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Artículo de colaboración para Borroka garaia da! Autor: Hauspoa

Traducción al castellano de Euskal Herriko klase borrokaren historia

Si en el texto anteriorexplicamos la perspectiva general que teníamos respecto de la historia, en éste nos centraremos en analizar cómo dicho proceso histórico toma forma en Euskal Herria. En un texto de esta extensión no podremos abordar la cuestión con la profundizar y el nivel de detalle deseado, por lo que nos limitaremos a subrayar los acontecimientos históricos más relevantes. Así, entendiendo que el análisis completo de la historia de la lucha de clases en Euskal Herria queda todavía como tarea pendiente, trataremos de identificar las lagunas existentes y de formular las preguntas adecuadas para su futura resolución.

Para empezar, situaremos el punto de partida en el proceso de neolitización. A lo largo de todo el mundo, de forma independiente y en fechas similares, las comunidades humanas comenzaron a desarrollar diversos conocimiento agrícolas y ganaderos, lo que impulsó su sedentarización. A los territorios que hoy conocemos como Euskal Herria, la neolitización llegó desde el Oriente Medio hace entre 7.000 y 8.000 años, transformando radicalmente las formas de vida y las estructuras sociales previas. Estas primeras comunidades agrícolas presentaban un modo de producción basado en la economía natural: es decir, un modo de producción basado en la propiedad comunal y en la producción directa dirigida al autoconsumo y reproducción de la propia comunidad. A esta forma de vida colectiva también se la ha conocido como comunismo primitivo. De esta forma, y gracias a la revolución neolítica, estas comunidades fueron capaces de generar, por vez primera, un excedente productivo de forma sistemática y regular. Esto condujo a un aumento de su tamaño y a que, mediante la especialización, profundizaran en una incipiente división social del trabajo. Sin embargo, esa misma acumulación sistemática de excedentes abrió la posibilidad para su apropiación igualmente sistemática, lo que marca un hito en la historia de las clases sociales y de la dominación. Por primera vez en la historia, se generalizaron las condiciones materiales para que la clase trabajadora (la que crea el excedente) y la clase dominante (la que se apropia del excedente) se desarrollasen a escala social, inaugurando así la era de los sistemas de dominación social. De este modo, junto con la neolitización, surgen la posibilidad para una jerarquización y centralización cada vez mayor del poder. Es decir, surge la posibilidad histórica del Estado, a través del cual una minoría o incluso un único individuo llega a disponer del control sobre la vida y el territorio de millones de personas.

Con todo, podemos afirmar que la neolitización abrió la posibilidad para organizar la vida social de dos formas totalmente antagónicas: las comunidades/pueblos por un lado, el Estado/Imperio por otro. Y son antagónicas, porque la acumulación de poder por parte del Estado tiene como único origen el trabajo y la vida de esas comunidades/pueblos, así como los recursos sobre los que habitan. De este modo, en adelante, se encontrarán en permanente disputa: el Estado/Imperio tratando de hacerse con las comunidades, tomarlas bajo su control; éstas en continua resistencia tratando de librarse de su dominio. Para nuestro contexto geopolítico, los primeros Estados primitivos surgieron en Mesopotamia, y aunque harían falta aún varios siglos para que arribaran a estas tierras, la tensión dialéctica entre las comunidades/pueblos y el Estado, entendida como lucha de clases, se convertirá en el motor de la historia para los siguientes milenios.

Otro acontecimiento histórico de vital importancia para la lógica de la dominación, y que surgió en fechas similares, fue la aparición de patriarcado. Mediante la neolitización se pudo profundizar en la división sexual del trabajo, y así, en la función meramente reproductiva de las mujeres. Esto no implica que la neolitización, necesariamente, tuvo que dar como resultado un orden social patriarcal; existen ejemplos de comunidades y culturas agrícolas con altos niveles de paridad entre hombres y mujeres, y se cree que las primeras culturas neolíticas europeas tuvieron un carácter fundamentalmente matrilineal. Con respecto al Cantábrico oriental y los Pirineos, creemos que debieran de situarse en ese contexto; reconociendo la inexistencia de un supuesto matriarcado vasco, sí podemos prever la existencia de un modelo social matrilinial. Es decir, las mujeres ostentaban un papel central respecto a la propiedad y las relaciones de parentesco (matrilinialidad), pero sin desarrollar un sistema de dominación específico sobre los hombres (matriarcado). Lo más probable es que los primeros ejemplos de estructuras sociales plenamente patriarcales llegaran de la mano de los pueblos indoeuropeos procedentes del este de Europa. De este modo, para el final de la Edad del Bronce (hace 3.000 años), al menos los territorios circundantes, estaban dominados por pueblos con un claro carácter militarista y patriarcal, lo que sin ningún atisbo de duda generó un profundo impacto sobre los pueblos preexistentes. En este momento podemos establecer el inicio del patriarcado vasco. Como cualquier otro sistema de dominación, la imposición del patriarcado sucedió como proceso histórico complejo; la patriarcalización no se dio de un día para otro, sino que se necesitaron muchos siglos y generaciones para consumarla. Observamos aquí la apertura de otra tensión histórica; la que en adelante enfrentará a las estructuras patriarcales por un lado, y a la resistencia de las mujeres. Así, los vestigios de la matrilinealidad original perdurarán durante siglos, mientras que la resistencia de las mujeres brotará continuamente y de las más diversas formas. Rastrear todo esto y sacarlo a la luz en lo que respecta a la historia de Euskal Herria, es una de las tareas fundamentales a la que nos encomendamos.

Pero las implicaciones del patriarcado van aún más allá. Una vez que el modelo de familia patriarcal se generaliza, la familia se convierte en un espacio atravesado por la violencia patriarcal. En adelante, generación tras generación, en ese primer espacio para la socialización que es la familia, cada nueva generación observará y aprenderá cómo la humillación, la opresión y la apropiación de las mujeres sucede de forma normalizada. Podríamos decir que es esa apropiación del cuerpo y el trabajo de las mujeres la primera manifestación histórica de la propiedad privada. Como consecuencia, en la mentalidad de esas niñas y niños, la violencia, la opresión y la apropiación individual pasan a ser una forma normalizada mediante la que entender la relación entre las personas. Una vez superados los límites de la familia, esa mentalidad patriarcal generó las condiciones idóneas para la creación y expansión del propio Estado. De hecho, esos primeros Estados se constituyeron como reflejo a escala social del macho dominante, y así puede observarse, a lo largo de los siglos, en la lógica y organización internas de los Estados e Imperios. Por lo tanto, entendemos que la mentalidad patriarcal es uno de los pilares fundamentales que permite el despliegue de la dominación a escala social. Es decir, el patriarcado, además de servir para la reproducción material del resto de sistemas de dominación (convirtiendo a las mujeres en meros objetos reproductivos), pasa a ser igualmente necesario para la reproducción ideológica de los mismos.

De vuelta a lo que hoy conocemos como Euskal Herria, a medida que avanzan la Edad del Bronce y del Hierro, las estructuras patriarcales se van desarrollando y aumenta la jerarquización de los grupos sociales. Con la aparición de las primeras castas y jefes tribales, se empieza a extender la propiedad privada, a pesar de que la propiedad comunal es aún generalizada. Del mismo modo, la acumulación de poder es aún limitada como para dar lugar a una estructura estatal, y aún dominan las estructuras tribales. No obstante, con la llegada del Imperio Romano, hace 2.000-2.200 años, se da un salto cualitativo en esas tendencias y podemos decir que se abre una nueva fase histórica. Por primera vez en la historia, llega a estos territorios un sistema de dominación organizado a nivel continental; el primer Estado. A diferencia de otros territorios circundantes, en el nuestro no se dio un guerra de invasión, sino que gracias al colaboracionismo de los caudillos locales se acordó el establecimiento de las estructuras romanas. La disposición y el ánimo con el que las oligarquías locales tenderán a facilitar la relación con las fuerzas de ocupación, será en adelante una constante en los territorios vascos. Por lo demás, los romanos crearon las primeras ciudades importantes, integradas en un sistema de infraestructuras y mercantil desarrollado. El patriarcado y el militarismo avanzaron de forma significativa, acelerando la opresión de las mujeres y profundizando en la ideología de la dominación. El monoteísmo cristiano también llegó de la mano del Imperio Romano, así como la primera división administrativa de los territorios vascos. Por su parte, la romanización adquirió un mayor grado de intensidad en las llanadas y valles de la vertiente mediterránea, en lo que los romanos llamaron ager. En las áreas atlánticas y más montañosas, conocidas como saltus, a pesar de que su presencia fue relevante (sobre todo en la cosa y zonas mineras), el proceso de romanización no adquirió tanta intensidad. Como consecuencia, en esas zonas montañosas las comunidades campesinas pudieron sobrevivir al mantener ciertas características linguísticas y culturales (entre otras, probablemente, vestigios de la matrilinealidad original). Fueron erosionadas y transformadas profundamente, por su puesto, pero no desaparecieron completamente.

La caída del Imperio Romano abrió las puertas a la Edad Media, y en esa transición tuvieron especial relevancia las Bagaudas. En un momento en el que el Imperio se encontraba en una crisis profunda y terminal, la lucha de clases tomó la forma de rebelión generalizada; esclavos huidos, desertores, campesino empobrecidos, pueblos oprimidos… a lo largo y ancho del Imperio se produjeron revueltas populares en contra de los grandes terratenientes y los representantes del Estado. Siendo un periodo que requiere de una mayor investigación, entendemos que la Euskal Bagauda fue el primer intento revolucionario en la historia de los territorios vascos. Entre los años 450-636 la inestabilidad y las guerras fueron generalizadas, de las que se derivaron dos consecuencias de gran relevancia. Por un lado, las estructuras estatales se debilitaron, impulsando un proceso de descentralización del poder y el decaimiento de las ciudades, algunas de las cuales llegaron a desaparecer. Esto impulsó el florecimiento de las comunidades campesinas libres. Por otro lado, la necesidad de autodefensa empujó a la unión de las tribus vascas, acelerando el proceso de etnogénesis y asegurando la supervivencia del euskara. Por primera vez, delimitado por las fortificaciones defensivas francas y visigodas, se denomina a este rincón del Cantábrico como Vasconia.

Poco a poco, el poder feudal fue organizándose sobre esas comunidades campesinas. El cristianismo, que por aquel entonces se había extendido ya por todo el territorio, jugó un papel fundamental en ese proceso. Gracias al cristianismo también se completó la implantación definitiva del patriarcado. De este modo, las nuevas clases dominantes se apresuraron, una vez más, a centralizar el poder, y comenzaron a articularse dentro del marco de la monarquía feudal. En ese contexto hay que considerar el surgimiento del Reino de Navarra. Muchas se afanan, una y otra vez, en ensalzar a Eneko Aritza y al Reino de Navarra, y qué duda cabe de su relevancia histórica para Euskal Herria. Sin embargo, al igual que cualquier otro reino, este también se sostenía sobre la lógica de la dominación. En ese sentido, debiéramos de investigar la rebelión que los campesinos de Falces llevaron a cabo en 1357, la de Mixa y Ostibarre en 1369, la de Milutze en 1405ean, o la de Iruña, en diciembre de 1386, en la que el alzamiento se alargó durante 22 días. Estas revueltas estaban motivadas por los impuestos excesivos y dirigidas en contra de la élite económica, a lo que los dirigentes navarros respondieron con represiva dureza. Si analizamos la situación más allá del idealismo romántico, “nuestro” reino no era más que lo que podía ser una monarquía feudal de la época; una sociedad estamental y jerarquizada, cuyos dirigentes trataban de gestionar el poder de la forma más centralizada posible. Más aún; ese poder monárquico estaba en constante pugna y tratando de usurpar las estructuras democráticas que realmente guardaban la soberanía popular; el batzarre o concejo y la comunidad (heredados del comunismo primitivo original y que aún sobrevivían en las comunidades campesinas). Está claro que con la conquista por parte del Reino de Castilla, la situación no hizo más que empeorar, ya que la extensión y arraigo de las estructuras feudales en el Reino de Navarra era algo más débil. Sin embargo, la competencia entre diferentes poderes feudales, no puede ocultar que en el propio Reino de Navarra existía una tensión de clase fundamental; la que enfrentaba a las comunidades campesinas libres y al poder feudal.

A medida que avanzaba la Edad Media fue acumulándose otra tensión; la existente entre la burguesía y el poder feudal. De hecho, una serie de circunstancias que van sucediendo a partir del siglo XIII comienzan a configurar la forma social y económica que tendrá Euskal Herria en la actualidad. Por un lado, la expansión hacia el sur del reino castellano a costa de los musulmanes, aumenta la producción de lana, que a su vez requiere de una salida marítima para su exportación a Europa. Dicha salida marítima se establecerá prioritariamente en la costa vasca. De forma paralela, los avances tecnológicos en la industria metalúrgica propician el desarrollo de la tecnología hidráulica. Así, los valles atlánticos, que hasta entonces tenían una relevancia económica reducida, pasan a ocupar una posición privilegiada en la producción del hierro: ríos y arroyos de abundante caudal por doquier, grandes bosques para la producción de carbón y vetas de hierro de gran calidad y fácilmente accesibles. A lo largo de esos valles se empiezan a multiplicar las ferrerías, desarrollando una protoindustria metalúrgica. Además de todo esto, con el aumento del tráfico marítimo aumenta también producción de sidra y la construcción naval; a lo que se suma la fundación de la mayoría de Bizkaia y Gipuzkoa que se produce a partir de esta época. Como consecuencia de todo esto, la actividad económica, y por tanto, la acumulación de poder, se va trasladando a la vertiente atlántica a través del eje Norte-Sur (previamente había sido dominante el eje Este-Oeste, por Iruña y Gasteiz). Como era de esperar, la protoburguesía comercial que comienza a propserar en las jóvenes villas va adquiriendo cada vez más poder e influencia.

En este punto hay que recordar que para esta época Araba, Bizkaia y Gipuzkoa están ya bajo el dominio de la corona de Castilla, y que fue, precisamente, el rey de Castilla quien fundó gran parte de esas villas. De esto se derivan, al menos, dos circunstancias que en el futuro serán de gran relevancia. Por un lado, se profundiza y se asienta la escisión entre las provincias Vascongadas y Navarra. Por otro, mediante la fundación de las villas el rey de Castilla concede una serie de derechos y privilegios a esos primeros burgueses, en tanto en cuanto las villas quedaban fuera del control y la jurisprudencia de la nobleza local. Con todo, se establecen las bases para una alianza de vital y estratégica importancia para los siguientes siglos; la alianza entre la oligarquía vasca (principalmente vascongada) y Madrid. En adelante, esa oligarquía vasca (cada vez más burguesa), será fundamental a la hora tanto de impulsar las reformas liberales, como de facilitar la integración y asimilación de los territorios vascos dentro del Estado-Mercado español. También es de destacar el papel que jugará al servicio de la expansión imperialista de la corona española.

A principios del siglo XVI, con la invasión castellana de lo que queda del Reino de Navarra, comienza la fase final de su completa desintegración y asimilación. Se consuma la división administrativa entre Hego e Ipar Euskal Herria, y aunque al norte de los Pirineos el reino sobrevive unas décadas más, para principios del siglo XVII termina diluyéndose definitivamente dentro de Francia. Se imponen los límites administrativas francés y español, y comienza a configurarse el carácter imperialista moderno que esas dos potencias desarrollaran en los próximos siglos. En lo que respecta a Hego Euskal Herria, la conquista de América y la expansión del Imperio Español, espolea la tendencia mercantilista iniciada al final de la Edad Media. En ese contexto, España comienza a dar pasos cada vez más firmes hacia su cohesión interna como mercado, su homogeneización cultural y su centralización política. Es en esa época también que se pone en marcha la Inquisición, nueva fase represiva en contra de las comunidades campesinas libres. Conocida también como caza de brujas, su objetivo no era otro que el acabar con los restos de autonomía y libertad que las mujeres aún conservaban tras siglos de imposición patriarcal. De esta manera, la Inquisión supuso un salto cualitativo en la apropiación del cuerpo y el trabajo de las mujeres, y estableció las bases que posibilitarían generalización de la acumulación capitalista durante los próximos siglos. Por lo demás, todas estas transformaciones también tuvieron su profundo impacto en general en las comunidades campesinas: sobre todo en la vertiente cantábrica, a través de la protoindustria ferrona y sidrera, estas comunidades fueron paulatinamente mercantilizándose. El poder económico que les proporcionaron esas actividades posibilitaron la construcción de grandes casonas de piedra, y de esta forma, apareció el baserri por primera vez en el paisaje de Euskal Herria. Aunque parezca paradójico, esas casas de piedra que tan idealizadas tenemos en la actualidad, no representaron más que el inicio de la fase de desintegración de la sociedad campesina. Aún la economía natural seguiría estando a la base de esas comunidades durante siglos, articulada en torno a la producción directa autosuficiente y la propiedad comunal, pero la tendencia a la erosión de dichas estructuras sería ya irreversible.

Para comienzos del siglo XVIII el Imperio Español entra en decadencia y provoca una profunda crisis en el tejido económico construido a sus expensas en Hego Euskal Herria, lo que incrementa la tensiones de clase. En ese contexto, la burguesía, que ha ido incrementando su poder económico y político, empuja constantemente a favor de reformas liberales que faciliten la acumulación de capital. Estas aspiraciones chocan contra los estamentos feudales de las zonas rurales, pero también contra de las comunidades campesinas que sobreviven bajo su dominio. A todo ello, hay que sumarle la aceleración del proceso de centralización y homogeneización que impulsa la corona española, y que pone en jaque las particularidades forales que aún conservan los territorios vascos. Esta combinación dio paso a una época convulsa, caracterizada por las “matxinadas”; una serie de levantamientos populares impulsados por las clases populares preindustriales. Los matxinos, eran fundamentalmente campesinos, aunque los ferrones también jugaron un papel muy relevante (el nombre “matxinada”, procede del San Martin, santo de los ferrones). En algunas crónicas de la época se destaca la importancia que tuvieron las mujeres, tanto a la hora de organizar como de participar en las revueltas, lo que nos empuja a investigar si las comunidades rurales de la época pueden considerarse como espacios en los que las mujeres aún conservaban cierto grado de libertad. Por lo común, las matxinadas partían de las áreas rurales y se dirigían a las ciudades, centrando su ira en comerciantes, burgueses y en general en la élite político-económica. Las matxinadas más sonadas fueron las de 1718 y 1766: la primera comenzó motivada por el traslado de las aduanas del interior del país a la costa, en contra de lo dictaminado en los fueros. La segunda se desató por la especulación en torno al mercado de cereal. Además, son de destacar la de 1631 en Bizkaia, por el impuesto sobre la sal establecido en contra del fuero; la de 1739 en Azpeitia por el precio del pan; o la de 1804 en Bizkaia en contra del servicio militar obligatorio. En Ipar Euskal Herria las tensiones también fueron en aumento durante esos siglos, y cabe recordar la matxinada que dirigió Matalas en el año 1661. Siguiendo con su política centralizadora, el rey de Francia inhabilitó el Fuero de Zuberoa y repartió las tierras comunales entre la nobleza colaboracionista, lo que propició la organización de una milicia revolucionaria compuesta por miles de campesinas. Expropiaron las tierras usurpadas y las repartieron entre las campesinas, reivindicaron la libertad de Zuberoa, quemaron y saquearon las casas de nobles y burgueses, y finalmente sitiaron el castillo de Maule. Fue necesario el envío de ejército y mercenarios desde Burdeos para acabar con la matxinada a sangre y fuego.

Ya en el siglo XIX, la tensión entre la burguesía, las comunidades campesinas, los señores feudales y los intereses centralista de España siguieron aumentando y desembocaron finalmente en lo que se conoció como las Carlistadas (1833-1876). En realidad, se trató de una Guerra Civil en dos tiempos y supuso la culminación y cierre de la época de las matxinadas. El resultado de la contienda fue claro, con la burguesía vasca y el Estado liberal español como principales vencedores. Esto acarreo consecuencias de gran calado; entre ellas, la desarticulación completa de la estructura política premoderna, incluidos los fueros. Se impuso así el Estado burgués español de forma definitiva, dentro de cuyo marco administrativo, la división entre Vascongadas y Navarra no hizo más que perpetuarse. Por su parte, la mitología autonomista ha solido vender la firma del Concierto Económico en 1878 como un triunfo, ya que suponía la aceptación de la “especificidad vasca”. Sin embargo, dicho acuerdo no supuso más que un sucio mercadeo, del que oligarquía vasca, ya completamente burguesa, salió fuertemente beneficiada. Fue firmado con el único interés de tomar la mejor posición posible ante la nueva fase industrial del capitalismo que estaba por abrirse. Además, bajo la amenaza de un ejército de ocupación extranjero, un acuerdo de este tipo no podía más que facilitar el proceso de asimilación e integración en España. De esta forma, también quedó al descubierto el carácter militarizado que el capitalismo requeriría para su desarrollo en estos territorios durante las próximas décadas.

Por lo demás, mediante las desamortizaciones llevadas a cabo también a mediados del siglo XIX, la propiedad privada tomó bajo su control los últimos espacios que estaban a su alcance; los montes comunales. Igualmente, el trabajo de las comunidades campesinas pasó a ser apropiado cada vez más mediante mecanismos mercantiles; el pago de rentas e impuestos, por ejemplo, se fue monetarizando, y con ello, la necesidad de dinero aumentó entre las clases populares. La mercantilización y la proletarización aumentó en la sociedad campesina y así, la fuerza de trabajo fue dando los últimos pasos para convertirse en mera mercancía. Así, se establecieron las bases para la dominación capitalista.

A su vez, la derrota sufrida tras las carlistadas supuso un gran golpe para el euskara y en general para la forma de vida campesina, propiciando, a modo de reacción el nacimiento del nacionalismo vasco. Frente a la corrupción material y sobre todo espiritual que acompañaba a la modernidad capitalista, se comenzó a ensalzar la vida tradicional de las comunidades campesinas como garante de las “esencias vascas”. Aunque la justificación política se sostenía en la mayoría de los casos en razonamientos esencialistas de tipo racial, bajo la proyección romántica que se hacía de la vida campesina, no yacían más que los vestigios del comunismo primitivo, existentes aún gracias a la resistencia histórica de las comunidades campesinas libres. Qué duda cabe que para el siglo XIX, lo que tenían ante sí no era más que una muestra completamente fragmentada y residual de lo que una vez existió, ya que esas mismas comunidades se encontraban atravesadas ya por completo por las diferentes opresiones a las que habían sido sometidas a lo largo de la historia. Aún así, se convirtieron en un espacio de referencia.

De igual modo, el nacionalismo vasco halló otra de sus principales fuentes de inspiración en la abolición de los fueros. Aunque para esa época estuvieran también desfigurados, se trata aquí también de los derechos y libertades consuetudinarias de esas comunidades campesinas, defendidas durante siglos frente a la acumulación de poder centralizadora, primero feudal y luego burguesa. Cabe subrayar aquí que las vascas no fuimos las únicas en llevar a cabo ese tipo de resistencias; al contrario, a lo largo del proceso de constitución del Estado Español, fueron numerosos los levantamientos populares que siguieron a diferentes aboliciones de fueros y en general a medidas centralizadoras en contra de las comunidades campesinas (Castilla, Aragón, Cataluña…). En cada uno de esos levantamientos se podían intuir los pulsos de una patria: la rebelión de las oprimidas, la resistencia de las comunidades campesinas en defensa de la vida comunal y sus instituciones populares y verdaderamente democráticas. En muchos de los casos, el Estado pudo aplastar la resistencia, acelerando la asimilación tanto material como ideológica de las comunidades. En el caso de las vascas, lo que nos distinguió fue la capacidad de mantener esa resistencia durante más tiempo; esto es, la capacidad para sostener una correlación de fuerzas favorable en el marco de la lucha de clases histórica. Al menos hasta finales el siglo XIX, cuando esa resistencia pudo reformularse al entrar en contacto con las nuevas corrientes ideológicas desplegadas por la modernidad.

Con todo, aunque el incipiente nacionalismo vasco centró su atención en la sociedad campesina euskaldun (baserritarra), las muestras del comunismo primitivo estaban también presentes en otras zonas de Euskal Herria. Estas eran sobre todo patentes en zonas montañosas, aquellas que a lo largo de la historia habían quedado más alejadas de los centros de poder centralizador. Una vez más, si analizamos la situación más allá del etnocentrismo propio de tantos nacionalismos, nos percataremos de cómo a lo largo del Estado español y del resto de Europa eran abundantes las muestras de comunismo primitivo que aún persistían en las sociedades campesinas. En muchos de estos lugares, bajo el contexto de naciones imperialistas y empujados también por la ceguera desarrollista y modernizadora de los incipientes movimientos progresistas/revolucionarios, gran parte de esa reacción a la modernidad desembocó en la filas de movimientos reaccionarios. En nuestro caso, al igual que con otros pueblos oprimidos y en el contexto de las luchas de liberación nacional, a medida que avanzaba el siglo XX pudo ir adquiriendo una dirección más revolucionaria.

Para finales del siglo XIX, aún estando dispuestas las bases para el desarrollo del capitalismo en su fase industrial, Euskal Herria sigue siendo un pueblo campesino. La población trabajadora, aunque sea en una fase avanzada de desintegración, está concentrada en su mayoría en las áreas rurales. No obstante, la industrialización ya estaba en marcha, comenzando por la ría de Bilbao, y esto provocó el surgimiento de una nueva clase social, el proletariado industrial. Provenientes de áreas rurales tanto euskaldunes como castellano parlantes, miles de trabajadoras desposeídas comienzan a concentrarse, de la mano del capitalismo, en torno a las fábricas y las ciudades. Esto genera nuevas tensiones de clase y frente a ello, nuevas condiciones para el desarrollo de la conciencia revolucionaria. Respecto a la situación de las mujeres, el capitalismo asimila, en su fase industrial, el modelo patriarcal para la reproducción de la fuerza de trabajo. Así, si en las comunidades campesinas aún podía quedar diluida la división entre producción-reproducción ahora, a través de sueldo que recibe el hombre, dicha división queda plenamente escindida. Como consecuencia, la situación de las mujeres empeora sustancialmente; en los núcleos familiares es el hombre el que recibe la principal fuente de dinero, lo que profundiza en la división entre lo público y lo privado. Todo esto no hace más que agudizar la dominación patriarcal.

De este modo, en mayo de 1890 se produce, de la mano los mineros de Bizkaia, la primera huelga general dirigida por el proletariado. Aún faltan varias décadas para que la clase trabajadora industrial conforme la mayoría de la sociedad vasca, pero ya está en marcha la clase capaz de organizarse a escala social, tomar consciencia de sí misma y marchar en dirección revolucionaria. Estamos en los primeros pasos del socialismo, completamente imprescindible para que en adelante el nacionalismo pueda tomar una dirección revolucionaria. Respecto a Iparralde, la situación es muy distinta; sin industrialización no se produce un desarrollo interno. Las comunidades campesinas precapitalistas se van desintegrando, pero no se generan las condiciones que permitan desarrollar la conciencia de clase en un contexto ya completamente capitalista. Los jóvenes migran a América o a París, o son utilizados como carne de cañón en la guerra (I Guerra Mundial), lo que acarrea profundas consecuencias. Además, tras la Revolución Burguesa de 1789, se va construyendo un Estado Francés centralista y jacobino que logra mucha legitimidad. En ese contexto, con una población juvenil menguante, aumentan las posibilidades para que se imponga el pensamiento reaccionario y empeoran las condiciones para la transformación social.

El siglo XX siguió por derroteros similares; la industrialización avanzando y las comunidades campesinas en una crisis cada vez más profunda. El levantamiento fascistas del 36 y la posterior Guerra Civil, además de suponer un fuerte golpe para el nacionalismo vasco, también conllevó la ralentización de esas tendencias. De hecho, el retroceso que la posguerra provocó en el desarrollo capitalista, posibilitó el despliegue final, a modo de epílogo, de las comunidades campesinas. No durarían mucho; el renovado impulsó con el que se retomó el desarrollo capitalista-industrial a partir de la década de los 60 terminaría por aplastarlas bajo su avance imparable. Con ello, podemos dar por extinta la única forma de comunismo realmente existente que ha conocido Euskal Herria hasta el día de hoy. Aunque para ese momento estuvieran ya fuertemente erosionadas (patriarcado, fundamentalismo cristiano, las cicatrices de la dominación feudal, el deterioro tras las primeras fases del capitalismo), las comunidades campesinas aún mantenían ciertas características propias de la vida libre; la propia comunidad, la economía natural, el auzolan, la lógica para relacionarse colectivamente, en algunas comarcas aún los montes comunales e instituciones democrático-comunales (concejos, batzarres)… Aún estando ciertamente desfigurada, esa línea de continuidad procedente del neolítico quebró definitivamente. Con ello, la dicotomía histórica existente entre la ciudad (Estado) y el campo (comunidad) quedó definitivamente disuelta, pasando ambas a ser subsumidas por la metrópoli (Estado-Capital). Así, con el patriarcado a su base, la lógica del capital tomó Euskal Herria por completo.

Fue ese un momento a todas luces trascendental para Euskal Herria. La desintegración definitiva de la sociedad campesina baserritarra supuso un profundo trauma para las generaciones jóvenes de la época. Ese trauma, bajo las condiciones generadas por la dictadura franquista, logró fusionarse con la potencialidad revolucionaria desatada por el nuevo proletariado industrial. La conciencia nacional por un lado, junto con la conciencia de clase por otro, en el marco de un estado opresor como el español, creó una combinación explosiva: Euskadi Ta Askatasuna. Estábamos ante el inicio de una nueva fase histórica.

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14 thoughts on “Historia de la lucha de clases en Euskal Herria

  1. Muchas gracias Hauspoa! Una buena síntesis de la historia de Euskal Herria desde la óptica marxista. Creo que hay multitud de aspectos que se pueden añadir, incluso contradictorios, pero como base para el estudio y debate por parte de personas comunes no especializadas está muy bien.
    Aurrera!

  2. No podemos afirmar ni comunismo primitivo ni mucho menos matrilinealidad respecto al Neolítico. Simplemente no tenemos información suficiente y hay muchas indicios que más bien sugieren que ya podría estar desarrollándose un patriarcado incipiente. Es conveniente matizar mucho porque incluso en épocas históricas hay muchas diferencias entre un patriarcado y otro, entre una sociedad de clases y otra. P.e. el patriarcado romano era muy extremo pero sus vecinos etruscos, aunque fueran muchísimo más igualitarios, también eran patriarcales. Mientras tanto el patriarcado ateniense era al menos tan extremista como el romano… pero su estado era muchísimo más democrático (y con mucha menos opresión de clase por esa misma razón) que el romano y que las ciudades etruscas. La sociedad vasca histórica es patriarcal, aunque relativamente igualitaria, y por lo tanto mucho menos patriarcal que las vecinas sociedades indoeuropeas, pero patriarcal o al menos de tendencia patriarcal de todas maneras. El problema es cuando tratamos el patriarcado como una categoría on/off, cuando en realidad es una gama de grises, en general bastante oscuros, pero variados de todas maneras.

    Esta misma variabilidad tuvo que existir en el Neolítico aunque fuera en formas más primitivas y desde luego no-estatales. No hay ninguna razón para imaginar estados aún, no hasta el Calcolítico (Edad del Cobre y la Piedra) cuando sí que aparecen las clases sociales (la división del trabajo, una incipiente clase guerrera, las primeras ciudades, etc.)

    Aunque no tenemos mucha evidencia si nos centramos demasiado en lo que ahora llamamos Euskal Herria, sí que tenemos de entornos cercanos y claramente vascónicos. Así el neolítico catalán era definitivamente igualitario pero el Bronce del sudeste ibérico era ya clasista y patriarcal, aunque fuera genéticamente más próximo a los vascos modernos. Ref. https://forwhattheywereweare.blogspot.com/2011/03/childhood-and-death-in-neolithic-and.html

    Pero otros vascónicos neolíticos hicieron auténticas masacres consideradas generalmente propias de violencia patriarcal extrema, en concreto en Alemania. Es muy difícil dilucidar un patrón claro y universal, incluso en una población relativamente homogénea en lo etno-lingüístico como fue el Neolítico Principal Europeo de Raíz Egea (o Neolítico Vascónico, porque es la raíz del euskera sin duda).

  3. Igualmente cuando pasáis a la Edad de Hierro y la protohistoria romano-vasca hacéis tabla rasa con generalizaciones seguramente inapropiadas y sin justificación concreta alguna. Por contra os saltáis la que sin duda fue la Revolución Fundacional Vasca o Bagauda del siglo V, que estableción una Euskal Herria o Vasconia sin estado conocido (aunque sin duda habría algún tipo de organización política) y radicalmente anti-feudal.

    Ignoráis el hecho de que el feudalismo no es un proceso difuso sino, al menos en el contexto del Imperio Romano, una invención del emperador orientalizante Diocleciano, que fue el que con sus reformas legales sentó las bases del mismo. En particular es muy importante la aparición de la figura del colonus (más tarde llamado “siervo de la gleba”) y el colonatus (servidumbre feudal), que permite a los latifundistas presionar a los campesinos libres a vender sus tierras y convertirse en arrendatarios cuasi-esclavos. Es en este contexto, un siglo después de Diocleciano, cuando en “Armórica” (léase “Aquitania”) y las zonas altas de Tarraconense estalla la gran bagauda del s. V, que establecerá una “zona libre” entre el Alto Ebro y el Garona que más tarde se llamará Vasconia (pero que también incluyó inicialmente a Cantabria).

    Acá se quemaron cortijos (villae) y es estableció un derecho no-romano que es de donde deriva el derecho foral, navarro o pirenaico, netamente anti-feudal y democrático (comunitario pero no comunista).

    Durante casi dos siglos, entre c. 440 y 610 esa “zona libre” sin estado conocido y desde luego sin monarca resistió a los godos, aunque sería conquistada mayormente por los francos merovingios. Sin embargo las continuas revueltas durante esta breve ocupación franca llevaron a la creación del Ducado Independiente de Vasconia y Aquitania, que lo fue durante un siglo más hasta la invasión musulmana de 714-32, culminando en la batalla de Poitiers, que restablece formalmente la dominación franca y que poco a poco erosionará el autogobierno vasco, lo que a su vez llevará a otra rebelión (las dos batallas de Orreaga) y la constitución del Reino de Pamplona y del Condado independiente de Alaba.

    Es cierto que se produce una gradual refeudalización (menor en muchas zonas) pero no sin grandes luchas, rebeliones y contradicciones, siempre bajo presión extranjera y siempre a un ritmo más lento y reticente que nuestros vecinos. No es una cosa “gradual” que ocurra “naturalmente” como en otros lugares: tiene dinámica propia y sobre todo tiene una gran guerra de clases única de nuestro país que es la Euskal Bagauda, que es la que explica el “milagro vasco” de supervivencia, no sólo lingüística sino legal.

  4. Es cierto que el texto es algo general y que no entra al detalle de muchas de las cuestiones que aborda. Pero por lo que he podido leer, ya en el primer párrafo indican que se trata más de una primera aproximación, y que su objetivo es el de abrir una serie de interrogantes que puedan ir acercándonos a un análisis en profundidad de la historia de la lucha de clases en Euskal Herria.
    Respecto al patriarcado, a mí me ha parecido entender que lo consideran como un “proceso histórico complejo, que no se dio de un día para otro”, y que por lo tanto no se puede entender como un on/off. Aún así, coincido contigo en que ahí aún queda mucha tela que cortar, y que sin duda hay que profundizar en esa cuestión.
    Por otro lado, no sé dónde ves que se salten la Euskal Bagauda; le dedican un párrafo entero y la consideran como “primer intento revolucionario en la historia de la tierras vasca”.

    • Y me voy a extender un poco más porque es un problema de fondo “marxista”, de mal marxista: del que lee demasiado a Marx y le imita poco en su afán científico, o a Engels más bien en este caso, que sin duda popularizó magistralmente lo que eran las teorías antropológicas de vanguardia de Lewis Morgan… pero que por muy buenas que fueran son teorías de hace siglo y medio y tienen cero especificidad vasca. El pensamiento y la investigación no se congelaron hace 150 años. Y no es un problema sólo de este colectivo, porque mucha otra gente lo hace de manera mecánica, siguiendo algún manual que no logro identificar pero aunque da una visión genérica muy aproximadamente correcta para lo global (y en especial lo romano-germánico), es claramente muy insuficiente y se vuelve muy errónea para el análisis de la historia vasca y en especial para el episodio revolucionario (re-)fundacional que fue Euskal Bagauda, la artífice colectiva del “milagro vasco” de supervivencia y libertad, sin el que no seríamos lo que somos (a pesar de todo lo que vino después).

      Y es paradójico porque si el marxismo ha sido influyente en una disciplina científica, esa es la Historia, pero no lo ha sido a base de meramente repetir generalidades de manual, sino a base de aplicar el análisis socio-económico de manera “libre” (librepensadora) y superar así, con datos y estimaciones, con “economía política”, la narrativa de los historiadores conservadores de mera secuencia de personalidades y batallas, que apenas es la “piel” y no los “órganos” de la Historia. Si yo sé algo de esto es, en parte, porque en su día tuve un profesor de historia autoproclamado marxista (no dogmático) que era capaz de darnos un buen análisis de la caída del Imperio Romano más allá de la mera “decadencia moral”, “invasiones” y listado de personajes que eran capaces de balbucear la historiografía conservadora: entendí que el Imperio colonial italiano que era incialmente Roma, fue transformado, con cierta gradualidad pero sobre todo “de un plumazo” por parte de un tal Diocleciano, en un imperio orientalizante, donde Occidente ya no pintaba nada, cuya boyante economía proto-capitalista fue destruida por austericidio monetarista, y cuyos campesinos libres (mucho más abundantes y fundamentales de lo que mucha gente cree) fueron forzados a la semi-esclavitud a partir de ese momento “con todas las de la ley”.

      Cierto marxismo dogmático (en particular estalinista y derivado) quizá tiende a detestar al campesinado libre porque no es proletario (explotado directamente), o se tiende a idealizar más la lucha de los esclavos (espartacismo). Y son cosas que puedo entender en alguna medida pero que no corresponden con un análisis marxista genuino, entendiendo aquí “marxismo” como el estudio científico de las clases y sus relaciones, de la socio-economía política, de manera objetiva, analítica, metódica y sin prejuicios. Esto es un error porque no sirve para entender la Historia, incluyendo probablemente la historia viva del presente y sus tiempos más cercanos (pasado reciente, futuro próximo).

      Entiendo que el mejor marxismo, Marx incluido, entiende perfectamente que el pasado agrario, o incluso los episodios proto-capitalistas urbanos que ya se daban entonces, no pueden analizarse con ojos urbanos modernos, pero también existe un mal marxismo que no quiere entender eso, que lo único que parece deducir de la Historia es que es una desgracia y que casi mejor pasamos página a prisa y corriendo porque lo que importa es el aquí y ahora, o cómo podemos proyectar nuestras ideas modernas en el pasado si acaso. Y así surgen quienes niegan que las naciones (etnias políticamente relevantes) existieran antes de la Edad Moderna (sí que existían, sobre todo como confederaciones de estados menores), u otros que idealizan “el estado vasco” navarro feudalizante (degenerado, decadente e impotente) porque están proyectando, al menos en parte, sus deseos actuales sobre la Historia (en vez de entender la Historia para entender el presente y ver así cómo podemos intentar lograr algo parecido a nuestros deseos a partir de una base sólida), o también quienes desdeñan o ignoran al campesinado libre y su lucha por su libertad (que es también económica y política) porque no sienten ya (comprensiblemente) ninguna vinculación con esa clase pequeño-propietaria histórica, al haber sido desposeídos en el capitalismo (o en el feudalismo, dependiendo de las raíces individuales, a veces difíciles de desentrañar).

      Puedo entender esa desvinculación (alienación) pero lo que no puedo entender, mucho menos aceptar, es que la alienación se imponga como prejuicio analítico de manera anti-marxista (a pesar de pretender ser “marxista”). Esto es particularmente importante en el caso vasco, porque no es una nación como las demás sino una nación peculiar, uno de cuyos pilares es “normal” (el idioma) pero que tiene otro pilar, a menudo ignorado, que es “anormal” (la ley). Y esa anormalidad (que también salvó a la lengua) deriva de una revolución que ni siquiera somos capaces de reconocer, en parte porque es oscura, apenas documentada, pero sobre todo por alienación pura y dura respecto a nuestras raíces; alienación que tiene dos facetas: la capitalista y la colonial (o de opresión nacional, misma cosa).

      Hay que entender que la proletarización es un fenómeno que dirige el Capitalismo, por intereses capitalistas, y que lo allana todo, barre con todas las distinciones de clase anteriores y homogeneiza en el entorno urbano-industrial. Y en nuestro caso (que no es necesariamente el de otros pueblos, mayormente es distinto) barre la identidad nacional y en parte eso lo hace mediante la destrucción del tejido social baserritarra y del marco legal que lo sostenía (y que tiene origen revolucionario en la Bagauda). Lo mismo que tras las reformas de Diocleciano, los latifundistas pudieron presionar a los campesinos libres a la servidumbre (colonato), tras las reformas burguesas (más nítidamente la Revolución Francesa y en especial el igualamiento forzoso napoleónico en Iparralde, más confusamente en el más conflictivo Hegoalde) los campesinos libres se vieron forzados a ser parte del engranaje capitalista: a veces como proletarios, otras como pequeños burgueses, quienes lograron persistir como baserritarras suelen tener muchos problemas en este sistema, el proceso de proletarización sigue y seguirá mientras no alcancemos el socialismo.

      Pero también hay que entender que lograr una sociedad estable de campesinos libres fue un logro revolucionario en las condiciones de la sociedad agraria tardo-romanas, un logro revolucionario que en aquel entonces sólo se logró aquí, aunque otro foco (aplastado) estuvo en lo que más tarde se convertiría en Suiza, que a su manera también hizo una revolución campesina anti-feudal en los siglos XIII y XIV. Lo que pasa es que ahora a menudo se ve eso como “burgués”, cuando sólo lo es de manera muy secundaria. De todas formas Marx y Engels (como personas de raíz burguesa pero sobre todo como revolucionarios del siglo XIX) entendían bien la capacidad y límites revolucionarios de la burguesía, entendían que las aspiraciones burguesas eran profundamente transformadoras y que producían algunas “ventajas” respecto a la sociedad feudal o en general los sistemas de producción agraria, y sobre todo que la burguesía dirigía un proceso (muy real) de liberación de las fuerzas productivas humanas. Iban sin embargo más allá y entendían también sus limitaciones y brutalidad explotadora y su necesidad de superación. Pero hoy día, sobre todo en sociedades más desarrolladas, tendemos a ver la explotación burguesa como la quintaesencia del mal y casi como si siempre hubiera existido, cuando en realidad es algo mayormente reciente y no peor (al menos no en muchos aspectos) respecto la opresión feudal. Se nos escapa el proceso histórico, incluso cuando intentamos comprenderlo, con demasiada facilidad, y nos resulta prácticamente imposible ponernos en la piel de los campesinos de hace 1600 años.

      Eso tiene que cambiar, es especialmente importante en el caso de Euskal Herria, porque es nuestra historia: EH tiene una raíz revolucionaria aunque no sea una raíz revolucionaria socialista (ni tampoco burguesa, que conste, esta revolucionaridad ancestral vasca molesta incluso más a los burgueses tipo PNV). No es una nota al margen: es la raíz misma de lo que es Euskal Herria, con permiso de la confederación aquitana, ya extinta cuando nuestro pueblo se rebeló y, contra todas las probabilidades, triunfó en establecer un sistema revolucionario nacional propio.

  5. Hola,

    Creo que no es facil hacer una lectura historica de nuestra realidad concreta, quiero decir como pueblo o nacion oprimida. Pero hay que partir de la autocritica para corregir y mejorar la actividad en todo momento. El marxismo ofrecia la posibilidad de interpretar las realidades para cambiarlas, pero hoy en dia se ha convertido en una ideologia que nos ata a una falsa conciencia. Podria ser una herramienta valida siendo adecuada al contexto actual para quien quiera darle la vuelta a la estructura del poder, pero parece tender mas hacia la construccion de un storytelling con el cual mantener aborregados rebanos autocomplacientes.

    Si el marxismo es util a nuestro pueblo para liberarse de sus cadenas, entonces vale. Si no, no. Existe por ejemplo una especie de marxismo academico universitario; un halo ideologico en el discurso, una ideologia dominante segun la cual la explotacion (del proletariado, de las mujeres, de los otros animales…) es algo que surgio tras un estado llamado comunismo primitivo.

    Ese comunismo primitivo seria la forma materialista, dada la vuelta por Marx y Engels, con la cual denominar el paraiso de la concepcion metafisica judeocristiana del tiempo en la epoca en que se dio forma al marxismo. Si Marx llego a imaginar junto a su amigo Engels una dialectica hegeliana dada la vuelta y a partir de eso crear un modelo teorico para interpretar la Historia (de Alemania, de Francia, de Inglaterra, es decir, de un mundo concreto), eso fue gracias a sus estudios de filosofia griega, al hecho de pertenecer a una estirpe de pastores protestantes y al enorme cambio tecnologico, politico, social y mental derivado de la Revolucion Industrial.

    Quiero decir, el marxismo fue creado por unas personas concretas en un contexto concreto y una epoca concreta. En esa epoca los conocimientos cientificos no se habian librado del componente metafisico y religioso, y por ejemplo, se entendia el tiempo como una secuencia de causas y efectos que llevaba al mundo desde un pasado (paradisiaco) a un presente (explotacion), que irremediablemente habria de llevar a un futuro de salvacion (comunismo).

    Hoy en dia hace ya mas de un siglo que en el espacio cultural donde se fraguo el marxismo entienden y manejan otra concepcion de la realidad. El positivismo, la cibernetica y todos los avances tecnologicos del siglo pasado estan relacionados con la llamada fisica nueva, todo lo cual ha dejado muy desfasada la interpretacion marxista de la Historia.

    La supuesta igualdad intrinseca de los humanos es un mito que no se sostiene. Si ves como funcionan los grupos de animales, encuentras la jerarquizacion y la injusticia del mismo modo que entre los humanos. La estructuracion de los sistemas vivos se da por la audacia de unos individuos y por las iniciativas privadas.

    Las dinamicas de grupos, masas, etc… siempre estan dirigidas por individuos que se imponen en una lucha. Esa lucha puede ser un motor de la Historia, pero en ningun modo es una lucha entre clases. Siempre es una lucha entre individuos libres que rompen la realidad clasista por medio de la accion. La cooperacion y la simbiosis entre diferentes iniciativas privadas seria, segun se ve desde la biologia, el motor de la Historia.

    Todo esto a los marxistas dogmaticos les duele porque les hace ver que en realidad deliran. Los marxistas dogmaticos, que siempre parecen copias mal hechas de otras personas, usan la estructura teorica marxista para tener un discurso, algo que decir, aunque eso sea algo ya dicho hace mucho tiempo. Asi estan tranquilos quejandose mientras todo sigue igual. Por que nunca van a hacer nada que cambie esta realidad en la que viven.

    Por eso habria que definir claramente y senalar a los marxistas dogmaticos y a los academico-universitarios, separandolos de los revolucionarios que usan el marxismo como herramienta para el analisis de la realidad concreta, para transformarla.

    Creemos que para la liberacion de Euskal Herria ES NECESARIO ENTENDER EN QUE CONTEXTO VIVIMOS, geopolitico, regional, local… Con ello, la tecnologia, los avances cientificos y filosoficos, las perspectivas, etc… Y esto es todavia mucho mas amplio. El marxismo, o el sistema teorico que sea, para ser una herramienta valida requiere un esfuerzo mental enorme. El dogmatismo podria estar relacionado con cierta tendencia alferrontzi. En todo caso, suele llevar al autoritarismo, y al final a una disminucion de la capacidad inteligente de los individuos.

    Un analisis de la realidad material de Euskal Herria deberia tener en cuenta la estructura fisica del territorio, ver como se estructuran las actividades humanas, basandose en lo que se ve en la realidad, no adecuar esta a la teoria como en el lecho de Procusto.

    Atentamente

  6. Yo tambien veo en el proceso bagaudico una clave importante, pero creo que es necesario evitar el anacronismo de aplicar en esa realidad aspectos actuales.

    Vasconia durante el Imperio Romano era una zona entre Astorga y Burdeos bastante tranquila aunque con un fuerte transito. Pero en un momento determinado pasaria a convertirse en zona fronteriza despues de que Roma aceptase dejar el control de Hispania a auxiliares germanos. Que Vasconia era una zona pacifica(da) testimoniaria la existencia mencionada en documentos de una guardia de rusticos, es decir, de gente del lugar. Desde Veleia hasta Dax, la defensa del territorio y de la calzada correspondia a esa guardia de tipo cipayo, y no a las tropas regulares imperiales.

    La bagauda, segun la documentacion, serian revueltas de estas guardias cipayas o su implicacion en la dinamica conflictiva de esa epoca entre diferentes fuerzas armadas germanas auxiliares de Roma que se establecieron como poderes legales en el occidente imperial. Claro, hablamos de documentacion de poderes extrangeros siempre. En todo caso, se puede observar una intencion de autogobierno por parte de los poderes locales, cuya expresion armada serian esas guardias de rusticos que en conflicto eran llamadas bagaudas. Seguramente esos poderes locales eran enteramente romanos de cultura y lengua (romance o lingua romana rustica), aunque en contacto intimo con la gente del lugar, de lengua vascuence y romanos de cultura.

    La Bagauda es un ambito historico clave de nuestra historia a nuestro mode de ver. Creo que la interpretacion de Bagaudaberri es interesante como punto de partida, pero para no perderse debe basarse en las cosas que se pueden demostrar con los elementos materiales y documentales, para evitar llevar la interpretacion demasiado lejos en lo que nos gusta personalmente. Aunque podemos decir lo que nos de la gana, evidentemente.

    El problema de lo nuestro, o uno de tantos, igual es que siempre aparecemos en la documentacion de otros. Nosotros como pueblo poco hemos dicho. Todo es hecho y contado por otros, normalmente enemigos.

    Es lo que hay.

    • No existe “tropa zipaia” en absoluto. Había tropas auxiliares integradas en el Ejército Romano o legionarios de origen vasco, etc. pero esa “tropa zipaia” te la has sacado de la manga.

      De hecho no se puede hablar de “Vasconia” antes de la bagauda, o de su éxito sobre todo, a no ser que te refieras al territorio de estado de los vascones (Nafarroa, Rioja Baja y Aragón Noroeste aprox.) o elijas usarlo de una forma anacronística y muy laxa, asumiendo los riesgos. Antes de las invasiones existían que sepamos la confederación de los Aquitani, la de los Cantabri (con los que a veces existe confusión) y la de los Astures, así como quizá otros estados más pequeños en la zona pirenaica central (y más al este los íberos, primos pero no estrictamente proto-vascos, lo mismo que los ligures y otros grupos “iberoides”). Craso Jr. invadió Aquitania hasta el Bidasoa (Tarbellae) pero “naciones” más remotas de esta confederación no fueron inicialmente sometidas: se escaquearon con la llegada del invierno, cuenta César. Esas “naciones” (entidades políticas, “tribus” o repúblicas) cuyos nombres no menciona necesariamente eran las de Hegoalde: esencialmente vascones y bardietas (varduli o alabanenses), que caerían sólo más tarde en oscuras campañas de “pacificación” de Hispania de las que no sabemos casi nada (triunfos romanos poco detallados, sitio arqueológico de Andagoste) que anticipan la durísima Guerra Cántabra (sobre todo contra cantabri y astures pero coincidiendo con una rebelión aquitana, en absoluto mera coincidencia).

      Pacificadas Galia e Hispania (conquistadas, sometidas a sangre y fuego) a pesar de la tremenda resistencia en especial de los cantabri, se obliga a abandonar los oppidae (ciudades fortificadas de montaña que los arqueólogos suelen llamar “castros”) y a residir en los valles, y eso se ve que ocurre también en Vardulia (Mendebalde), no sólo en Cantabria y las Asturias. El territorio proto-vasco queda dividido en dos provincias (Aquitania y Tarraconense) y en varios conventos (en especial la división entre el convento cesaraugustano, que incluía el territorio vascón, y el cluniense, que abarcaba el de los varduli y cantabri). Más allá del municipio se destruye toda forma de autogobierno durante muchos siglos. Un líder del norte (no recuerdo ahora el nombre pero es conocido, porque le erigieron una estela) logró durante la reforma de Diocleciano que Aquitania fuera dividida, creándose por fin una provincia “vasca” (término, insisto, anacrónico) como Aquitania Tertia (la Aquitania original, también conocida como Novempopulania), pero nada comparable ocurrió en el sur: Tarraconense perdió Gallaecia y Cartaginense pero nuestra zona quedó igual.

      Y esa es la situación política que hay en el siglo V cuando el Imperio Occidental implota, con la salvedad de que a partir de cierta fecha Roma dio territorios en nuestra vecindad (Garona, Narbonense) a los Visigodos para alejarlos de Italia y ponerles a hacer algo útil para el Imperio: matar vándalos y bagaudas. Tarraconense es uno de los últimos territorios que pierde Roma al oeste de Italia (sólo el estado de Siagro en torno a París fue más tenazmente romano, incluso durando algo más que Roma misma, farsa a la que pusieron fin los francos), pero esto no se corresponde con toda la provincia sino sólo con la costa mediterránea y el valle medio del Ebro (Zaragoza, que en una ocasión sufriría saqueo de los bagaudas). La evidencia arqueológica (en particular cecas en una época en que casi sólo se acuñaba para pagar a los soldados) denota que Roma estableció un “limes interno” en el Ebro frente a los bagaudas, también hay instancias de cortijos (villae) destruidos (pero no se atacó a las ciudades, que mueren lentamente, como Iruña-Veleia, o sobreviven disminuidas: Pamplona, Oiasso-Irun, Lapurdum-Baiona, etc.) La única interpretación posible es que hubo una autoorganización social revolucionaria (bagauda) militante (militar en algún grado al menos), en base al campesinado libre, que resistía la presión para ceder sus tierras y convertirse en coloni (siervos) y probablemente también otros sectores oprimidos: coloni ya existentes y esclavos. Fue esa revolución social la que salvó al euskera de la extinción, aunque no es descartable retroalimentación compleja en un tejido social que entendemos sólo muy precariamente (es decir: que el hablar euskera fuera elemento identitario favorecedor de la revolución).

      Hay gente que opina que habría “jauntxos” que liderarían. No tengo duda alguna de que habría liderazgos pero atribuirlos a clases sociales como los jauntxos me parece aventurado e incluso muy improbable, puesto que se trataba ante todo de una revolución social contra los terratenientes, ergo esos supuestos “jauntxos” serían, de existir, pro-romanos no pro-bagauda, al menos en general.

      El caso es que produjo un sistema político lo bastante eficaz para resistir a grandes potencias como el Reino Visigodo y, luego, al Reino Franco, al menos inicialmente. No sabemos nada de cómo era ese sistema político pero las fuentes foráneas parecen descartar que hubiera monarquía alguna o fórmula similar, siempre usan el plural amorfo “vascones” (“cántabros” en algún caso), sugiriendo fuertemente un sistema republicano con-federativo tipo la Suiza histórica de los cantones (pero distinto seguramente en los detalles). Esa presunta federación republicana vasca campesina colapsa con la invasión franca de principios del s. VII, que, en medio de continuas rebeliones y batallas, culmina con la creación de un Ducado de Vasconia independiente bajo Félix, que también se erige en Duque de Aquitania (zona romanizada entre el Garona y Loire). En esa época se pierde Cantabria a los Visigodos al parecer: anteriormente la línea de fortalezas godas claramente denota su pertenencia a la confederación, su independencia de hecho, pero después parece estar dominada por el estado visigodo. De hecho la línea arqueológica de la penetración franca (armas de tipo franco) llega hasta Araba y Bizkaia (gran concentración en la zona de la Ría de Bilbao) pero no más al oeste.

      El resto es historia, aunque a veces un poco oscura, historia monárquica de una Vasconia que aún tendrá un siglo de gloria antes de ser aplastada entre el martillo musulmán y el yunque franco, no sin durísima resistencia. Y luego todavía habrá períodos épicos pero cada vez más monárquicos, más normalizados y más feudales, debilitándose en el proceso la soberanía nacional de un pueblo en armas. Se suele hablar mucho de la conquista de Nafarroa hace cinco siglos pero para mí el momento más terrible es cuando hace ocho siglos esa misma Nafarroa se declara incapaz de proteger la mitad de su territorio y permite que lo ocupe Castilla: se aprecia ahí que el modo político monárquico es altamente ineficiente para el interés nacional (mejor no hablar del de clase) vasco. Y por eso soy muy crítico del “navarrismo”, que exagera mucho las supuestas virtudes de aquel reino y no parece capaz de hacerle ninguna crítica. Lo que nos dio vigor y libertad (y euskera y nación) fue la Revolución Bagauda, no unos reyes generalmente guiados por el interés dinástico y no el nacional o popular (herritar interesa).

  7. Creo que el entender que el motor de la Historia no seria la lucha de clases sino entre individuos que con su accion individual romperian esa realidad clasista, permite percibir mas informacion y con mas detalle, que el asumir acriticamente el concepto de la lucha de clases.

    Las masas no son organismos proactivos, sino mas bien al reves.

    Un amigo que ha abrazado el marxismo como herramienta cientifica para el analisis de las relaciones sociales, me decia hace poco que el tenia como referente y ejemplo de lucha de clases a los esclavos liderados por Espartaco. Yo veo en esa dinamica otra cosa distinta. No puedo ver eso como una dinamica de masas dirigida por una ley fisica, que es lo que se pretende hacer creer cuando se presenta la lucha de clases como motor de la Historia.

    Lo que veo a partir de los datos historicos con que cuento es que entre las masas de esclavos del sur de Italia, en un momento historico determinado de la epoca republicana romana hay un individuo de origen tracio, aristocrata, que en una situacion concreta dice No! ante una imposicion, y comienza a liderar un movimiento de esclavos que si no fuese por el no se habria rebelado ante el poder del Estado. Hay una lucha de clases, que igual si que podemos considerar que surge dialecticamente, ya que apareceria a partir de ese error sistemico que seria mantener esclavo a alguien que conoce la libertad y la nobleza de espada.

    El objetivo de Espartaco no era implantar el comunismo o la justicia de clase tal como pudiese ser concebida en ese contexto, sino simplemente volver a su tierra tras haberse liberado de las cadenas. Algo completamente normal, que no es necesario justificar con extremismos metafisicos, ni antes ni ahora.

    Aqui no vemos ninguna ley termodinamica dirigiendo los acontecimientos, solo iniciativas individuales de humanos que colaboran, simbiotean y luchan contra otros para llevar a cabo objetivos concretos.

    • Las masas no es lo mismo que las clases. Las clases definen los parámetros esenciales del conflicto, y se ve en el día a día que las clases, al menos las clase privilegiadas (es decir: la burguesía, sobre todo la gran burguesía), se mueve por intereses de clase. Más confuso es si y cómo se mueve el proletariado, que existe sin duda de todas maneras y es fundamental para entender no sólo las posibles revoluciones proletarias sino incluso (como carne de cañón) las revoluciones burguesas mismas.

      Las revoluciones siempre las hacen las clases trabajadoras (proletariado, campesinado, esclavos incluso a veces) pero el problema es bajo qué dirección la hacen. En las revoluciones burguesas la dirección era burguesa sin duda (la conciencia de clase aún difusa), en las revoluciones de modelo bolchevique en cambio la jerarquía es partido>proletariado>campesinado. A mi entender son revoluciones de transición, proto-proletarias, como la revolución de Cromwell en Inglaterra fue proto-burguesa y topó con las contradicciones de su estadio prematuro. Por desgracia también son revoluciones de transición cuasi-burguesas en sus efectos (desarrollismo nacional bajo premisas de facto capitalistas en muchos aspectos y bajo liderazgo de una minoría no representativa de la clase obrera, una “aristocracia” platónica en vez de una “democracia” o poder popular o “dictadura del proletariado” por los números). Estamos ya en una fase nueva, no en el proto-capitalismo que define estas revoluciones históricas sino en el tardo-capitalismo terminal, ergo las revoluciones que inevitablemente vendrán en breve (esta década o la siguiente a lo sumo) serán necesariamente proletarias y democráticas. Eso o el capitalismo alcanzará un nuevo estadio: el dominio de lo no-humano, de las máquinas o similar, o simplemente la extinción catastrófica de la Humanidad misma.

      Las premisas generales del socialismo revolucionario siguen siendo válidas pero tenemos que dejar de mirar a modelos caducos de hace un siglo o casi y diseñar nuestros propios modelos, para los que el ecosocialismo y la autonomía obrera son pilares esenciales, porque son las únicas teorías y praxis (que yo sepa) que renuevan el socialismo revolucionario de acuerdo a nuestras necesidades reales en el toyotismo (ahora ya terminal y muy tocado).

      También debemos de dejar de imaginar las revoluciones como algo dirigido y controlado. No lo son, nunca lo fueron: siempre fueron procesos caóticos.

      Te dejo que parece que hay cacerolada contra el fascismo. Que yo sepa no la ha convocado nadie pero estoy de acuerdo.

  8. La cuestion no deja de ser, y ahi es donde habran de desarrollar capacidad intelectual todos quienes aspiren a ser algo, como se articulan los distintos factores que hacen que el pueblo vasco se una en una dinamica nacional positiva que seria tambien social. Y ahi, o nos basamos en dogmas extranjeros, me da igual que sea Marx, Gramsci, Laclau, San Cirilo o Mahoma, lo cual nos llevaria como hasta ahora a la nada, o nos basamos en la tradicion de lucha que forma parte de nuestra memoria, que es enorme y nos es desconocida entre otras cosas porque esta censurada, y todo lo demas no sera mas que una ayuda a nuestros intereses y nuestra estrategia. Que se vayan a la porra todos los listos, todos los vendidos y todos los carronneros que quieren alimentarse con la sangre de este pueblo.

    El marxismo dogmatico es uno de los mayores problemas que ha tenido nuestro pueblo desde el siglo pasado. Pero se ha ido confrontando a otro enemigo aun peor para nuestro pueblo, que es lo que podemos llamar jesuitismo vascoide, el cual esta enraizado profundamente y es el que hace que los vascos aceptemos la opresion a la que se nos somete y encima nos autoculpemos de todos los males del planeta, mientras se nos roba, se nos bloquea la capacidad de accion economica, politica y cultural y se nos impone esto que llaman crisis.

    Hoy en dia parece que confluyen el marxismo dogmatico y el jesuitismo en una nueva serie de dogmas expresados de distinta forma, para calar en diferentes sectores sociales. Es algo que se huele en las Universidades, en los medios de comunicacion, etc… La clave de boveda de la opresion concreta sobre nuestro pueblo es el regimen del 78, si, y tambien la V. Republica Francesa, y la mal llamada Union Europea, que en vez de ser tal se ha convertido en el IV. Reich, el cual se situa como zona tampon entre dos bloques beligerantes a escala geopolitica, como son EEUU y Rusia. Y hay que saber que significa concretamente cada uno de estos nombres, quien los componen, que contradicciones internas tienen, como nos afectan y que podemos hacer, etc…

    A partir de nuestra memoria, con la creacion de un frente cultural que sea capaz de codificar en nuestros idiomas la cultura y la sciencia con todos sus avances actuales sin los filtros franceses y espanoles, y sabiendo unir a todas aquellas personas con valores humanos de este pueblo, ya sean anarquistas, socialistas, tradicionalistas, comunistas, liberales… en un proyecto con futuro, se dara una lucha por la independencia y el socialismo tal como lo entendamos aqui (para lo cual ni siquiera nos hace falta la palabra socialismo ya que aqui se ha ejercido ese tipo de sistema antes de su formulacion en la era moderna, aunque eso no salga en la teoria marxista), dentro de un contexto de lucha mas amplio a nivel europeo, que deberia dar lugar a una especie de Union de Republicas Socialistas o Estados Unidos de Europa. La clave de este proyecto a nivel europeo esta en la Region de los Pirineos, y su liderazgo corresponderia al pueblo vasco, pero para eso deberiamos quitarnos las legannas y ponernos en marcha, y eso pasa por una revolucion cultural que de la vuelta al estado animico actual de nuestro pueblo. Y ahi es donde Espana y Francia volverian a temblar. Mientras tanto, solo somos una tribu de subnormales engreidos, y querer asi adular al pueblo es una pretension manipuladora criminal.

    No dar vida a esta responsabilidad es no querer que este pueblo sobreviva ni a nivel cultural ni politico ni economico ni militar. Entonces hablar de independencia o de socialismo es poco mas que hacer gorgoritos. Es renunciar a la libertad en favor de leyes, ya sean de un Estado o de una pseudosciencia como la marxista.

  9. En mi opinion, la mejor sintesis de lo que definiria la vieja Europa Preindoeuropea y sus consecuencias en los niveles historicos posteriores, la realizo el mejor intelectual que ha dado este pueblo en el siglo pasado, que no es otro que Federico Krutwig.

    Ya que estamos intentando hacer unas aportaciones lo mas serias posible a esta reflexion planteada por Hauspoa, creo que no esta de mas este resumen del libro Garaldea que hicimos para clase en la Facultad de Historia de Gasteiz el anno pasado.

    Espero que a alguien le guste.

    Garaldea

    There is an old book about the Canarian, mainly known as the Guanches, and their ethnic relation with the basques. This book is called Garaldea, and it was written at the beginning of the 70es by
    the basque hellenic intellectual and member of Euskaltzaindia Federico Krutwig. The main topic of this book is the existence of a cultural developed Pre-Indo-European substrate in Europe, North Africa and Greece. As a consequence, this has been exposed by Krutwig, of the studies about canarian habitants (Guanches) published by the german archaeologist Dominik Woelfel.

    Woelfel had found some evidence of the Canarian indigene population who lived there without metals at the same time that Spanish conquerors arrived in XV-th century. Those evidences connected Guanches with western Europe, but not with the Berberians or contemporaneous populations of North Africa, and not too with the eurasian slaves. Woelfel explained that Guanches were a part of the neolithic civilization of the Megaliths. This civilization connected Europe, Middle East and North of Africa. And one communication nucleus was the mediterranean sea. In this civilization are mixed the neolithic revolution’s new cultural patterns with the Atlantic Paleolithic “traditions”. Different kinds of people with different languages moved into this cultural complex, where it was built in that time the empiric structure of knowledge of our actual civilization. And from there, only one hybrid language is actually alive: heuscara or basque. Linguistic evidences of that Pre-Indo-European substrate can be found in the toponymy and in the linguistic structures of all of Western Europeans Aryan languages, like german, english, latin and greek, but not in bereber or slavic languages, which are Indo-European purer.

    Krutwig was an intellectual born in Guecho, Biscay, in 1921 who was the brain of Euskaltzaindia at the beginnings of Franco’s dictatorship, and the main apologist of Basque language’s unification, but because of a speech he had taken the way of exile. When he found the Woelfel’s work in Algeria, he pursuit the research into this epistemic labyrinth around the relations between African and European peoples. He proposed an Ariadna’s wire: the basque language. When the Spanish conquerors had found the Guanches they sent Basque clergymen. For communicating with the indigenous, because they found that Guanches spoke a kind of basque. There are many writings and some vocabularies done by these clerics, and some linguistic structures are the same. The writings were compilaated and studied by Woelfel, and then found by Krutwig. All of that documentary information is presented in Garaldea book.

    Federico Krutwig proposed a complex labyrinthine theory, but based on empirical evidence. In that context of the Megalithic civilization were connected caledonians, Iberians, the Pre-Hellenic of Crete and the Cyclades, and more. In North Africa we could find the Libu populations, who were Pre-Indo-European populations connected with Europe. Libus were culture creators and had influenced the Egyptian civilization. Gwantches were an isolated branch of Libus. There are evidences of cultural and genetic connection and exchanges between Saharan region and Europe in the neolithic, for example in the parietal art of Tassili in Algeria or in Capsa culture’s remains or in the European alpine human type. There are too in other levels of this substrate other connections with the Armenian, Mesopotamian and caucasian region. For example, the region of Urartu in Armenia is actually called Al Jazzira which means island, which in basque means uharte or ur arte. All in all, we must say that all of the languages are hybrids, mixes of different kinds of thinking or reality modeling systems by contacts between people. And basque language too.

    The Megalithic civilization created the main empiric concepts of our reality and encoded in some languages which moved into this geographical space. That formed the Pre-Indo-European cultural substrate of Garaldea. These concepts were based on the observation of nature and communicatedand accumulated in a cultural memory. This process had started with the Neolithic Revolution, and it was developed before the rise of technology of metals.

    Using metals for making arms against other communities for submit them, some populations had started imposing over others. The Indo-European peoples were bellicose steppe communities functioning like wolfs groups, but without any developed culture. They were imposed over the Pre- Indo-European Harappa and Mohenjo Daro’s civilizations in India, over the Mesopotamians and Egyptians, and over Garaldean or megalithic civilization too. The ancestors of Berbers were the Garamantes: Indo-European warriors came from Sinai to north-west Africa around 1000 BC, with domesticated horses, war chars and iron technology. They were imposed over the libus but not over the Guanches, because they were isolated in their island. The germans, Italics, Hellenics and also the celts are other expansion waves of those Indo-Europeans imposed over the megalithic European
    people. The origin is always the same: the eurasian steppes.

    That Indo-Europeans, also called aryans, were not culture creators, but when they were imposed over other populations they had been cultured by them. For example, the greeks were Indo- European warriors imposed over the Pre-Hellenic Garaldeans like the Minoans, and they were cultured by them. After that, greeks were who had invented a new kind of thinking by axioms. Greeks had invented the axiomatic theories over the Pre-Hellenic empiric cultural structure, and that is the main reason of the cultural spread of Greek language around the world. In North Africa, the Indo-European Berbers were the Garamantes, imposed over the Libus with their metallic arms. Actually, the Tuareg people claim their Berbers origins. The Amazighs are North African Pre- Berbers assimilated by Berbers and then by arabs. The Canarian Guanches found and massacred by Spanish conquerors didn’t know metals and they spoke a kind of isolated Pan-European heuscara. That ancient Pan-European heuscara or Garaldeera can be found in all languages of west Europe and in Greece, but not in the slave lands.

    With this Ariadna’s wire, Krutwig elaborated an interesting theory for understanding the origins of Europe. That theory neutralizes the model of Indo-European or aryan supremacy, so it is censored or attacked by the Establishment, but many important elements of that garaldean theory are often confirmed by different scientists around the world.

    In this Garaldea book, Krutwig exposes too how theories are built according to the latest advances in cybernetic sciences. Two kinds of theories are used all the time for representing reality: empirical theories and axiomatic theories. Theories are always social constructions who’s future is being changed by other theories. But the importance of a theory is to be confirmed by the reality. Some notions about this are interesting for being able to find and neutralize the different ideological manipulations with form of scientific theories like the supremacy of Indo-Europeans over the other populations. These theories are today the main dogma in Spanish or French Universities, because France and Spain are supremacist imperialist countries.

    After the publication of Garaldea, some cultural or folkloric exchanges have been between Basque Country and Canarias. It is always positive to connecting peoples and persons by cultural exchanges based in respect and friendship.

    Thank you very much for reading and listening to this document, and we hope that it can be interesting for debating different ideas about our European history.

    Preston Walters and Michael Kelly University of New Victory, Navarre, 27th of october 2019

  10. Esto que sigue son unos pocos retazos de la idea expuesta por Federico Krutwig, bajo el pseudonimo de Fernando Sarrailh de Ihartza, en su libro Vasconia, estudio dialectico de una nacionalidad. Este libro se publico en el anio 1961.

    Los principales valedores historicos del nacionalismo vasco desde este punto de vista son Agosti Chaho y Sabino Arana, aunque estos personajes y las circunstancias que los rodean esten intimamente ligadas. Chaho era un zuberotarra republicano y mason de Francia de principios del siglo XIX, mientras que Arana era un bizkaino catolico de Espanya de principios del XX.

    Ambos personajes estan influenciados por las condiciones en las que viven, pero ambos se enfrentan a esa realidad que les toca, creando pensamientos o ideas nuevas que hicieron avanzar en la consciencia de nuestro pueblo.

    En el libro Vasconia se tratan por primera vez de forma cientifica, explicita y concisa ciertos aspectos de lo vasco tales como la cuestion genetica europea y las particularidades vascas, y al mismo tiempo la relacion entre la etnia vasca y la cultura europea greco-latina. Estos son los principales componentes del salto dialectico que supuso para el nacionalismo vasco la obra de Sarrahil de Ihartza.

    Otro aspecto importante de esta obra es la consideracion de la totalidad del pueblo vasco, mas alla de las siete provincias, incluyendo la llamada Vasconia irredenta, tierra tambien conquistada a la cual se le niega incluso la pertenencia a este espacio nacional vasco, donde se incluyen las cuatro villas cantabras, la bureba, Rioja, Alto Duero, Aragon, Bearne, Landas, Aucherri, etc.

    Expone Sarrahil en 1961 : (…) El nacionalismo que quiera ser algo efectivo tiene que representar una tarea, ser un ideal con futuro, en torno al que se agrupen mentalmente y materialmente hombres que se crean unidos, por uno o por otro factor nacional, a tal tarea nacional.

    Asi pues, citandole directamente :

    (…) Los factores constituyentes del sentimiento nacional tienen que ser en primer lugar dinamicos. El factor mas importante en nuestro caso es la LENGUA. Luego tenemos la MENTALIDAD y CULTURA. En tercer lugar se entenderia la RELIGION. Otro factor es la COMPOSICION RACIAL, y sorprendentemente en ultimo lugar encontramos los FACTORES ECONOMICOS, SOCIALES Y MATERIALES, que dan cohesion en una dinamica nacional al resto, arrastrando a las masas nacionales hacia una comun tarea nacional.

    (…) Siendo estos factores dinamicos, las consideraciones sobre si existio un reyno de Navarra o un Seniorio de Bizkaia o un Ducado de Vasconia, en el planteamiento moderno del caso vasco no aportarian mayor peso a las reclamaciones independentistas.

    (…) Los vascos llamados franceses y los gascones esperan que sus soluciones economicas les vengan de Paris. Acostumbrados a esa capitis diminutio, son incapaces de pensar en la forma en que ellos mismos puedan resolverlas.

    (…) Teniendo presente que Vizcaya y Guipuzcoa, conjuntamente con Catalunya, han de soportar el peso de un pais subdesarrollado como Espanya, nuestra industria se halla sometida a una sobrecarga y a un processo de asfixia que acabaran matandola.

    (…) En la Historia de la economia de Vasconia juega un importante papel el Senorio de Vizcaya, pudiendose decir que en esta region se sento la base del desarrollo economico de Euskaria. La sangria que Espanya causo en el maltrecho cuerpo de Navarra impidio a este reyno el que fuera capaz de progresar.

    (…) La nacion es un ente vivo, tiene personalidad. Al igual que todo ser humano, como todo ser viviente, esta siempre en continuo hacerse y desacerse, destruyendose y construyendose, aumentando y disminuyendo. Por eso, los valores nacionales y las caracteristicas nacionales no son algo estable.

    (…) La nacionalidad es dinamica, algo que vive, y querer definirla como algo estatico es matarla o tratarla como una momia.

    (…) Una etnia nace, crece y se convierte en adulta. Es un conjunto de seres vivos, una sinfonia de ritmos vitales de los individuos que la componen.

    En el primer cuaderno, llamado ETHNICA, se hace una exposicion general sobre los factores nacionales del pueblo vasco en esa epoca. Tratando la cuestion de la lengua se menciona la importancia del euskara y de la existencia de un euskara unificado literario cuyo creador seria Joannes de Leizarraga.

    Habla tambien de la lengua gascona, la cual no deja de ser una lengua romanica nacional vasca, que se dividiria en dos dialectos principales al sur y al norte de los pirineos. Se hace incapie en el hecho de que el pueblo vasco pertenece al area cultural greco-latina. En lo que corresponde a la mentalidad y la cultura, se trata el sentido tradicional de la propiedad en el pueblo vasco. Se trata asi mismo la relacion del pueblo vascon con la Iglesia Catolica y se analizan las guerras de religion. En unos apendices se tratan fenomenos como el llamado clero rojo y las gentes de orden, que son dos aspectos de la mentalidad vasca relacionados con la religion, por otro lado el fenomeno de los cataros, y finalmente el ocultismo en Vasconia. En lo que corresponde a raza o genetica, se exponen los diferentes tipos raciales europoides y las caracteristicas del tipo vasco. Finalmente, tratando el factor historico se hace una lectura de lo que fue el Ducacdo de Vasconia, Del Reyno de Navarra, con sus condados de la Rioja, Bureba, Alto-Ebro, Cuatro Villas y Aragon, y en un apendice se trata sobre lo que fue Aquitania.

    El segundo cuaderno, llamado OECONOMICA, trata de los factores economicos en Vasconia, y hace un repaso pormenorizado del sistema productivo de esa epoca, con datos de todo el territorio. Expone claramente laexplotacion colonialista a la que esta sometida Vasconia por parte de Espanya y Francia y hace una prevision en base a los datos con los que cuenta. Aqui trata sobre cosas como la expoliacion espanyola de Vasconia y sus consecuencias.

    Trata asi mismo sobre la estructura economica de Vasconia, sobre la explotacion economica de la Vasconia Ducal por parte de Francia, sobre la demografia y sobre el futuro de la economia vascona.

    El tercer cuaderno se llama DYNAMICA, y trata sobre la dinamica nacional vascona, es decir, el proceso de reconstruccion de esa tarea nacional, a la que le da un caracter de dinamica social.
    Despues, en el cuaderno llamado HISTORICA, trata la historia del nacionalismo vasco desde la epoca del surgimiento de los nacionalismos modernos, a partir de la Revolucion Francesa. Aqui, como se puede seguir viendo el esquema del indice del libro, se trata la epoca del liberalismo, el fuerismo, la confusion de ideas al haberse involucrado los vascos en los problemas de Espanya, el aranismo, el nacionalismo aldeano y la situacion de postguerra en el franquismo. Se tratan temas como la diferencia entre el patrioterismo estatalista y el patriotismo etnico, sobre el chauvinismo, sobre la injusticia social, sobre el parasitismo estatal. Los centros de la dinamica nacional vascona serian por un lado Bilbo y Pamplona, y por otro lado Burdeos, centros en los cuales se habria que dotar de Universidades y Colegios Superiores a fin de que se convierta realmente cada uno de ellos en nucleo impulsor de la vida nacional vasca. Se trata tambien sobre la Revolucion Francesa y lo que esta supuso en Vasconia, sobre la creacion de poderes ascendentes, sobre el poder popular y los Biltzarres, sobre una dinamica de regreso de inmigrantes que denomina movimiento Itzul ; y sobre la necesidad de un nacionalismo vasco que sea progresista.

    Despues, en el cuaderno llamado POLITICA se hace una exposicion sobre la situacion del nacionalismo en toda Vasconia, considerando a las masas trabajadoras como unicas realmente interesadas en la liberacion de Vasconia, y haciendo una sintesis de anarquismo, marxismo y otras corrientes revolucionarias de la epoca para aplicarlo en la realidad concreta vasca.

    Luego, en el pequenio cuaderno llamado BELLICA se expone como organizar una guerrilla de liberacion nacional, asi como las jerarquias de poder paralelas que a medida que el proceso de liberacion avanzase irian suplantando a las extranjeras opresoras.

    Finalmente, en el cuaderno DIALECTICA se hace una exposicion del marxismo y de como aplicarlo en Vasconia a modo de herramienta para que el movimiento de liberacion nacional, dirigido por la clase trabajadora patriota triunfe en esa revolucion.

    Cada uno de estos cuadernos es un trabajo enorme de sintesis de elementos concretos de la realidad de nuestro pueblo, que no puede reducirse a un esquema o resumen, sino que debe ser estudiado a conciencia situando cada uno de los elementos en su contexto. Es necesario tambien conocer la obra posterior llamada La nueva Vasconia, en la que el autor comienza a esbozar las ideas que posteriormente desarrollaria en Vasconia ano 2001 Computer Shock, para la cual utiliza el conjunto del estudio dialectico a modo de documento Estudio dialectico de Vasconia

    Esta obra nos presenta una forma original, concisa y clara de aplicar el marxismo como herramienta al servicio del pueblo vasco en su lucha por su liberacion nacional, entendiendose evidentemente tambien social.

    Esta exposicion del marxismo aplicable en Euskal Herria comienza a partir de la mencion de cinco clases fundamentales en toda sociedad clasica : Clase de agricultores, clase de artesanos, clase de propietarios de la tierra, clase capitalista, y finalmente clase de asalariados. Este planteamiento supone un salto en relacion a la concepcion habitual de dos clases en abstracto : capitalista
    y trabajadora, con la que los dogmaticos del marxismo habitualmente se pierden.

    De hecho, Sarrailh no hace una exposicion aseptica de lo que supone la teoria marxista como monolito, sino que la utiliza para crear una teoria marxista vasca en base a la interpretacion de lo que en concreto ve mas alla de lo ya escrito por otros. Segun el marxismo, la interaccion de las actividades historicas dan como resultado la historia de un pueblo. Marx llamaria superestructuras al conjunto de las instituciones e ideas resultantes de las iniciativas privadas. Este conjunto reune a instituciones juridicas y politicas, ideologias y tambien a los fetiches. Es la expresion del modo de produccion, de las relaciones sociales. Segun el materialismo, del mismo orden del capitalismo surge necesariamente elmonopolio, que deberia traer el fin del capitalismo. Modo de produccion seria la estructura social que ya no es en relacion con la naturaleza sino que es una organizacion de la propiedad en funcion social o de clase. Asi pues, se pasaria de una fase patriarcal a una esclavista, luego feudal y finalmente capitalista.

    Con los modos de produccion aparecen los conflictos sociales, en los que ya no se trata de explotacion de la naturaleza sino del hombre por el hombre. Los nuevos utiles cambian las fuerzas productivas : la division del trabajo hace que se acaparen los puestos superiores y se transmitan por herencia como propiedad privada.

    Pasa despues a analizar lo que debe ser el estudio marxista de Vasconia : El estudio de la infraestructura economica, el analisis de las condiciones del suelo y subsuelo, del clima, de la orografia, de la hidrografia, de la botanica ; el estudio de las tecnicas e instrumentos empleados establecen las primeras relaciones de produccion. Las condiciones naturales, las tecnicas, la
    organizacion y la division del trabajo evidencian la estructura de una sociedad, la actividad de los individuos que la constituyen, su naturaleza y su agrupamiento y sus relaciones.

    Solo si se empieza por este punto se llega a comprender y el analisis sera fecundo. Estos elementos, en el materialismo dialectico constituyen las fuerzas productivas.

    Este mismo examen marxista de la realidad nos obliga en cada caso aconsiderar la realidad concreta. El principio marxista del examen de la sociologia, en cuanto que lo apliquemos a nuestro pais, tiene que contar a la fuerza con las realidades historicas del pueblo vascon, tales como son la reparticion de la poblacion en villas, anteiglesias, Universidades y otros tipos de comunas ; la produccion y el consumo, la estructuracion de las importaciones y las exportaciones. Se debera estudiar el genero de vida que se efectua en Vasconia, la geografia humana, asi como comprender su historia y su formacion.

    Una vez examinados estos aspectos exteriores debera profundizar en el analisis, ver cuales son los grupos concretos de la poblacion vasca (aldeanos, obreros, artesanos, pequenos, medianos y grandes burgueses), es decir, cuales son las clases sociales de Vasconia, como estan estructuradas sus relaciones y cual es en la actualidad su composicion nacional, lo cual es una condicion muy
    importante en el Pais Vasco, que no tiene importancia en la dinamica social de otras partes.

    Hay que examinar los elementos constitutivos sobre los cuales se estructuran las relaciones sociales, como el valor y el salario. Hay que aplicar a Vasconia la exposicion de los elementos concretos. El analisis descompone los elementos. La sintesis nos debera ofrecer la realidad dinamica de nuestro objeto examinado.

    El materialismo dialectico aportaria una critica a la moral de los sistemas pasados y nos daria una serie de condiciones practicas y teoricas para la nueva moral que se estaria formando. La moral anticuada establece unos preceptos, y sus desviaciones generan la reprobacion moral. La reprobacion moral siempre ataca al individuo audaz que no se contenta con el estancamiento de la civilizacion. En la historia, todo progreso no pudo pues, jamas llevarse acabo, si no fuese a pesar de la moral, o contra la moral existente. Se menciona en este sentido la nefasta influencia en Europa de la moral cristiana.

    Esta obra es producto de una epoca y de unas condiciones materiales y tecnologicas, y por ello no debe ser vista como una revelacion de la realidad actual de Vasconia, ya que pasaria lo que suele pasar con otras obras, que se convierten en libros de catedra religiosa camuflada de politica. Y los que entienden en vez de entender simplemente asumen cosas anacronicas en un presente completamente diferente.

  11. Maju,

    Estoy completamente de acuerdo en que la bagauda es lo que habria salvado al euskara.

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