Recibimientos

Autor: Borroka garaia da!

El estado español prohibió con violencia las actividades del movimiento Herrira de defensa de los derechos de los presos y presas vascas. El tribunal de Estrasburgo sentenció que no se respetaban esos derechos. Una de las conclusiones obvias es que son necesarios los movimientos y organizaciones de defensa de esos mismos derechos. Si lo realizado por un tribunal europeo alejado de los intereses de las clases populares vascas indica eso, se puede imaginar lo que puede indicar el verdadero interés de esas clases populares.

Estos días pasados hemos visto como desde el estado español se incrementaban las amenazas y presiones para intentar impedir recibimientos a ex-presos políticos en las calles vascas. “Enaltecimiento al terrorismo” y “menosprecio a las víctimas” han sido las banderas agitadas para tal labor.

Pero ¿realmente esas son la razones de esta persecución?. Nada más lejos de la realidad.

Una de las obsesiones cínicas y enfermizas del Estado español en relación al conflicto político que le enfrenta a Euskal Herria es precisamente negar la propia existencia del conflicto y su carácter político. De esta manera, piensan que sus responsabilidades en él, desaparecerán por arte de magia y que no tienen porqué solucionar algo que no existe. Creen que así su represión puede quedar impune y las medidas de opresión a la nación vasca sepultadas en el olvido. Ya que si no existe conflicto político, es porque no existe la nación vasca. A la que también niegan su condición nacional. La figura del preso político a la que también niegan su estatus político, desmiente toda esa falsa construcción y el recibimiento a uno de ellos lo escenifica, ya que hace insostenible el discurso de que no existe conflicto político.

Otra de las obsesiones del estado español es deshumanizar a la izquierda abertzale y a sus militantes. Especialmente a los que están encarcelados. De este modo, intentan reforzar el marco de guerra donde aplicar violencia y mantener políticas penitenciarias crueles . Esta tarea la llevan a cabo para intentar insensibilizar a la población del sufrimiento que generan en la izquierda abertzale y en Euskal Herria, ya que uno de sus lineas políticas más importantes consiste precisamente en eso, en la negación del sufrimiento generado ya que podría enlazar fácilmente con la propia existencia del conflicto político y sus responsabilidades en él. Un recibimiento hace insostenible todo esto ya que pone de manifiesto en todos los detalles, con contundencia en símbolos e imágenes, con gran alegría, dulzura y emoción, los sentimientos más profundos que surgen de la otra cara del drama y el sufrimiento de la represión. Y no pueden permitir que se vean los sentimientos en su estrategia de deshumanización.

La persecución de los recibimientos pone en evidencia la gran falsedad del sistema español represivo-carcelario donde se supone que tras cumplir la condena ya “has pagado” las deudas contraídas y recuperas todos los derechos. Sin embargo, las muestras de cariño a los ex-carcelados están negadas.

Teniendo en cuenta que el único objetivo de la política penitenciaria española contra la disidencia vasca es separar a los presos de su pueblo y de sus planteamientos políticos además de convertirlos en moneda de chantaje, la salida de un preso vasco y ser recibido en su pueblo supone por todo ello un fracaso de la política de exterminio aplicada contra él, sus familiares y amigos.

Por todas esta razones los recibimientos no solo han sido ocultados durante mucho tiempo antes de ser atacados sino, sobre todo, son odiados e intensamente temidos por el estado español.