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Autor: Borroka garaia da!

independencia-socialismo-euskal-herria¿Cuáles son las vías, caminos y posibilidades que tenemos para la consecución de la independencia y el socialismo en el actual contexto y con lo que hay encima de la mesa?.

Esta es la pregunta del millón. De entrada habría que constatar que las posibilidades no son muy altas de no cambiar las tornas y producirse algún nuevo punto de inflexión determinante y que las vías o caminos en este contexto se han visto reducidos por auto-elección. La prueba reside en que estas cuestiones apenas existen en el debate político actual vasco habiéndose cambiado por un debate sobre la resolución del conflicto y la paz tomando centralidad absoluta y por lo tanto construyendo la casa por el tejado y colocando el proceso de liberación en una situación resistencialista y dependiente.

A mi entender, solo mediante la intensificación del conflicto se podrá crear una ruptura democrática debido a los nudos y dificultades que imposibilitan a nuestro pueblo acceder a cotas de soberanía y los factores externos e internos que inciden en ello. El no hacerlo de esta manera progresivamente hará cambiar la pregunta de ¿Cómo nos vamos a liberar? Por un análisis ombliguista cuando no partidista de ¿Estamos mejor o peor? (como movimiento, electoralmente, etc…).

Lejos de haber llegado a un tiempo de soluciones que está aún por llegar, la única ecuación que puede dar sentido a las potencialidades y logros que se han conseguido en décadas de dura lucha es precisamente la que la lucha pueda generar en el futuro. Todo lo demás serán elementos accesorios. Esa ecuación es lucha = solución.

El desarrollo del cambio estratégico de la izquierda abertzale está probablemente variando el eje histórico de lo que hasta hace nada era entendido como la filosofía base de como se producen los cambios. El motor de cambio ha pasado a ser las soluciones y las soluciones han dejado de ser el resultado de la lucha. Este desajuste tendrá que ser ajustado en algún momento dado porque no va a llegar ninguna solución sin inestabilidad previa, y de lograrse una normalidad democrática en plena opresión nacional y social sería el fin de las posibilidades hasta que llegue una nueva generación.

Una constante histórica que no se puede obviar: El capital jamás hace algo en contra de sus privilegios e intereses si no se ve forzado a ello. Sino se le es arrebatado y recuperado.

En Euskal Herria la clase dominante y minoritaria es la capitalista, a su vez dos estados capitalistas son los que ejercen la opresión nacional, el español y el francés. Solo mediante una ruptura se puede dejar atrás la opresión nacional debido al carácter y esencia de los estados que nos someten, en ningún caso democráticos. La construcción del socialismo tiene exactos parámetros.

Dicho esto, vayamos a la respuesta directa a la pregunta que se hacía al principio del post.

Vía democrática (burguesa)

Aceptar en la práctica que los estados español y francés son democráticos y mediante la vía del convencimiento social y la “lucha ideológica”, a través de las instituciones burguesas de los estados en algún momento dado esa realidad se hará patente y provocará el cambio de parecer en los estados permitiendo lo que la realidad social ha consolidado a modo de desarrollo “espontáneo”. Como si la subjetividad de un pueblo se hiciera realidad objetiva lentamente.

Probabilidades: Ninguna. Pura anti-dialéctica que contradice toda la historia de los pueblos oprimidos pese a que la lucha ideológica y el convencimiento social sean factores importantes, aunque nunca desgajados de procesos de lucha si realmente quieren incidir.

Vía autonómica progresiva (legal)

Mejorar paulatinamente la autonomía  dentro de la legalidad en un proceso parecido al planteado histórica y actualmente por el PNV. Plantear saltos como el de unificación autonómica de Hegoalde y creación de estructura “autonómica” en Ipar Euskal Herria. A partir de esa base consensuar la autodeterminación con los estados.

Probabilidades: Todos los estatutos autonómicos que caminen supuestamente en ese sentido han sido ya rechazados en Madrid (hasta los suaves estatut catalán, y el nuevo estatuto vasco fueron laminados) y en París no quieren oír hablar de estructura institucional. Lo cual abré por fuerza una fase de confrontación dejando atrás la vía autonómica progresiva.

Vía española / francesa

Incidir en un cambio de sistema, a poder ser socialista, en los estados español y francés, que respete la autodeterminación de las naciones bajo su seno. Por lo tanto, una vez cambiados los estados, la opresión nacional desaparecerá.

