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Autor: Borroka garaia da!

Ayer se comentaban dos temas a debatir a modo de propuesta de un lector; como estructurar la hegemonía social necesaria de cara a la independencia y por otra parte, la necesidad de una organización revolucionaria troncal dentro del MLNV. Hoy vamos a hablar de uno de ellos,la organización revolucionaria, en los próximos dias ya se tratará el que queda pendiente.

Antecedentes

Históricamente el movimiento revolucionario de bases marxista-leninistas ha optado por formaciones “políticas de combate” como guías para la lucha de clases que en algunos casos ha sido llevada a cabo centralizada y exclusivamente por partidos comunistas clásicos pero no en otros, como es el caso por ejemplo del MLNV, que a su vez, a parte de llevar adelante la lucha de clases ha llevado la lucha por la liberación nacional.

La tendencia menchevique optaba por un partido flexible basado en la afiliación descartando otro tipo de estructuras. Lenin por otro lado apostaba por una estructura cohesionada y altamente disciplinada que tuviera como objetivo realizar la revolución sin descartar otros instrumentos.

El MLNV casi desde un principio siguió el modelo de estructuración leninista pero incluso con el transcurrir del tiempo lo hizo de una manera muy sofisticada y diversificada. Uno de los episodios clave (si exceptuamos el papel de vanguardia histórica de Euskadi Ta Askatasuna a lo largo del tiempo) es el surgimiento de KAS hasta su definición como bloque dirigente de la revolución vasca, lo cual hacía llenar la función de “partido de combate” y ser la “estructura cohesionada y altamente disciplinada” como así era definida y requerida por los bolcheviques. Por otro lado, la unidad popular sería el elemento flexible y plural de cara a la acumulación de fuerzas populares.

KAS así mismo iría evolucionando organizativamente, contando con diversas organizaciones en su seno, algunas de las cuales perderían su función al ser sobrepasadas por la propia definición y praxis de KAS como bloque llegando a su desaparición y otras como es el caso de Jarrai (kas) haciéndose autónomas y “formación política de combate” por si misma, en este caso como vanguardia juvenil. De esta manera, tras diversos debates se pasaría de bloque coordinado de organizaciones a organismo único con militancia.

Dando un salto en el tiempo llegaríamos a la “auto-disolución” de Ekin y Segi. También organizaciones revolucionarias ”de combate”en jerga leninista.

¿Por qué se tiene miedo a las organizaciones revolucionarias?

Términos como organización revolucionaria o términos como vanguardia son temidos. Y hay razones para ello. No simplemente desde la óptica del que teme la revolución, que también. Entender la vanguardia revolucionaria como un grupo de iluminados auto-eregidos que tienen como misión el dirigismo del rebaño hacia el paraíso es una de ellas. Entender la vanguardia como “el que manda” es otra.

La vanguardia no se puede auto-eregir, ni estar encerrada en sí misma, ni ser una autocracia. Se funde con el pueblo, es pueblo y se interpreta, no para acomodarse en él sino para activarlo hacia el cambio. Es un rango que ese pueblo ofrecerá. Surge como una necesidad y aparece en su momento sin ser forzada. Crece en fuerza si se lo merece y es débil si se lo merece.

Tiene sus características. Debe tener una teoría revolucionaria, debe tener una auto-crítica radical, debe ser bastante anónima pero accesible y transparente en sus intenciones, debe crear protagonistas y no serlo, debe blindarse frente al enemigo siendo una forma con no forma. No existe revolución posible sin ella. Si el objetivo no es la revolución no es necesaria.

¿Por qué se tiene miedo a las organizaciones revolucionarias en Euskal Herria?

No hace falta explicar porque teme el enemigo a las organizaciones revolucionarias porque es obvio. Sin embargo ese temor puede darse en las masas populares si esa organización puede caer en el dirigismo o darse  en cuadros dirigentes externos a la organización revolucionaria temerosos de perder influencia. En cualquier caso, una organización revolucionaria con el norte claro no cae en ninguno de esos errores ya que su praxis le llevará a crear protagonistas y no a serlo, partiendo siempre de la humildad y del ejemplo, no de la imposición.

