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constitucion-1978

Autor: Borroka garaia da!

Hoy es el día de la constitución española. Que alegría. A la celebración por supuesto están invitados sus hijos, esos llamados estatutos de autonomía, esos que fueron creados para que las burguesías locales, que no nacionales, pues su bandera es el euro (antes peseta), pudieran medrar con sus policías y gestionar los dineros públicos que pueden arrebatar a la clase trabajadora para ponerlos de vuelta en el circuito capitalista y volver de nuevo a extraer la plusvalía para volver empezar. Ni que decir tiene que el control que tiene la clase trabajadora sobre su economía es inexistente pues no existe economía, ni tampoco irrisoria socioeconomía para la clase trabajadora sino un sistema de explotación sofisticado. De la misma manera no existe soberanía del pueblo porque precisamente la constitución y los estatutos se forjaron en un caso para negarla directamente y en el otro para afianzar esa negación.

Es un tiempo de baile de máscaras donde vivimos en la era de la imagen y las palabras apenas tienen significado, valor y peso, en el caso de que tengan alguno el esfuerzo es constante para sustituirlo. De ahí que una tras otra se nos intenta borrar las palabras para ser cambiadas por otras con la esperanza de que olvidemos su significado. Desde la justicia social que evita el socialismo, pasando por el derecho a decidir que evita la autodeterminación y llegando a autogobiernos que evitan la independencia donde la palabra ciudadanía camufla a la clase explotada. En este baile de máscaras los derechos humanos son los derechos de la burguesía a mantener sus privilegios y la convivencia la herramienta que asegura la paz social que a su misma vez no es otra cosa que la aceptación calmada de la opresión. Una opresión que tiene que ser tragada por colador mediante la normalización. Palabra que a su vez sustituye a apisonadora. Democracia o terrorismo hace demasiado tiempo que perdieron su significado para ser usados indistintamente por los maestros del engaño. Los cuales hablan de comunidad internacional cuando no es mas que otra sustitución y el nombre que se pone el imperialismo cuando hace teatro. El mismo teatro de las guerras humanitarias. Donde la ética humana se mide en dividendos y es diferente acabar muerto o ser asesinado. Hasta la palabra Europa camufla a la Europa del capital.Y todavía nos hablan nuestras sanguijuelas de nuestro ecosistema autóctono de un nuevo estatus que pronunciado en sus bocas nace muerto, pues es difícil que nos puedan explotar mejor y nos sigan timando con mayor eficacia.

Día de la constitución española, de patriotismo constitucional, rimbombante juego de palabras de lo miserable que supone negar la existencia de pueblos en una cárcel llamada estado español. Donde la clase trabajadora de aquí o de allá no deja de ser más que abono para los campos de golf de tanto patriota de su cartera.

Ya lo decía el grupo musical Habeas Corpus de Madrid, (eso que niegan siempre en la audiencia nacional sita en el mismo sitio en apoyo a la tortura), palabras que también esconden al tribunal de orden público franquista:

La constitución española,
cadena que aprieta, cadena que ahoga.
Cadena del todo todopoderosa.
La norma suprema.
La ciega obediencia.

El ejército está vigilando lo que
un día quedaba atado y bien atado.
A las cosas por su nombre.

La bandera española es la bandera fascista.
El ejército español, el ejército fascista.
La policía española, la policía fascista.
La clase política, la clase fascista.

Por su nombre. A las cosas por su nombre.

Por lo que solo falta por decir en este día infame de la constitución española y recordando a los despreciables estatutos de autonomía , como bien decía otro grupo musical, en este caso vasco, que el cartel de entrada ya lo advierte claro: jamás nos gobernó ningún estado.

1 thoughts on “A las cosas por su nombre: Fascistas

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