Probabilidades: Ciencia-ficción. El nacionalismo reaccionario español y francés es radicalmente hegemónico y ni siquiera gran parte de las izquierdas revolucionarias, muy minoritarias en los estados, entienden en toda su extensión la opresión nacional, salvo honrosas excepciones. Suele ser una excusa del sucursalismo españolista para no hacer frente a la opresión nacional.

Vía constitucional negociada

Cambios parciales en las constituciones española y francesa que hagan sitio al derecho de autodeterminación.

Probabilidades: Es la vía que promueven que acepte el independentismo sobre todo desde el nacionalismo español sabedores de la nula voluntad de los estados para modificar las constituciones en relación a las libertades nacionales y por tanto enquistando el proceso de liberación y dejándolo en manos de los estados para siempre.

Declaración unilateral

Promover un proceso de independencia sin mirar a los estados ni pedir su permiso. Aplicar la autodeterminación por la vía de los hechos. Ya sea desde las instituciones autonómicas convirtiéndolas en nacionales o desde instituciones propias ajenas al entramado extranjero.

Probabilidades: Es una vía con posibilidades pero que necesariamente necesita un nivel de organización y determinación muy elevado que tendría por una parte que resistir a los embates de los estados y plantear desde ya mismo una preparación concisa y acumulación necesaria. Sería en definitiva un proceso a construir con sus etapas y preliminares.

Confrontación-represión-confrontación

Básicamente sería la misma vía usada históricamente por el MLNV en diversas etapas solo que sustituyendo las herramientas de confrontación clásicas por un proceso en espiral de desobediencia e insumisión hasta hacer inestable la ocupación extranjera forzando una ruptura negociada o siendo el preliminar de una declaración unilateral.

Probabilidades: Es una vía con posibilidades pero requiere un nivel de lucha de alto voltaje y una preparación teórica y práctica en cuanto a las herramientas que a día de hoy no se ha hecho en toda su extensión.

Nota final

Estas son algunas de las vías generales, (aunque algunas se pueden combinar), en el actual contexto y sin entrar en otras que también existen, que pueden servir para desatar el núcleo de la opresión nacional ,que es la forma que toma la lucha de clases en Euskal Herria. Obviamente todo proceso debe contar paralelamente con un proceso de construcción nacional y social, con una lucha por la hegemonía más gramsciana que burguesa y pegada a la realidad vasca, con una unidad de fuerzas importante( también en lo nacional, y en derechos democráticos mínimos) , con una doble vía de lucha nacional y socialista coordinada y con un proyecto integral de liberación con especial importancia de la lucha de clases para acelerar las contradicciones y todo unido a un gran esfuerzo movilizador.

Inestabilidad, subversión,  aumento de masa crítica, aumento electoral, intensificación de dinámicas del movimiento popular… son algunos de los elementos necesarios de cara a la ruptura. Y es que en resumen se podría decir que no hay ninguna vía factible que no pase por una ruptura, y por consiguiente por una revolución.

Alguno puede alegar que una revolución es un término “trasnochado” pero teniendo en cuenta que el objetivo estratégico que nos interesa es el estado socialista vasco independiente, que no existen vías democráticas de superación de la opresión nacional, que la independencia y el socialismo son el antagonismo de la opresión nacional y social, que solo mediante la ruptura se quebrará la opresión nacional y que solo mediante la subordinación de la clase capitalista se alcanzará el socialismo.. echemos cuentas si la revolución es mito o realidad necesaria.

Una de las diferencias de lo revolucionario con el reformismo reside en que el reformista tiene como techo estratégico y táctico el proceso del presente para modificarlo gradual o pragmáticamente entrando en una visión de embudo que le impide mirar más allá. Los cambios en el proceso del presente para el reformista no estarían dentro de un recorrido que haga generar las condiciones de esa ruptura radical sino que sería como subir pequeños escalones indefinidamente creyendo que de esta manera en algún momento dado se llegará a algún tipo de meta y contradiciendo por tanto a toda la historia de la clase obrera y de los pueblos.

Pero… ¿Qué es la revolución?. En su sentido amplio es un cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato. ¿Qué significa todo esto?. El pasado inmediato a la revolución sería el presente, este mismo “instante” entendido como un proceso que también está en movimiento. Lo analizable para un revolucionario por tanto es si está en el camino a la revolución creando las condiciones necesarias para crear una ruptura radical o no lo está. Un cambio profundo adecuado a la realidad vasca y desde la realidad vasca. Y en esas estamos.

Lo que si tengo claro es que el camino se hace al andar y que las condiciones surgen en la lucha. Y en esa lucha es donde se pueden crear condiciones que en apariencia ahora pueden parecer algo lejanas. En cualquier caso el debate sobre las vías a la independencia y el socialismo nunca queda cerrado hasta que se consiguen los objetivos y habrá que seguir profundizando y no olvidando tampoco las oportunidades que van surgiendo como no dejar escapar estructuras de oportunidad política. El proceso catalán es un ejemplo que no deberíamos olvidar sino aprovechar la inestabilidad estatal que supuestamente pueda causar, y la crisis sistémica también abre una puerta a la revuelta si hay voluntad de ello.

Artículos previos:
+ Independencia y socialismo (I)
+ Independencia y socialismo (II)
+ Independencia y socialismo (III)
+ Independencia y socialismo (IV)

7 thoughts on “Independencia y socialismo (y V)

  1. Creo que tengo mas afinidad con las vias revolucionarias. Pero aqui existe una temible posibilidad. Es claro que existen elementos completamente incapaces mentalestanto en estado frances como en el espaniol. La incapacidad es tal que cuando dicen “esto es mio”, solo puede cambiar ese punto de vista si y solo si hay una fuerza fisica que lo soporta (por ejemplo, si descubre que lo que esta declarando como “mio” es mucho mas (y fatalmente asi) fuerte que el). Como acabar con tal incapacidad mental, que afecta no solo a los que lo siguen sin pensar bien del caso pero tambien a los que lo quieren defender de manera pacifico? La historia recordada hasta ahora indica que aparentamente no es posible. O sera cuestion de tiempo para que maduren…

  2. Una cosa que me preocupa bastante es que hace cierto tiempo si preguntabas a alguien cuales eran las formas de alcanzar los objetivos, casi todo el mundo contestaba rapido y claro, podias estar de acuerdo o no estarlo, pero ahora ante esa pregunta muy poca gente sabe contestar algo. No se sabe exactamente como lo vamos a hacer, algunos creian que ya estaba hecho en alguna mesa por ahi perdida o escondida pero se estan dando cuenta que estamos al principio de un camino que no se sabe por donde debe transitar en las cosas cardinales.

  3. Azkar batean, nire iritzia eta bi galdera:

    Hainbeste alditan aipatu izan diren baldintza ojektibo zein subjektiboak gaurkoan alde batera utzita, nire ustez Independetzia eta Sozialismoa eraikuntza testuan aipaturiko bi bideren arteko uztarketatik etorriko da:

    ALDEBAKARREKO NAZIO ZEIN ERAIKUNTZA PROZESUAK ERAGINGO DUEN ESTATUEKIKO EZINBESTEKO KONFRONTAZIOAN GARAIPENA LORTZETIK

    Hortaz, hemendik 2 galdera:

    1) ikuspegi hau partekatua ote da egungo Ezker Abertzaleko antolakundeetan (daudenetan eta sortzen ari direnetan) zein oinarri sozialean?

    2) hala ez bada zer egin?

  4. Leyendo la ponencia de Sortu y siguiendo un poco el Gara está claro que la izquierda abertzale valora mantener a medio plazo la fase actual de unilateralidad. Aunque no haya avances significativos, se cree que no es momento adecuado para confrontar. A nivel de Euskal Herria se pretende ir avanzando, sumando gente, logrando acuerdos, en clave soberanista. Para ello se pondrán en marcha instrumentos nuevos para aunar masa social, se retomará udalbitza, curriculum vasco… Todavía recuerdo como entre tragos un conocido miembro de la izquierda abertzale me dijo que veríamos pronto al PNV dando “el” paso, que no le iba a quedar otro remedio…Eso fue hace tres años pero creo que si me lo volviera a juntar me diría lo mismo: “Las cosas no han ido del todo bien pero hay que seguir trabajando en este camino.Cada día su discurso es más contradictorio. Mira lo que está pasando en Cataluña y etc”.
    El problema no es que estas afirmaciones se den con pocos avances, sino que hay retrocesos en derechos sociales, laborales que a saber cuando volveremos a recuperar…

    La primera pregunta del millón es hasta cuando debemos esperar. La segunda que debemos hacer como militantes, cuando pensamos que en este tablero falta una u otra pata. ¿Esperar? ¿Trabajar en los términos actuales en la base o en el movimiento social? ¿Mantener el discurso revolucionario en blogs como ésta o en barras del bar, aunque no se corresponda con la práctica? Creo que a las tres preguntas daría un sí.