Otras fuentes que crean temor están relacionadas con el contexto político actual ya que puede existir la creencia de que organizaciones de ese tipo “puedan dinamitar el proceso” como si fuera algo inmovil o lanzarse con excesiva ligereza a una línea política que pueda traer la derrota. Hay que decir que son comprensibles estos temores pero que no son nuevos. Se han producido en todos los procesos revolucionarios.

¿Por qué la unidad popular no es “organización revolucionaria”?

– La izquierda abertzale y su espectro sociológico y político es plural. Comunistas, socialistas, libertarios, libre pensadores y socialdemócratas… Gentes honestas abertzales y de izquierda con diferentes intensidades ,tendencias y experiencias de los sectores populares de este país. De ahí surgió la unidad popular. De la unidad en torno al proyecto independentista y socialista.

– La unidad popular, ha sido, y como no podía ser de otra manera, un mero acompañamiento del movimiento popular. Imposibilitada en alto grado para generar, sustentar y alimentar a éste. El movimiento popular  es clave de cara al desarrollo del proceso del liberación nacional y social. La unidad popular ha sido alimentada por el movimiento popular y no al revés. Lo cual es perfectamente lógico e imposible de revertir porque precisamente unidad popular significa eso; Receptor de los diferentes ámbitos de lucha. La unidad popular es fuerte si el movimiento juvenil, obrero, estudiantil, feminista,ecologista, cultural y popular es fuerte y no en sentido inverso. El mantenimiento del MLNV como movimiento con diferentes expresiones organizativas como la organización revolucionaria y su autonomía correspondiente, siendo la unidad popular el punto de encuentro de las diferentes luchas asegura entre otras cosas la capacidad de incidencia del movimiento popular y la pluralidad de la izquierda abertzale imposibilitando volverla monolítica y endógena.

– La unidad popular no puede abarcar ni centralizar la lucha obrera sindical, el movimiento juvenil, el sindicalismo estudiantil, la lucha feminista, la lucha internacionalista etc… Se necesitan herramientas organizativas autónomas para tal labor. De la misma forma no puede abarcar y centralizar la lucha revolucionaria global del movimiento popular, ni darle perspectiva estratégica exógenamente, ni el recorrido histórico del socialismo revolucionario para lo cual también se requiere herramientas organizativas autónomas. Eso no significa que la unidad popular no tenga discurso ni práctica en todos los frentes pero sería absurdo plantear por ejemplo que iniciativas de cara al ámbito juvenil realizadas por la unidad popular pudieran suplantar a la organización revolucionaria juvenil. Serían complementarias en todo caso.

– La unidad popular no es igual a MLNV. El MLNV es un movimiento político de liberación nacional y social con trabajo en diversos ámbitos, con diversas organizaciones. Romper la flexibidad organizativa y seguir un modelo clásico burgués de partido aunque se tengan buenas intenciones y se intente abarcar trabajo fuera de los ejes de partido clásico está abocado a ser parásito de las dinámicas populares y centrado en un ombliguismo institucional y electoral siendo el camino directo más rápido hacia la integración en el sistema.

– Buscar la cohesión ideológica global en la unidad popular hace que los mínimos común denominadores a acordar se conviertan a la larga en máximos para todos. Desplazando a los amplios sectores socialistas revolucionarios en el caso de que no estén organizados. Una unidad popular endógena a todos los niveles pondría al servicio de una estrategia institucional limitada por el sistema el caudal de lucha popular y la energía del movimiento popular en buena parte neutralizandolas.

– Recordemos que hablamos de una organización revolucionaria, y no de un partido de masas electoralista que debe llegar a amplios sectores sociales. La organización revolucionaria debe activar a la sociedad sin partidismo y dar cuerpo a ese “eco-sistema” donde se recogen los frutos.

¿Por qué se necesita una nueva organización revolucionaria?

