En apoyo a Carlos Urquijo, el rebelde pirata

Autor: Borroka garaia da!

No se porqué el diario ABC y las fuentes antiterroristas españolas en su día calificaron a este blog de grupúsculo ultraortodoxo, cuando para ser un grupo hacen falta como mínimo ser dos y soy ateo practicante. Cuando además desde estas líneas fueron desde el único lugar donde se pidió que Antonio Basagoiti, ex-presidente de la sucursal del Partido Popular en vascongadas no se marchara a México y continuara con su carrera imposible de comediante. También ha sido el único lugar en dar su apoyo a las juventudes del PNV (EGI), cuando los propios burukides les dieron en ocasiones la espalda. Pues no es nada fácil ser de EGI. En primer lugar por su desdoblamiento y doble militancia en el movimiento impopular. Ya que, el militante juvenil prototipo de EGI, teniendo 40 años, se le exige el compromiso de dos militantes de 20 años a la vez en uno solo. Lo cual es solventado con la legendaria y épica capacidad de gestión multimedia jeltzale para comer angulas, fumar puros, extender cheques y no pestañear, todo al mismo tiempo.

También es duro ser delegado de gobierno en vascongadas como Carlos Urquijo. No es nada fácil gestionar el papeleo que suponen miles de denuncias. No puede ni andar por el pasillo tranquilamente ni ir a la cocina a freírse un huevo intentando evitar que no se caigan las torres de papeleos judiciales de cima insondable que se agolpan y se amontonan por todas las esquinas de su casa. Tampoco es fácil estar las 24 horas del día , siete días a la semana, pensando a quién empapelar esta vez. Es algo agotador, sobre todo cuando ya no se salta casi ni dios la ley.

¿Que han pillado en una foto a Urquijo comprando un disco en el top manta? Con su vida llena de sinsabores debido a contar con un trabajo no reconocido ni valorado de persecución, Carlos decidió soltarse la melena y a lo Judas Priest en Breaking the law acudir a Bilbo un domingo por la mañana para pasarse al lado oscuro dejando atrás una vida gris y poner algo de acción en ella. Comprar ese disco, además a un negro, sería la venganza a sus años de subordinación a un sistema que le hizo perseguir al inmigrante, al abertzale, al pobre y a todo dios si hace falta ya de paso. Re-piratearlo después y pasárselo a los colegas, la guinda de su plan transgresor.

Lo que es increíble es que para una vez que hace algo normal: piratear un disco o comprar en el top manta, los partidos políticos vascos le critiquen que se haya saltado la ley, pues ya nos dirán esos partidos como piensan conseguir cualquier cosa democrática para Euskal Herria sin saltársela.

En cualquier caso, lo que más interesa en este caso es saber exactamente qué disco se agenció Urquijo, algo que como es costumbre ningún medio de comunicación ha podido desentrañar pero que los lectores y lectoras de este blog pueden dilucidar: