Home

Autor: Borroka garaia da!

En 1984 el gobierno del PSOE cerró el astillero de Euskalduna. Un capítulo vergonzoso en la larga lista de despropósitos contra la clase obrera vasca de un partido que se dice en sus siglas obrero y socialista. Solo se ha quedado en partido español.

Los trabajadores declararon la guerra y Bilbo se convirtió en un campo de batalla. Una ciudad sitiada por la policía española y una clase obrera dispuesta a todo. En la batalla por Euskalduna se perdieron muchas cosas. La más importante, la vida de Pablo Gonzalez Larrazabal. Asesinado cuando huía de una ráfaga de metralleta de la compañía policial española número 11 de la reserva general con base en Miranda de Ebro enviada expresamente a Euskal Herria para causar el terror.

Cientos de heridos, incluyendo numerosos de bala y aquel obrero que acabó con mas de 22% de quemaduras graves en el cuerpo han quedado grabados en el recuerdo. Todos ellos defendieron la dignidad de la clase trabajadora vasca frente a las fuerzas de ocupación, mercenarias del capital. Partidos y sindicatos exigieron la dimisión del gobernador civil que no paraba de repetir que la policía española había actuado con “profesionalidad”. Todos exigieron, excepto PSOE, AP (antiguo PP) y UGT.

La muerte de Pablo coincidió con el atentado fascista que sesgó la vida de otro héroe de la clase trabajadora vasca; Santi Brouard. Fueron los mismos jefes de los que entraron a sangre y fuego contra los trabajadores de euskalduna los que planificaron su muerte.

He escrito que se perdieron muchas cosas pero también se ganó una. La batalla de Euskalduna es aún hoy uno de los mayores símbolos de la lucha de clases en Euskal Herria. Recuerdo imborrable que sigue latente, incrustado en la memoria popular.

Dicen que la historia suele repetirse en cierta manera. El vicepresidente de la Comisión Europea, ex-miembro de UGT y miembro del PSOE, Joaquín Almunia, ha pedido al Estado español que se devuelvan las ayudas concedidas al sector naval entre 2007 y 2011. Esta decisión, como ha denunciado la Unión Internacional de Sindicatos del metal y la minería es discriminatoria, dado que en los casos de otros Estados de la Unión Europea (UE) no se les había obligado a devolver las ayudas percibidas. Pero no solo eso, supone un duro golpe para la futura viabilidad de este subsector, que durante las últimas décadas ha sufrido una drástica pérdida de empleos y de volumen de trabajo, como consecuencia entre otras de las decisiones privatizadoras adoptadas por los diferentes gobiernos españoles del PSOE y del PP.

En este caso, el futuro de 6.000 familias vascas pende de un hilo.

A modo de reflexión, la clase trabajadora vasca debería tener muy presente cuando se añade la coletilla de “en Europa” lo que nos supone la UE, un entramado radicalmente irreconciliable con los intereses populares, la falta de soberanía nacional e independencia que imposibilita dotarnos de las herramientas para organizar la economía y que no lo haga la burguesía externa y autóctona a través de los estados ocupantes. Y sobre todo, pararnos a pensar, aunque sea un instante,en estos tiempos que se hace falsa propaganda de la convivencia feliz entre opresores y oprimidos, si ese camino lleva a alguna parte que no sea a la “paz social” que tanto necesita el estado y la burguesía autóctona para seguir con sus fechorías tanto en el ámbito nacional como en el social.

Si existe una nueva forma de hacer política, está vendrá del espíritu y la garra de los que se partieron el alma defendiendo euskalduna.

1 thoughts on “Astilleros: La vuelta de un espíritu

UTZI ERANTZUN BAT - DEJA UN RESPUESTA