– Las organizaciones de “combate” ( en el sentido amplio y no necesariamente literal de la palabra) y estratégicas (esfuerzo constante de análisis de como derrotar al estado y alcanzar los objetivos estratégicos resumidos en la consecución del estado socialista vasco), que dinamicen y refuercen el tejido asociativo, que estén diseñadas para un enfrentamiento ideológico frontal contra el sistema y que se muevan cómodas en aguas turbulentas han sido los pasaportes que han asegurado un victoria estratégica en multitud de procesos de liberación nacional y social.

– A primera vista, es más factible una organización menos exigente que otra más exigente con sus miembros, pero la efectividad de cada una de ellas se empezará a demostrar cuando concluyan las fases de “normalidad social” y vuelvan las decisivas fases de crisis, de luchas, de urgencias y de tensiones, en las que se demuestra la valía de una militancia preparada, crítica, versátil y polivalente, virtudes humanas que exigen años de entrenamiento y aprendizaje.

– Las características concretas de la organización revolucionaria dependen de la coyuntura, del futuro requerido, no tiene dogmas. Ni siquiera que solo sea necesariamente una. Realmente la vanguardia de múltiples cabezas es la más peligrosa y la que hoy en día puede enfrentarse a la vanguardia reaccionaria con sus múltiples cabezas y vencerlas. Es necesaria una organización revolucionaria y socialista independiente pero partícipe de la unidad popular para por una parte mantener la llama histórica del socialismo revolucionario que es parte de la unidad popular aunque no lo es todo, ya que la unidad popular es plural, y para generar, sustentar y alimentar al movimiento popular.

– Existe una descompensación en la situación de Euskal Herria donde el independentismo de izquierda cuenta con unas bases fuertes y en ascenso a nivel institucional, pero donde la estrategia no acaba de despegar a nivel movilizador y de iniciativas potentes que puedan sacudir la coyuntura política y donde el movimiento social va perdiendo peso y equilibrio en relación a la centralidad que está tomando el institucionalismo.

– El trabajo institucional y el contra-poder, al mismo tiempo, cuentan con muchísimas dificultades debido a que los límites de la legalidad jurídico-política unida a los intereses electorales se suelen superponer a los intereses y necesidades de la lucha popular dejándolos subordinados del institucionalismo si no existe cierta tensión. Además el trabajo institucional requiere una dedicación que impide invertir en profundidad en la lucha popular y en una estrategia rupturista. Es por ello que es necesario liberar la capacidad organizativa revolucionaria.

– La verdadera energía y “secreto” de la izquierda abertzale reside en los barrios, pueblos y ciudades. Si se va perdiendo el “punch” ahí, siendo sustituido por titulares de prensa o macro-política, quizás aparentemente abarquemos mucho pero de tanto abarcar al final no quede potencia para apretar. Es una constatación que un partido de masas electoral pierde progresivamente su conexión con la lucha popular de no existir puentes.

– Una izquierda abertzale 100% legal (obviando la alegalidad no sujeta a control estatal) es el pasaporte directo a su derrota estratégica e ideológica. Una izquierda abertzale sin organizaciones revolucionarias que junto a otras de diferente perfil  puedan convivir  está condenada a la quiebra ideológica, quedaría subordinada a la estrategia amenazadora y violenta del estado, y totalmente desprotegida a futuras amenazas y ofensivas que el estado no dudará en utilizar según sigan aumentando las contradicciones históricas y aumente la crisis política y económica . La necesidad de organizaciones dentro y fuera de la legalidad es una constante histórica del movimiento revolucionario que de no llevarse a cabo produce asimilación directa. La conquista de espacios legales sin ninguna vía subterránea lleva a la derrota ideológica como previo paso a la renuncia a los objetivos, ya sea por el hábito que crea el respeto a la legalidad, porque los objetivos se convierten en utopía irreal o porque los mecanismos de esa legalidad no están más que diseñados para asimilar, domar y condicionar.

