En defensa de la revuelta catalana

Arran

Hace días se hizo pública la sentencia del Tribunal Supremo en el proceso soberanista, con ello, se sentenciaron derechos fundamentales y se marcó un punto de inflexión en la aceleración de la represión. Ahora, cualquier movilización que comporte que los cuerpos policiales desistan de cumplir una orden judicial puede ser considerada sedición.

Al mismo tiempo, la sentencia ha generado un estallido de revuelta popular desde el primer día y, días después, todavía sigue. Días de movilización, días de represión. En esta revuelta la juventud está teniendo un papel clave, un papel de punta de lanza. Esta revuelta es, también, la expresión de la lucha de clases en un territorio y un momento concreto: decenas de miles de personas en las calles para hacer una enmienda a la totalidad de su realidad. En este sentido, desde Arran, la organización juvenil de la Izquierda Independentista, hacemos una serie de consideraciones:

En primer lugar, ponemos en valor el componente juvenil de todas las movilizaciones. Agradecer a toda la juventud que está luchando en las calles, es una juventud que no claudica y que sigue avanzando. Asimismo, enviar todo el apoyo y la solidaridad a las detenidas, a las 28 presas y en las más de 600 personas heridas a causa de la brutalidad policial.

El contexto de aceleración represiva en general y, la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo en particular, ha provocado el estallido de rabia de una generación que ha crecido con la represión al movimiento popular, la violencia policial del 1 de Octubre, el paro juvenil, los desahucios, la crisis económica iniciada en 2008, las reformas laborales y tantos otros ejemplos donde la juventud ha visto como era obligada a no tener futuro. Así pues, se da un contexto donde una generación ha perdido el miedo: la juventud dice basta y decide luchar por una vida digna y romper con un Estado capitalista que no nos ofrece ningún tipo de futuro.

Ponemos de manifiesto que nos encontramos en una revuelta, aunque no es ninguna batalla final, sí que hay que remarcar que se trata de un período insurreccional. Ni son simples disturbios ni hay “300 violentos” -como algunos nos quieren hacer creer-, hay decenas de miles las jóvenes en las calles que hemos perdido el miedo y hemos decidido legítimamente no claudicar ante la injusticia. Organizar la rabia, articular y desplegar la respuesta.

Rechazamos la violencia policial ejercida contra manifestantes y el pueblo organizado durante todos estos días de movilización constante en la calle. En este, sentido, hay que exigir dimisiones y que asuman responsabilidades; dimisión del Consejero Buch; expulsión de agentes; disolución de BRIMO y UIP; y la retirada inmediata de la Policía Nacional y la Guardia Civil de los Países Catalanes. Ante unos gobiernos y unos cuerpos policiales y militares al servicio de los poderosos, al pueblo sólo le queda la organización. El gobierno autonómico del Principado es corresponsable de la represión y de la criminalización de la juventud y el pueblo movilizado. Es un gobierno, pues, que debe caer: dimisión en bloque.

Rechazamos, también, la criminalización constante a la juventud y al pueblo movilizado por parte de los gobiernos y todas las fuerzas reaccionarias. La única violencia es la policial. Protegerse y defenderse de la brutalidad policial no es violencia, sino autodefensa.

La revuelta catalana no es la batalla final, pero es imprescindible que continúe para no ser pisados como pueblo. La lucha será larga y se necesitan espacios que expresen todas las formas de lucha: una respuesta masiva, contundente y desobediente.

El empuje de las calles hay que catalizarlo, por un lado, en una respuesta antirepresiva masiva por la amnistía y la autodeterminación y, por otra parte, en la articulación de la Unidad Popular como única estrategia para la construcción del socialismo y la superación del patriarcado en los Países Catalanes. Avanzar hacia la victoria.

Por último, exigimos la libertad de todas las presas políticas y emplazamos a la juventud que está dando la cara en las calles a convertir la rabia en organización: Joven, organízate y lucha!

Arran, organización juvenil de la Izquierda Independentista