomía, valorando la diferencia y potenciando lo unitario, respetando la diferencia y haciendo fuerza en lo común. Lo importante no son las siglas, sino la energía que se pueda crear a partir del todo. Es la clase trabajadora la que tiene que usar ese muelle para impulsarse y lo prioritario y principal son los objetivos y los contenidos, no el propio muelle que es una herramienta sino el sujeto que la usa que es la clase trabajadora y que sus intereses están por encima del partidismo (que no solo se da en partidos).

La existencia del muelle, elástico por naturaleza, y que hace uso de círculos espaciados en una lucha concéntrica, no debe suponer que tras las deformaciones derivadas de los impulsos no vuelva a recuperar su forma. El MLNV tiene un espacio propio, también en espiral, con sus características, al que no se le puede pasar el rodillo. El discurso, las bases ideológicas y diversas iniciativas requieren una autonomía del MLNV como movimiento que no se puede diluir en la acumulación de fuerzas.

Puede que el movimiento juvenil vaya muy bien en un momento determinado pero la juventud del MLNV requiere su propia voz e iniciativa también. Y así, con todas diversas expresiones del MLNV.

Y hablando del MLNV: Los dragones de varias cabezas significaban herejía, aunque también fueron considerados como emblema de independencia.

Conformar un dragón con múltiples cabezas que no se escupan fuego entre ellas y que lo echen coordinadamente sobre el enemigo o al menos paralelamente sin molestarse, con un plan de trabajo a largo plazo en el que cada cual vea lo que quiere y puede aportar llegando a un mínimo común denominador adecuado con objetivos requeridos y bien clarificados. Sin miedo al debate y al cambio.Tanto en un sentido como en otro. La cohesión vendrá de la flexibilidad, la aceptación, y el hacer piña en torno al proyecto independentista y socialista, hacer piña en cualquier otra cosa solo aumentará grietas.

La izquierda abertzale como movimiento de liberación nacional y no como partido endogámico es garantía popular que junto a la lucha concéntrica y el muelle tienen capacidad de abrir brecha.

Vanguardia(s)

El término vanguardia es un término temido. Y hay razones para ello. No simplemente desde la óptica del que teme la revolución, que también. Entender la vanguardia revolucionaria como un grupo de iluminados auto-eregidos que tienen como misión el dirigismo del rebaño hacia el paraíso es una de ellas. Entender la vanguardia como “el que manda” es otra.

La vanguardia no se puede auto-eregir, ni estar encerrada en sí misma, ni ser una autocracia. Se funde con el pueblo, es pueblo y se interpreta, no para acomodarse en él sino para activarlo hacia el cambio. Es un rango que ese pueblo ofrece. Surge como una necesidad y aparece en su momento sin ser forzada. Crece en fuerza si se lo merece y es débil si se lo merece.

Tiene sus características. Debe tener una teoría revolucionaria, debe tener una auto-crítica radical, debe ser anónima pero accesible y  transparente en sus intenciones, debe crear protagonistas y no serlo, debe blindarse frente al enemigo siendo una forma con no forma. No existe revolución posible sin ella. Si el objetivo no es la revolución no es necesaria.

Sus características concretas dependen de la coyuntura, del futuro requerido, no tiene dogmas. Ni siquiera que solo sea necesariamente una. Realmente la vanguardia de múltiples cabezas es la más peligrosa y la que hoy en día puede enfrentarse a la vanguardia reaccionaria con sus múltiples cabezas y vencerlas.

Apartados siguientes:

– Sortu: Cómo y para qué
– EH Bildu: Cómo y para qué
– Organización revolucionaria
– Ala izquierda y lo que haga falta
– Poder popular vasco Cómo, y para qué
– La aceptación de la fricción
– Nosotras, las que no somos nosotras, y todas las demás
– Romper los esquemas y ganar

4 thoughts on “El elefante en la habitación. Cómo estructurarse para ganar (I)

  1. No sabría bien que añadir pero me ha gustado particularmente este artículo: me gusta la metáfora del muelle, me gusta la crítica demasiado necesaria y urgente a Sortu, me gusta la crítica de la vanguardia y me gustan las propuestas concretas como la rotación de liberados. Seguramente habría mucho más que añadir pero la verdad es que no me siento capacitado para hacerlo yo.

  2. Totalmente de acuerdo y el símil del dragón de tres cabezas coordinadas, muy bien traído.

    “Tiene sus características. Debe tener una teoría revolucionaria, debe tener una auto-crítica radical, debe ser anónima pero accesible y transparente en sus intenciones, debe crear protagonistas y no serlo, debe blindarse frente al enemigo siendo una forma con no forma. No existe revolución posible sin ella. Si el objetivo no es la revolución no es necesaria.”

    _A lo que con vuestro permiso añado; si el objetivo no es prioritario ante élla misma, es una encubadora de farsantes, unxs conscientemente y otrxs por inercia.

  3. Pingback-a: Sare | Aberriberri bloga

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