– Las vías subterráneas, el ejemplo y no el dirigismo, la actitud creada al margen del sistema en la lucha popular son claves que deben acompañar todo el proceso de liberación nacional y social vasco. Son esencias que aseguran la pervivencia del proyecto revolucionario vasco hacia la independencia y el socialismo. Como se caracteriza la vía subterránea en cada coyuntura que movimientos y que perfil tienen es un debate paralelo pero necesario. La pervivencia en todos los planos de la izquierda abertzale es el seguro que imposibilita a los estados vencer. Paso imprescindible para ponerse en situación de ganar.

– Sumar y no restar. Es evidente que progresivamente se han ido distanciando y enfriando muchos sectores populares imprescindibles en un proceso que continua a día de hoy. La organización revolucionaria es la única capaz de hacer recuperar la confianza perdida en ese sentido a través de la praxis y cohesionar. La aceptación de la crítica, el debate abierto, el derecho a disentir como muestra de riqueza debe ser re-aceptado en el MLNV. De lo contrario no existirá proceso de cohesión, no se curarán heridas y de cara al futuro traerá muchas consecuencias negativas que ya se pueden empezar a intuir.

– La organización revolucionaria es la única que puede hacer desplegar y dinamizar en toda su dimensión profunda la lucha popular y elementos como la desobediencia. No es casual las grandes dificultades que existen en ese apartado sino que tienen una relación directa con la inexistencia de esta organización. Las dificultades existentes para activar la desobediencia, la insumisión, el tensionamiento necesario de cara a tumbar el muro impositivo de los estados es un vacío atronador.

– Para que la izquierda abertzale entre en una dinámica de refuerzo ideológico, de confrontación democrática y de desobediencia que será de vital importancia en el marco de un proceso revolucionario debe haber una dinámica popular construida y debe haber una participación amplia en las estructuras asamblearias, deben existir fábricas de militantes y trabajo en el movimiento popular. La organización revolucionaria ha sido sin lugar a dudas la mayor fábrica. Y no se puede vivir eternamente de las rentas. La izquierda abertzale podrá gestionar los réditos del trabajo de hormiga, silencioso y anónimo realizado durante años pero como llenar esos vacíos aparece en la agenda por pura necesidad. La nueva fase política que se ha abierto en Euskal Herria que cuenta con sus potencialidades pero también con su peligrosidad puede que haya llegado a un punto final de las “rentas generadas” y sea difícil encontrar nuevos generadores de ellas si exceptuamos el frente electoral. Lo cual puede hacernos entrar en una especie de realidad virtual que nos coloque con una visión de embudo y no nos haga percatarnos de la fotografía al completo.

– La credulidad en las promesas de los opresores, los límites de la lucha de mera protesta, que carezca de una visión crítica del opresor,el desconocimiento de los objetivos del opresor y de su ferocidad,la capacidad burguesa para pudrir las luchas,la tendencia a la burocratización de la izquierda, la tendencia al corporativismo economicista del sindicalismo, la tendencia a estancamiento y retroceso de los movimientos populares y sociales junto a los efectos alienadores y disgregadores del capitalismo y la efectividad de la represión confirman históricamente la necesidad de la organización revolucionaria. La  configuración del movimiento revolucionario socialista vasco y la creación de un movimiento de acción directa en claves desobedientes que pueda romper el panorama de cierta inercia son también claves.

– Es necesario el impulso de una teoría socialista vasca de carácter revolucionario. La desaparición de las herramientas que estaban destinadas a la tarea histórica de servir de puente entre la acumulación independentista y de izquierdas de diferente carácter e intensidad hacia el proyecto socialista neto , cable conductor de esa energía socialista hacia el futuro comunista. No contar con las herramientas del socialismo revolucionario puede abocar en relación al proyecto independentista y socialista en su faceta socio-económica la reparación del sistema, su parcheo y mejora en vez de su aniquilación/transformación y en el apartado nacional chocar contra el muro de la imposición y hacernos adentrar en la desorientación debido a la falta de teoría y acción necesaria para derribar ese muro.

