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Artículo de  colaboración para Borroka Garaia da!.  Autor: Ascálafo (hijo de Aqueronte)

Hoy sí. Hoy definitivamente he decidido quitar una pequeña fracción de espacio y tiempo a mi vida para dedicársela a aquellos personajes de tragedia griega (nunca mejor dicho) que aparecen y reaparecen en la coyuntura política de Euskal Herria . De la misma manera que los griegos asignaban unas características concretas a sus personajes de teatro, hoy en dia en nuestro territorio desde ciertos sectores se impulsa la misma idea de participación en el espectáculo. Claro, entonces! Ustedes se preguntaran… Cuál es el espectáculo? Me refiero a la actualísima, vergonzosa, predecible e irremediable trilogía de “la institución que no apoyaba al Herri Mugimendu y el mareo de la Izquierda Abertzale”. Citaré uno a uno los diferentes personajes de teatro que participan en él, sin olvidarnos claro del factor que toda gran obra necesita: los guionistas. Aquellas personas externas al conflicto, las cuales se creen dignas de ponerle hasta el último punto y coma al guión; y a cambio recibir su paguita y sentarse en la butaca de invitados a disfrutar del espectáculo. Que empiece la función!

Los tres componentes más importantes de la obra serán lógicamente los mencionados arriba: Izquierda Abertzale, Movimiento Popular e Instituciones. Sin embargo dentro de cada uno de estos componentes se esconden personajes de diferentes características que participan de forma activa en el espectáculo, sobre todo cuando estos interaccionan. Dentro de las estructuras oficiales de la izquierda abertzale se podría decir que existen las posturas favorables al guión y las posturas que esperan un cambio de guión (o las que directamente participan dentro de la estructura para joder el guión). Dentro del primer grupete diferenciaría entre: los comisarios políticos, los apagafuegos y las ovejas. Debo recalcar que hay veces en las que los actores tienen la extraordinaria capacidad de desempeñar dos o incluso los tres papeles a la vez.

Los comisarios políticos son uno de los papeles más frecuentados dentro de las filas y estas son las personas precisamente que se ocupan de cerrarlas. Dicho de otra manera, son las personas que biblia en mano se encargan de eliminar o alinear todo elemento toxico y mediante técnicas de convencimiento político ambiguo, generar las suficientes contradicciones internas como para lograr su cometido.

Después ya, aparecen los llamados apagafuegos o salvapatrias. El papel se suele ejecutar en momentos concretos, normalmente propiciados por contradicciones que surgen cada vez que desde los sectores populares, se lleva a cabo cualquier dinámica o proyecto de carácter práctico revolucionario. El dialogo suele ser: ¡no sabéis leer la situación y la coyuntura política en la que nos encontramos! Hay que tener visión estratégica! Es este justo momento el que se criminaliza la propia dinámica y se exige la sumisión a las exigencias institucionales por encima de todas las contradicciones.

En último lugar aparecen los y las borregas que sin ningún tipo de dirección política, acceden al guión sin contemplaciones para regocijo de los guionistas que ríen desde las alturas del palco en sus cómodas butacas.

Una vez desglosado ”el bloque dirigente” del espectáculo en sus diferentes expresiones humanas, me dispongo a explicar cómo acontecen estos fenómenos dentro del Herri Mugimendu. Diría que dentro del Movimiento Popular (del que queda) se aprecian diferentes tendencias. Una gran mayoría se da cuenta del espectáculo pero la observa desde su tribuna y unos pocos, con nombres y apellidos, se empeñan en escribir sus propios guiones sectoriales a falta de un guión global. Sin embargo, existen disidencias dentro del Herri Mugimendu que se dedican una y otra vez a ceder sus propias funciones a instituciones corrompidas o incluso a partidos políticos, bajo el paraguas político del nuevo estamento llamado zutik EH (y sus derivaciones claro).

Me gustaría finalizar pues con el último y más polémico componente: la institución. Es esta, por razón de ser, la pieza de la obra más diversa y divertida. No podría cifrar el número de actores y actrices que participan, pero sí que me gustaría clasificar tendencias entre el sector supuestamente más cercano al movimiento popular. Son estos actores, los que por la absorción de la propia institución se convierten en personas poseídas. Hay una simple razón que se llama “La política queda bien”. Este es el acto en el que las personas que desarrollan el papel, lo asumen mediante el doble carácter del personaje. Los “quedabiens” viven en la constante y crónica contradicción de intentar cubrir las necesidades del Movimiento Popular y las demandas que llegan del Partenón. Este hecho trae consigo lógicamente una política de no mojarse en ningún espacio y problemática concreta, además de cuando se posicionan hacerlo de manera desigual en frente de uno o de otro. Puede que esto se deba a la trayectoria militante de estas personas, ya que, muchas de ellas vienen de militar en barrios cuando todavía no habíamos “llegado al poder”. Existe sin embargo, otra tendencia encargada de ir de cara, defendiendo las posturas más “ licitas” y democráticas de integración, lo cual desencadena innumerables condenas directas a iniciativas populares.

Acabado el resumen sin entrar en detalles concretos, me gustaría transmitir el verdadero propósito del artículo. Detrás de todas las representaciones mencionadas subyace en mi opinión un factor digno de reflexión. Dicho factor, lo calificaría como herencia histórica. Los propios guionistas del espectáculo, son conscientes de la herencia histórica arrastrada desde hace 60 años y por consiguiente, se valen de él para atraer a todas aquellas personas que están en el limbo. Hay factores subjetivos hoy, que condicionan por completo al movimiento y al miedo con romper lo establecido; la identidad generada entorno a un grupo social, el calor humano que desprende, el arropo del “colectivo”… Ahora bien, ¿quién diría que somos lo que éramos? Es posible que me equivoque pero me da la sensación de que aquellos que observan el espectáculo desde su cómoda butaca, han sabido hacerse con el factor con el fin de que se siga desarrollando el guión. No por mucho tiempo, espero.

Me gustaría ponernos en situación y contemplar el escenario político de Euskal Herria. Movilizaciones estudiantiles, casas okupadas, Gaztetxes… aparentemente iniciativas de carácter popular que por lógica deberían ser respaldadas por sectores populares. Desde medios de comunicación de contrainformación, pasando por el Herri Mugimendu en sus sectores más amplios, hasta las luchas institucionales que responden a las necesidades populares (y no a la inversa). Sabemos que esto no ocurre. Porque? Porque es aquí donde empieza el espectáculo.

1 thoughts on “El espectáculo

  1. Un analisis psicopolitico del hasta hace poco MLNV en sus diversas tendencias politicas, fracturacion que ha debida cuenta se esta dando los ultimos años, donde cada pieza del puzzle ocupa su lugar. Reformistas generalmente liberados y/o en instituciones, pocos se libran. Generalmente la perspectiva de clase se cuece en la militancia de base y en diversas contraofensivas populares, que es exactamente donde se cuaja la materia. Sabemos a estas alturas con quienes debemos trabajar y quienes nos estan dando esquinazo. Como recientemente leí en este blog, que nazca lo nuevo.

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