    Unilateralidad y confrontación, entonces. No dudo que la confrontación llegará, mis dudas son, en cambio, ver como llegamos a ese punto. Al igual que a un supuesto debate independentista en Europa. Lo de negociación ya ni lo nombro.

  5. Me parece muy buen análisis. La declaración unilateral de independencia probablemente sólo puede ser la culminación de un proceso de acumulación de fuerzas para el que ya existe, al menos en Mendebaldea (CAV), una opinión pública más bien favorable pero en parte pasiva o “pasivizada”. Esa acumulación de fuerzas también sería necesaria para tener el máximo de posibilidades de éxito cuando, casi inevitablemente, el estado responda con violencia.

    En ese sentido seguramente la vía más eficiente es el punto final: el de la acción-represión-acción pero en vez de usar prioritariamente la lucha armada (que discutiblemente divide al campo soberanista) usando la desobediencia civil activa (que podría aglutinar más fuerzas y desarmar ideológicamente al opresor).

    Sin embargo que nadie piense que es un camino de rosas o que se hace porque va a minimizar la represión o que noviolencia equivale a integración institucional (en absoluto!) Pero sí que parecería por la actitud del estado en el “proceso” que temen más que la contradicción nacional se manifieste en términos noviolentos que en los términos de guerrilla de baja intensidad que ya han aprendido a gestionar en su beneficio (y que suponen un nivel demasiado bajo de amenaza real al estado hoy día).

    Respecto a las preguntas de iratxo, que me parecen interesantes de discutir, diría:

    “hasta cuando debemos esperar”

    No debemos esperar nada, entiendo, pero tampoco debemos entender el proceso de autodeterminación (que puede, y seguramente debe, ser perfectamente un proceso de autodeterminación de clase a la vez, es decir revolucionario – al menos en algún grado) como algo exclusivamente puntual (un referéndum, un tratado) sino como la generación de una voluntad democrática, manifiesta en muchas formas posibles, real. Es decir: entender la autodeterminación primariamente como proceso social de base, del que lo político (partidos, instituciones, referéndum, etc.) al final debiera ser tan sólo una manifestación derivada.

    Si ganamos en lo social, y lo estamos haciendo en algún grado ya (aunque se puede hacer mucho más), lo demás debiera de derivarse casi automáticamente – con el consabido “problemilla” de los tanques en las calles, claro, que habrá que enfrentar con determinación en su momento (siempre y cuando no haya una revolución en los estados opresores, que yo no descartaría a medio plazo, que podría quizá producir un estado menos extremadamente hostil a nuestras demandas democráticas – este sería un caso óptimo pero no podemos depender de ello).

    “¿Mantener el discurso revolucionario en blogs como ésta o en barras del bar, aunque no se corresponda con la práctica?”

    Tiene que haber práctica de calle. La hay, aunque podría sin duda ser mayor y sobre todo el movimiento político podría, debería, darle algo más relevancia.

    El cómo en concreto se manifiesta esta acción de calle es debatible pero debe potenciarse claramente. Protestas anti-bandera? Marchas a los cuarteles? Sentadas frente a la Guardia Civil? O quizá debemos enfatizar por contra más los aspectos de clase como la lucha sindical o los movimientos de parad*s o las ocupaciones (quizá no sólo gaztetxes, igual fábricas cerradas, de plazas como hicieron en el resto del estado… no sé – tormenta de ideas sin más).

    Como digo no sé, ni debo ser yo quien diga, que formas concretas deben priorizarse pero es así, mediante la acción directa, que podemos crear frentes y espacios de “autodeterminación viva”, como pueblo y como clase.

  6. Bueno, muy bueno el planteamiento del artículo, analizando cada una de las posibles vías hacia la Independencia. Lo que faltaría definir, desde mi perspectiva, es el sujeto colectivo que afrontaría cualquiera de las posibles vías, y en qué terminos serían interpelados política, ideológica y electoralmente, para que el objetivo de la Independencia articulara a una clase trabajadora y unos sectores populares hoy fragmentados.