– Porque lo quiere mucha gente. No es solo por cuestiones técnicas,ideológicas o estratégicas que también. Un movimiento político de liberación nacional y social no puede dar la espalda a los sentimientos de la gente. Los sentimientos son el hilo conductor de los cambios. Un movimiento revolucionario, popular, de clase, pegado a la calle y al terreno,con trabajo de hormiga, constructor y destructor, innovando para superar los errores históricos, que resuma y recoja la gran tradición de pelea de las organizaciones revolucionarias vascas históricas y que ponga las vistas al futuro desde esa filosofía revolucionaria renovada y dispuesta a crear las condiciones que nos hagan avanzar junto al resto de organizaciones y sectores populares de este país.No es pasado, es futuro.

Se nos objetará que una organización tan poderosa y tan rigurosamente secreta, que concentra en sus manos todos los hilos de la actividad conspirativa, organización necesariamente centralista, puede lanzarse con excesiva ligereza a un ataque prematuro, puede enconar irreflexivamente el movimiento antes de que lo hagan posible y necesario la extensión del descontento político, la fuerza de la efervescencia y de la exasperación de la clase obrera, etc. Nosotros contestaremos que, hablando en términos abstractos, no es posible negar, desde luego, que una organización de combate puede abocar en una batalla impremeditada, la cual puede acabar en una derrota que en modo alguno sería inevitable en otras condiciones. Pero, en semejante problema, es imposible limitarse a consideraciones abstractas, porque todo combate entraña la posibilidad abstracta de la derrota, y no hay otro medio de disminuir esta posibilidad que preparar organizadamente el combate. Justamente ahora, cuando carecemos de semejante organización y cuando el movimiento revolucionario crece espontánea y rápidamente, se observan ya dos extremos opuestos (que, como es lógico, “se tocan”): o un “economismo” sin el menor fundamento, acompañado de prédicas de moderación, o un “terrorismo excitante”, con tan poco fundamento, que tiende “a producir artificiosamente”, en el movimiento que se desarrolla y se consolida, pero que todavía está más cerca de su principio que de su fin, síntomas de su fin”
V. I. Lenin ¿Qué hacer?.

14 thoughts on “¿Por qué es necesaria una nueva organización revolucionaria?

  1. Para mi hay un problema de fondo que a veces nadie quiere ver, o al menos si lo ve decirlo en bajo….casi en secreto. A veces nos aburguesamos, eso no excluye a la izquierda abertzale en algunas posturas. Decir esto es tabú. Hace falta el niño del cuento que diga “el emperador está desnudo”. A veces nos equivocamos, y por eso no pasa nada. Revolución suena a miedo. Es triste cuando debe ser motivo de alegría

  2. Si alguien ve un frente obrero por ahí en alguna parte que me avise que yo debo estar mu ciego… o algo…

  3. No se si el problema es el progresivo aburguesamiento de la actual izquierda abertzale o va más allá. Hace unos años hay quien casi reducía las diferentes concepciones que habitaban en nuestro seno en función de los mecanismos de lucha por los que apostábamos unos y otros (lucha armada sí o no, nos querían hacer ver que nuestras diferencias estaban únicamente en ese punto). Hay quien sigue haciéndolo (agitación en las calles o no tanto, desobediencia civil o dejemoslo estar). Yo cada vez tengo más dudas si son las formas de lucha las que nos separan o si es el fondo, y ese lleva a apostar por uno u otro mecanismo e instrumento. Quien sueñe con un Estado en la Unión Europea diseñará un camino en ese sentido, quien reduzca el concepto de cambio a cambio institucional también. Ya se está haciendo, se quiera ver o no…

    ¿Qué hacer? Reforzar barrios y pueblos, por supuesto, al igual que nuestro tejido social. La pregunta es en que sentido irán esos instrumentos, donde se darán los debates estratégicos… ¿También en los movimientos sociales o sólo en la izquierda abertzale? Porque sobre la organización revolucionaria, por mucho que creamos que es necesaria, ¿alguien ve factible su construcción? Yo, a día de hoy, muestro bastante escepticismo en este punto.

