“Maltzaga” ha muerto, pero hay que enterrarlo

Autor: Borroka garaia da!

Hace ya un tiempo se hizo famoso dar por muerto el estatuto de autonomía. Costó mucho que una amplia base social de Euskal Herria llegara a la misma conclusión que ya había advertido el MLNV incluso antes de que el propio estatuto fuese instaurado: Que nacía muerto. Y es que el no reconocimiento del derecho de autodeterminación no daba ningún recorrido estatutario posible que no fuese el de la dependencia. Algo que en principio es de cajón, ya que un estatuto de autonomía precisamente es eso. Un ordenamiento subsidario del poder estatal español. El reformismo nacional del PNV en su día trató de vender como paso táctico tal estatuto, pero como ocurre con todo reformismo, táctica y estrategia se diluyen, y lo que queda es la realidad.

Y la realidad es que tanto el estatuto como la constitución son españolas, se deben a la ley española y en sus límites consta que la autodeterminación es un delito. Por lo que defender el estatuto o su reforma como vía hacia la independencia, es similar a defender a la UE o su reforma, o al capitalismo o su reforma, como vía hacia el socialismo. Es decir, una tomadura de pelo que solo puede ser producto de la mayor de las ingenuidades o de su extremo opuesto.

Claro que una cosa es que se diera por muerto el estatuto, otra muy diferente es que acabara enterrado. Como no acabó enterrado, ahí sigue su cadáver descompuesto.

El hecho de que no fuera enterrado enlaza con Maltzaga. Aquella metáfora que dijera Telesforo Monzón en relación a que la izquierda abertzale y el PNV deberían acordar el tránsito hacia la independencia y después ya se discutiría de qué tipo de sociedad nos queremos dotar. Y es precisamente el “tipo de sociedad” , a priori no a posteriori, lo que ha imposibilitado e imposibilita al PNV cualquier apuesta independentista, pues su interés de clase siente cubiertas sus necesidades con autonomía, UE, conciertos y convenios ya que la burguesía vasca y sus intereses corren de la mano del interés del capitalismo español del cual son partícipes y beneficiarios, haciendo que solo pueda ser revertida esa tendencia regionalista si a la burguesía vasca le saldría muy perjudicial y caro económicamente la dependencia al estado español. Cosa que no ocurre, ya que el estado español es el marco que asegura y defiende sus privilegios de clase, y al mismo tiempo le ayuda a someter a la clase trabajadora vasca. Por lo que solo sería probable el giro independentista en el PNV, ante el colapso del propio PNV o ante una declaración de guerra de la burguesía española. La segunda opción materialmente imposible debido a que el recorrido histórico de la burguesía vasca entra en colaboración y simbiosis de intereses, fundiéndose e interelacionándose con la española. De ahí que no haya existido nunca proyecto político de burguesía nacional vasca como clase que optara a un estado, porque esa burguesía nacional no existe. Es local o regional bajo el marco económico español.

Fue Joxe Elorrieta en nombre de ELA el que dijera aquello de que el estatuto ha muerto, y ahora en una reciente entrevista ha hecho lo propio con “la estrategia Maltzaga”, dando por hecho que no existen condiciones para ello y que el proceso independentista vasco debe dejar la centralidad institucionalista a un lado, prepararse e iniciarse sin el PNV dando centralidad a una soberanía social que no se abstraiga de la lucha de clases. Básicamente la postura que está ganando cada vez mas adhesión por encima de todas las estrategias fallidas: Que es el pueblo trabajador vasco y sus intereses el sujeto para la independencia, siendo todo lo demás instrumental.

Cuando hace más de una década Elorrieta dijera aquello de que el estatuto ha muerto fue muy bien recibido por toda la izquierda abertzale. Hoy ya no podríamos decir lo mismo de sus nuevas declaraciones, en las que critica abiertamente el seguidismo institucional y la dependencia al PNV de partes de la izquierda abertzale.

En cualquier caso no queda otra salida.