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Artículo de colaboración para Borroka garaia da! Autor: Carlos Aznárez

Otro 19 y 20, esta vez por Santiago Maldonado

Todo indica que esta vez el gobierno derechista de Mauricio Macri está en serios problemas. Ni todos los votos amarillos obtenidos, mitad por el fraude bonaerense mitad por falta de conciencia de un sector de la población (que sigue eligiendo comprar la soga con que se va a ahorcar) ni la grosera impunidad con que suele moverse el staff ministerial de “Cambiemos” le van a alcanzar para frenar lo que ya se ha convertido en un estallido de indignación popular. La foto de Santiago Maldonado inunda el país con la consigna que se hace expresión genuina de dignidad y autodefensa: “Aparición con vida ya!”. A la misma se suma la exigencia de renuncia de la ministra Patricia Bullrich y su segundo, Pablo Nocetti, responsables fundamentales de lo que pudiera ocurrir con la vida del luchador desaparecido. Ambos son el brazo represor del régimen, que despliega sus gendarmes, policías y servicios de Inteligencia por todos los rincones del país, tratando de inventar falsos escenarios de terrorismo donde sólo hay protesta frente a quienes en su voracidad despojan de las tierras a los pueblos originarios y campesinos, provocan despidos de trabajadores y trabajadoras o endeudan al país y rematan su soberanía.

Pieza fundamental de esta embestida son, como siempre, los medios hegemónicos y sus comunicadores lacayos. Los Lanata, Leuco, Fantino, Nelson Castro, Morales Solá, Jorge Asís y especímenes similares que no sólo buscan ensuciar la imagen de Maldonado sino que junto con el Gobierno colaboran en la criminalización del pueblo mapuche y sus dirigentes.

A pesar de todos ellos, el nombre de Santiago Maldonado es ya un símbolo de hartazgo ante tanta mentira y prepotencia oficial. Es como esos ríos incontenibles que buscan la salida al mar y no hay dique que pueda contenerlos. Por él y por su vida joven de tipo bueno y solidario es que, como un reguero de pólvora, el pueblo usa toda su imaginación para traerlo nuevamente con su familia, con sus compañeros y compañeras. Las guardias de los hospitales, las oficinas, los estadios de fútbol, las escuelas, las universidades, los medios de transporte y toda aquella pared o muro que se preste a recibir la urgente exigencia, están siendo utilizadas para dibujar, pintar, sostener o pegar ese rostro que nos representa a todos y todas. No solo por ser una nueva víctima del Estado represor, el mismo que nos arrancó a 30 mil hermanos y hermanas, pero también a Julio López, a Santiago Arruga y tantas muchachas desaparecidas, sino porque Santiago logró con su compromiso visibilizar la lucha tenaz del pueblo Mapuche por la tierra. Esa gesta que ya ha costado muchas vidas a ambos lados de la cordillera y que hoy mantiene en la cárcel como rehén de Macri y la Bachelet, al lonko Facundo Jones Huala.

Santiago Maldonado debe ser un punto de inflexión, doloroso pero fundacional en sí mismo, como lo fue el levantamiento de los Zapatistas en 1994 para gritar que Chiapas vive y resiste o como el secuestro y desaparición forzada de los 43 de Atyozinapa, cuyos familiares han recorrido todo México y el mundo en busca de justicia. Todas ellas han sido y son expresiones donde la rebeldía de los que habitan el subsuelo del continente es respondida con el discurso de la muerte, de la tortura, de la cárcel, esgrimido como única receta por el Estado. Pero hay momentos en que los pueblos vencen el miedo y se lanzan a la calle a demostrar que no están dispuestos a que le arrebaten un solo hijo o hija más. Ese día ha llegado, y así como un 19 y 20 de diciembre del 2001 los argentinos y argentinas dijeron un ¡Basta! gigantesco frente a las consecuencias de un capitalismo que provocó despojo y destrucción social, se hace necesario que este próximo viernes 1 de septiembre, la Plaza de Mayo y todas las plazas del país vuelvan a desbordarse de multitudes que se embanderen con la imagen de ese rostro barbado parecido al del Che o al de un Cristo del siglo XXI. O nos dicen dónde está, qué han hecho con él, y pagan con la renuncia y la cárcel por el daño cometido, o no nos movemos de las calles y plazas. Despertemos, y procedamos en consecuencia. Por nuestros pibes y pibas, por nuestros hermanos y hermanas, por nosotras y nosotros mismos. Si no es ahora ¿cuándo?

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La Plaza más emblemática de la Argentina, la de tantos actos multitudinarios, represiones, patriadas y festejos populares, este viernes reunió a más de 250 mil personas, mayoritariamente jóvenes, que demostraron al mundo que a pesar de los pesares existen anticuerpos en Argentina cargados de solidaridad y repudio. Así pudo verse a una multitud deseosa de abrazar a la familia de Santiago Maldonado y expresarles “estamos con ustedes”, con la convicción de que hay que mover cielo y tierra para que aparezca con vida este joven que eligió desde hace tiempo ser hermano de los pueblos originarios y de los que más sufren y no bajan la cabeza. Hermano de los Mapuche y su amor por las tierras ancestrales que les robó Beneton. Compañero de los pescadores de Chiloé que lucharon contra la contaminación de las aguas del Pacífico. Un gran tipo, como todos los que lo conocen lo describen. En esta oportunidad, la foto de Santiago se mimetizó en un río imparable de gente que corrió libre desde el Obelisco. bajó por Avenida de Mayo y también por Diagonal Norte, y finalmente su rostro barbado se convirtió en bandera de protesta en toda la Plaza. En el mismo sitio donde desde hace 40 años se pide castigo a los culpables de otros 30 mil chicos y chicas como Santiago, pero también de compañeros entrañable como Jorge Julio López.

Fue emocionante darse cuenta que a pesar del dolor que significa la desaparición forzada de Santiago Maldonado se logró gestar el inmenso marco de unidad que se dio en esta ocasión. El repudio comenzó con los tradicionales estribillos de “Macri basura, vos sos la dictadura”, continuó en un “in crescendo” con “como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar” y el clímax se logró exactamente a las 19 horas, cuando Sergio, el hermano de Santiago, expresó desde el palco del acto en medio de un silencio impresionante, que “la señora ministra de Seguridad debía dar un paso al costado y dejar su cargo …” . Fue el momento justo en que la Plaza estalló en un estruendoso rugido. “Que se vaya, que se vaya” apuntaban con sus puños, dirigiendo la frase a Patricia Bullrich, y sin duda también a su ladero Pablo Nocetti.

El acto había comenzado a pura música con bandas como “Arbolito” que hicieron cantar a todos y todas “Pará la mano”, aludiendo a Macri y sus políticas neoliberales. Lo mismo ocurrió cuando un importante grupo de músicos solidarios, entre los que estaban integrantes de Saltá la Banca, Arbolito, La Renga e individualidades como Liliana Herrero y Teresa Parodi, entonaron como un himno un tema escrito de urgencia por uno de los hermanos de Santiago. El coro preguntaba “Dónde estás, Santiago, dónde estás…” y los manifestantes coreaban estribillos contra la Gendarmería (“Asesinos, asesinos”) y los funcionarios del Gobierno macrista. Todo ello coronado con aplausos cuando alguien señaló: “el está aquí con nosotros, sin duda”-

La parte discursiva estuvo esta vez, por decisión de todos los organismos de Derechos Humanos convocantes del acto, a cargo de varios integrantes de la familia de Santiago. Todos ellos homenajearon la ternura, el amor por la naturaleza y el espíritu comprometido y solidario del joven desaparecido, pero fue Sergio, quien puso el dedo en la llaga y arremetió contra las mentiras del Gobierno sobre el caso y las defecciones visibles de la investigación oficial.

Al finalizar el acto y cuando ya se había retirado la mayor parte de los manifestantes, estallaron varios incidentes cuando la policía cargó duramente contra quienes trataban de alejarse del lugar, produciéndose heridos por golpes, gases, gas pimienta y cachiporrazos. “Decenas de policías de civil se lanzaron a una verdadera cacería contra todo aquel que les resultara sospechoso, o sea la gente más joven”, declaró una mujer que al salir de la Plaza fue prácticamente arrollada por las motos policiales. Además, varios jóvenes fueron detenidos e introducidos en los vehículos policiales con evidente brutalidad. Tal fue la magnitud del accionar policial que un diputado del FPV, denunció a los gritos, después que le pegaron varios uniformados, que era incomprensible que la policía, por orden de la ministra Bullrich, haya actuado con tanta violencia. Versión diferente a la que se escuchaba en los medios hegemónicos estigmatizando a “los violentos”, “inadaptados” y “sospechosos” que habían “arruinado” la concentración en Plaza de Mayo.

Por último, en todo el espectro político la pregunta del millón es cómo hará la Bullrich para no renunciar, después de semejante y masivo repudio dirigido a su actuación cómplice con quienes están denunciados como los secuestradores de Santiago Maldonado. Es cierto que esta sostenida por Macri, por la embajada de Estados Unidos, y por los israelíes, que le agradecen los buenos servicios prestados durante la compra de armamento en sus viajes a Tel Aviv. Armas que ahora se utilizarán seguramente contra las protestas populares. La ministra y Nocetti (quien dirigió el operativo represivo en el Lof Cushamen donde desaparecieron a Santiago) están contra las cuerdas, mucho más ahora que el caso ha logrado trascender fuertemente en el exterior, donde se registran reclamaciones de esclarecimiento del caso e importantes manifestaciones de solidaridad con quienes reclaman la aparición con vida de Maldonado.

Un dato final, a los 250 mil manifestantes que se congregaron en Plaza de Mayo hay que sumar cientos de miles en todo el país, y una buena cantidad de protestas en las principales ciudades del mundo. Ahora no hay que bajar los brazos y seguir reclamando y saliendo a la calle hasta que Santiago Maldonado deje de ser un desaparecido. Y quienes lo detuvieron paguen por el dolor causado.

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2 thoughts on “El “desaparecido” que está haciendo temblar Argentina

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