    • Me parece un error relacionar la forma de lucha con otras cuestiones más de fondo. Yo, personalmente, conozco defensores a ultranza de la lucha armada cuya vinculación al socialismo (ni que decir del concepto revolución) no va más allá de cuatro esloganes (y algunas veces ni eso) y a otros que siempre han sido un tanto críticos con cirtas formas de lucha que en su praxis diaria están mucho más a la izquierda que los anteriores (pero mucho mucho).

      • No me he explicado bien, epic. Lo que quiero decir es que las diferencias que existen en las distintas sensibilidades de la izquierda abertzale no se basan (unicamente?) en los distintos modos de luchas o la prioridad de unas luchas sobre otras sino que veo que hay cuestiones de fondo, que separan a unas sensibilidades de otras.
        En la izquierda abertzale puede haber quien se sitúa cerca de la socialdemocracia, apuesta por lo del supuesto cambio paulatino y dice que hay que avanzar articulando una mayoría institucional, dando más peso al sector público,buscando hueco en la Europa actual…
        Pero también hay otras sensibilidades de corte rupturista, anticapitalistas, con elementos de descolonización, que hablan de poder obrero, que dan más peso que el actual a la construcción nacional unida a la transformación social…etc.
        Hoy en día la actual izquierda abertzale marca desde la socialdemocracia. ¿Será sólo en un inicio hasta conseguir no se que objetivos? ¿Tiene que ser así y trabajarse el discurso rupturista en los movimientos populares o en blog como esta? Quizás de momento sí. Pero, al loro, lo que a corto plazo puede ser un problema salvable (para quien entendemos que debe trabajarse el ildo revolucionario) a largo plazo ya se verá

  4. Kapitalismoaren erosotasunak sortzen duen lilura baino etsai handiagorik ez dagoela zioen Argalak 1977an. Buruargia zen, ez dago dudarik. Hortik abiatuta atera kontuak zenbat burgestu garen 36 urte hauetan…
    Horrek galdera bat sorrarazten dit: inor badago prest orain duena baino bizi-maila hobea ziurtatuko ez dion borroka gogor bati ekiteko? Aztertu beharko genuke soziologikoki (per capita errentaz ari naiz) non kokatzen garen ezker abertzalearen inguruan gabiltzan 350.000 herritarrok.
    Bestalde, klasiko bat: posible da erakunde iraultzaile euskalduna sortzea eztabaida gaztelaniaz eginez?

  5. Badago datu kezkagarri bat; ezker abertzalearen egitura berrian ez da zehaztu EKINek utzitako hutsunea beteko zuen inolako erakunderik. Eta hau nahita egin da. Horrela, egun zuzendaritza politikoa daukan sektore sozialdemokratak ez du inolako arazorik gu guztiok deriba instituzionalera eramateko.

    Bestetik, zertan dabil ezker abertzalean dagoen Nazio Askapenerako Erakunde Sozialista Iraultzailea? Zergatik uzten ari da ezker abertzalearen asimilazioa gauzatzen?

  6. Se nota que no estais en el meollo. o creeis que no existe un bizkar hezurra? Se ve que no estais en él.

  7. Pingback-a: Desasosiego. El porqué y el cómo acabar con él | Borroka Garaia da!

  8. Eta guzti hau erdara hutsean Euskal herria aitzakia?
    Iraultzailea?
    Euskal Herria, lehenik euskal eta gero herria ahoskatzen da.
    Euskararik gabe independentziaz zer ginateke? Una Murcia revolucionaria e independiente?

    Independentzia gure herri kulturaren defentsarako da, besteak beste, bestela internazionalista iraultzaileak ginateke, mugak hautsiz.

    puf, gau eskola asko behar dira oraindik.

  9. Pingback-a: La división de la izquierda abertzale | Borroka Garaia da!

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