    Resulta evidente que en los diferentes herrialdes, existe un grado de identificación con el objetivo independentista, muy heterogéneo.
    Amplios sectores de la clase trabajadora en Euskal Herria, contemplan la Independencia como un problema “de nacionalistas”, no de identifican con dicho objetivo, porque no son abertzales. De otra parte, existen capas medias de asalariados y pequeñoburgueses, abertzales, muy radicales, pero que el socialismo lo desplazan hacia un futuro indeterminado posterior a la construcción del Estado vasco reconocido dentro de la comunidad internacional.

    El Frente Amplio que representa EH BILDU, con una estrategia esencialmente soberanista, ¿tiene la capacidad de integrar a la base electoral a dichos sectores no abertzales? SORTU, con una estrategia que, más allá de que en los documentos base del debate, se hable de “lucha de clases” o “socialismo”,´está volcada hacia una estrategia de acumulación de fuerzas abertzales, desde el soberanismo y posiciones socialdemócratas, ¿tiene la capacidad de representar a sectores no abertzales, pero que podrían llegar a defender posturas independentistas desde la posibilidad de un Estado democrático y socialista vasco?

    ¿Hasta que punto no ha alcanzado ya los límites socioelectorales determinados por la actual estrategia EH BILDU? ¿Por qué no se confronta política e ideológicamente con el nacionalismo reaccionario del PNV en un eje izquierda-derecha, y no en uno de “nacionalismo radical-nacionalismo moderado” para integrar a una nueva estrategia a sus sectores populares?
    Esta reflexión se podría extender a Nafarroa y a Iparralde, lo que trato de decir, es que el “punto de inflexión”, no se podrá alcanzar sin atraer a sectores populares y de la clase trabajadora a una estrategia que pueda crear una “masa crítica” necesaria, y que hoy no visualizo. Sin esa masa crítica, sin un bloque contrahegemónico mayoritario y capaz de integrar a sectores que hoy no se identifican con el socialismo abertzale, se haría muy difícil cualquiera de las alternativas de acción propuestas.

  7. Espero que pronto no tengamos tiempo para preocuparnos. Por otro lado resulta interesantísimo ver esta galerna de ideas que refrescan la cabeza.
    Creo que estamos en el momento inmediato para dar el salto a nuevas medidas para realizar la autodeterminación que es por definición integral (como quiere Maju) unilateral (también por definición) y rupturista , como se insinúa en la alternativa confrontación-represión-confrontación.
    Es un proceso hacia la liberación que solo se puede “acumulando fuerzas” ¿Cómo?
    Lo dice Maju; en la calle, en los gaztetxes….ocupando y resistiendo, y en los centros de trabajo “allí donde se genera el sistema”(los Consejos obreros de Gramsci), y se dedican más horas con quienes tienen nuestros mismos problemas; y también debatiendo, y cuando sea necesario en el monte.
    Un proceso de autodeterminación libera voluntades que superan las cascaras de los propios partidos. Y es cuando las conciencias se polarizan superando miedos, viejas barreras asumiendo nuevas fases de liberación. Se empieza empujando – se empezó- poco a poco y a partir del momento en que la masa es crítica se dá el salto definitivo. Desde la guerra de guerrillas, construyendo poder hasta y ,como decía Rosa Luxenburg “de derrota en derrota hasta la victoria final”.
    Solamente en la lucha se acumulan nuevas fuerzas. Hablando con partidos, con alianzas por el tejado no se pasa de metas simpáticamente legales. De los partidos nos interesan sus bases trabajadoras Y repetiría aquello (de Rosa) “las reformas son necesarias, pero son un medio. La revolución es el fin”. Y lógicamente son necesarios los instrumentos para realizarlas; y son necesarios los instrumentos para la lucha institucional que no pasará de reformista.
    Y es fundamental es que, a decir de Lenin “las reformas las haremos los revolucionarios…”. No podemos dejar una sola bandera en manos de quienes no vayan hasta el final. Por ello tenemos que combinar muchos frente de lucha, diferentes niveles, para romper y para construir.
    Es así como se construye un Bloque hegemónico frente al estado y el sistema. Y dejando muy claro que la dialéctica supone interpretación y control del movimiento social ( ideas, política, economía…) . No es diálogo simple. Es confrontación y salto para negar el pasado alienante.
    Y todo eso ¡Ya! (como dice Maju)
    Y la crisis nos lo sirve en bandeja.

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