Autor: Borroka garaia da!
Haciendo un breve repaso a la actualidad del PNV nos encontramos con su alianza con el PP en Madrid, su apuesta estratégica de no apoyo al referéndum en Catalunya con pseudo-argumentos copiados a los de Podemos, el control institucional de la CAV desde una perspectiva reaccionaria y de Nafarroa Garaia bloqueando cualquier tímido amago de centro-izquierda. Inmersos en una ofensiva represiva contra el movimiento okupa y los gaztetxes, y en una campaña propagandística junto al resto de la derecha y la patronal contra los sindicatos y por legitimar y asentar la pérdida de derechos de la clase trabajadora mientras se ocultan las consecuencias de la crisis del capital que es aprovechada por la burguesía autóctona para sacar beneficios.
En definitiva, el PNV está en su sitio sosteniendo el autonomismo español y marcando el paso a la clase trabajadora vasca mientras sin complejos pastorea a toda la izquierda institucional vasca y ayuda en la estabilidad del estado español. Su aspiración en cuanto al ya casi olvidado conflicto político vasco es que siga olvidado mientras se refuerza la estructura institucional autonomista y la legitimidad del sistema crezca en relación inversa al espíritu de lucha que una vez vez fue tan conocido en este país dando por tanto estabilidad al interés de clase que representan. Eso e intentar llevar a los presos y presas políticas a un proceso de reinserción mientras intentan hacerse con la gestión de otro trozo (además de la ertzaintza) del monopolio de la violencia estatal española: las cárceles.
Muchos dirán que no hacen ni intentan hacer nada nuevo para el horizonte y razón no les faltará.
El PNV es uno de los ejemplos más claros a escala histórica e internacional de lo sofisticada que puede llegar a ser una apuesta reformista (ese nivel alcanzado es fruto de largas décadas de enfrentamiento con un bloque revolucionario inédito en su día y entorno) de cómo una vanguardia burguesa minoritaria puede mantener unido a un bloque social que no es homogéneo y cuenta con contradicciones de clase, pero la clase burguesa es la hegemónica, domina y dirige, mientras con su acción mantiene unido lo heterogéno sin que las contradicciones se radicalizen y estallen.
Ciertamente han necesitado (y necesitan) la ayuda del estado y de una estrategia violenta y policial para ello. Pero también para mantener su apuesta estratégica, que básicamente es la sobre-explotación interna de la clase trabajadora y la expansión transnacional de su burguesía, necesitan hacer buen uso en el contexto de Euskal Herria del reformismo nacional. Una de las características fundamentales del reformismo es la apariencia, que cuando la realidad material juega a tu favor es relativamente fácil de moldear. Claro que para que esa apariencia coloque en posición hegemónica a su interés, es necesario que la contra-parte le baile las aguas. Y una manera de bailar las aguas es cediendo a sus intereses y la otra aun no cediendo tomarla por imprescindible dándola por tanto derecho a veto e hipotecando el futuro. Lo cual hace negar una estrategia propia y rechaza al mismo tiempo la posibilidad de una nueva hegemonía.
Y en esas estamos, y por eso el PNV irá a la manifestación por la autodeterminación de Catalunya de la misma manera que alguna vez ha ido a alguna contra la dispersión. Así se blanquean, jugando con las emociones del incauto o no incauto, para después, una tras otra, en la realidad pasar de la soberanía de Catalunya (y de la vasca), pasar de los presos y presas, y pasar de la clase trabajadora. El problema está cuando a esa infame estrategia se le da alas blanqueándola.
Borroka Garaia da! 
Gure Esku Dago debería poner unas mínimas condiciones para que puien vaya a la manifestación no pueda, como ha hecho Urkullu unos días antes, decir que el referendum no tiene suficientes garantías. Hay que ser más exigentes porque si no no vamos a ninguna parte.
A Gure esku dago sólo le interesa -igual que a los políticos- el recuento; sea en la calle o en las urnas. La calidad es lo superfluo para ell@s.
Estamos plagados de contradicciones y desde la izquierda no sabemos resolverlas. Yo no he ido a Bilbao ayer, a pesar de estar cien por cien, porque Catalunya decida su destino. Y no lo he hecho porque me resulta insultante la presencia del PNV. No es compatible aliarse con el estado y asistir a esa manifestación – Y alguien lo debe decir. Alguien más importante que yo.
Y que están contra los okupas y gaztetxes es una realidad, mientras no sean gitanos. Entonces miran para otro lado.
Alguien sabe (realmente) hasta donde está metido el PNV en Gure Esku?
¿Acaso el problema de la manifestación ciudadanista de ayer fue el PNV? ¡Si en la misma pancarta ponía “DEMOKRAZIA”! y Jasone Agirre (BIldu) decía que “están a favor de la democracia están a favor de la democracia, de un derecho tan básico como el derecho a poder decidir” además de lamentarse de que España no sea como otros países más democráticos: “El Estado español no es un estado democrático, no es un estado avanzado. Es un estado atrasado que no está al nivel de otros estados democráticos europeos, como está demostrando estos días con su actitud hacia Catalunya”.
¡Democracia para quienes estén interesados en ser partícipe del poder (burgués, claro)! Normal que las clases medias exigan esa democracia para que el poder amplie su base (por decirlo de alguna manera) y así reforzar sus posiciones dentro del Estado.
Cuando hablan de democracia hablan de afianzarse en el Estado, de no quedarse excluidos del reparto de la tarta.
Demokrazia pikutara! Komunismoa ala hil!
Es que acaso el socialismo por construir (paso previo imprescindible hacia el Comunismo), no es democrático? Es que acaso lxs comunistas no somos demócratas?
Creo que nos debemos oponer rotundamente al uso de la palabra “democracia” de manera abstracta. La democracia es la participación libre de una clase en el poder sobre otra; por lo que sí y no: sí poruqe el socialismo es democrático en el sentido de que es la participación libre del proletariado sobre la burguesía; y no en el sentido abstracto. Sí porqur el socialismo es democrático para el proletariado y no porque es dictatorial para con la burguesía; de la misma forma que el poder burgués es democrático para la burguesía y dictatorial para el proletariado.
Y es que cuando las clase medias de democratización etc. debemos de entenderlo en el sentido que he expuesto: una participación más libre, o más amplia si se quiere, en el poder, lo cual les lleve a recuperar las posiciones perdidas dentro del Estado. ¿Sorprendente que pongan de ejemplo los países del norte?
Además tenemos que tener en cuenta que el discurso de la “democracia”, junto al de los DDHH etc. no responde más que a una lógica capitalista, sin plantearse la superación del reino del capital y siendo un arma utilizado por todos dentro de él.
Por último, no considero que los comunistas seamos democrátas, en la medida en que en el comunismo pasa por la abolición de la política y por tanto de la democracia.
Estando de acuerdo con tu exposición, en términos objetivos e ideológicos, en términos estratégicos me parece un error calificar el concepto “democracia” como algo a combatir. Me parece más inteligente reapropiarnos de ello y llenarla de contenido socialista.